El acceso a Internet es cada día más masivo, millones de personas -sin importar su condición social- bucean en el ciber espacio buscando e indagando todo lo que sea de su interés, lo que ha generado pacientes más empoderados que, a la hora de visitar al médico, hablan casi de igual a igual, muchas veces rebatiéndole al especialista alguna indicación médica o sintomatología.
Son conocidos como “Pacientes 2.0”, “Pacientes Google” o “Pacientes Dra. Wikipedia”, que al acudir a la consulta médica van perfectamente informados acerca del problema de salud que los afecta, situación que si bien en general los médicos aceptan, puede generar algunos problemas.
Si bien en Chile no existe mucha información al respecto, un estudio reciente en Estados Unidos mostró que más del 60% de los pacientes que acude al médico, ha buscado información de su enfermedad por las redes sociales.
Hay que señalar que únicamente el 7% de esos pacientes electrónicos acuden a páginas específicas y acreditadas, es decir a páginas confiables y, por lo tanto, basadas en la evidencia científica.
La gran mayoría de los usuarios utiliza buscadores tipo Google o herramientas como Wikipedia y solo el 43% dice confiar “bastante” en la información obtenida. Más de la mitad tiene dudas o no se fía de la información obtenida en la red, una cifra muy por debajo de la credibilidad que se le otorga al médico (93%) o al personal de enfermería (84%).
Los pacientes necesitan orientación y consejos de utilidad contrastada y a la gran mayoría de los usuarios que utiliza Internet como fuente de información en salud, les gustaría tener también un mayor contacto directo con su médico, tanto en entrevista personal como a través del correo electrónico o de las redes sociales.
La existencia en Chile de una nueva Ley de Deberes y Derechos del Paciente va a someter al médico a una posición legal diferente, porque el paciente, con más información en su mano, puede ampararse en esta ley y poner al médico en aprietos jurídicos.
La relación médico-paciente sigue evolucionando y una de las realidades que más peso tendrá en el futuro es el cada día más común uso de las redes sociales. Por este motivo se ha sugerido que los propios médicos “prescriban webs” de información fiable. Con ello ganarían confianza y evitarían uno de los riesgos de Internet: no filtra la información.
El Dr. Google está aquí para quedarse, y aunque por el momento, este nuevo tipo de pacientes de quien más se fían es de su médico, seguirán empoderándose a través de la información, tratando de encontrar un espacio que les permita ser tenidos en cuenta al momento de decidir sobre el cuidado de su salud.