Chile se acerca al final de este año con varias interrogantes y con un escenario político y económico bastante complejo. La crisis de confianza que se ha instalado en casi todas las esferas de la vida nacional, podría traer aún más complejidades ya que pese a lo mucho que se ha avanzado en estos dos años de gobierno, quedan temas por cerrar y afianzar.
La reforma tributaria ha sido uno de esos hitos que marcarán un cambio a la forma de entender la solidaridad y el aporte al país de los sectores más acomodados. Falta terminar de tramitar algunos ajustes a la estructura tributaria, de modo de corregir eventuales problemas que la aplicación de la reforma pudiera traer, en especial a las Pymes. Pero la esencia es que este cambio tributario demostró ser absolutamente necesario y justificado para otro de los pilares de este periodo, como lo es la reforma a la educación.
Hubiéramos querido darles a las familias chilenas más claridad y certezas de cómo iba a operar este mecanismo, en parte porque el propio programa de Gobierno establecía 2017 como la fecha inicial para implementarla. Los apresuramientos en política, no siempre tienen buenos resultados y prueba de ellos fue la presentación que hizo la derecha ante el TC que impidió entregar esa gratuidad adelantada, como regalo de navidad a las familias chilenas.
El problema es que ahora estamos improvisando una salida. Como partido estábamos de acuerdo con la gratuidad, pero hubiéramos deseado que este proceso se hubiese llevado a cabo con más certezas, menos titubeos y más información tanto para las familias como para las instituciones.
Pero más allá de estos tropiezos, no se puede negar que ha habido avances notables producto del cumplimiento del programa de gobierno, los que deberían tener más visibilidad sin duda alguna. Sólo basta mencionar algunas cosas que tal vez la gente desconozca.
En estos años, se han invertido más de 214 mil millones de pesos para el sistema de bono por hijo que mejorará las pensiones de miles de mujeres, se ha aumentado la cantidad de médicos en la red pública de salud, más de 7 millones de recetas gratuitas se han extendido a personas de tercera edad que están en planes de salud controlada, se eliminó la cotización de salud del 5 % que pesaba sobre los pensionados más vulnerables, se inició la construcción de varios centros hospitalarios, varias medidas en favor de las empresas de menor tamaño y muchas otras acciones que muchas veces pasan desapercibidas.
Muchas veces pareciera que el sistema político en su conjunto no generar la confianza que la ciudadanía demanda, a la vez que no comunica adecuadamente los logros.
Esta Navidad viene con deudas y hay que reconocer hidalgamente que el sistema de partidos, los empresarios, los gremios y las organizaciones sociales, debemos hacer bastante más para retomar una senda de crecimiento, confianza y credibilidad.
Las fiestas de fin de año, en especial la Navidad, ciertamente debe motivarnos a pensar y reflexionar qué país estamos construyendo, cómo podemos enmendar los errores y cómo reorientar nuestras acciones para que Chile crezca fuerte y vigoroso, pero principalmente, que ese crecimiento sea para todos y no para unos pocos.
Al menos desde nuestro partido, el compromiso con el país sigue intacto: queremos que la ciudadanía también se abra a escuchar y a debatir en buena lid aquellas cosas que como sociedad nos inquietan.
Deseamos a todo Chile una feliz Navidad y un año 2016 lleno de buenos desafíos positivos y metas alcanzables. Todo se puede hacer, pero con realismo y responsabilidad política y económica, puesto que con las esperanzas de la gente no se puede jugar.