La derecha impugnó la gratuidad universitaria ante el tribunal Constitucional, lo que pone en riego, en la eventualidad en que ese organismo se haga eco de las posturas de la derecha, de dejar sin acceso a este mecanismo a cientos de miles de familias que sin duda, sí apoyan una medida como ésta.
La propia DC señaló que el mecanismo es perfectible, es mejorable y que se debe seguir trabajando para profundizar el alcance de una reforma que es evidentemente positiva para todo el país, en especial para los que menos tienen.
Pero lo que no dice la derecha es que en verdad, su oposición no tiene que ver con el mecanismo, no tiene que ver con el alcance, tiene que ver con la naturaleza y el espíritu de esta reforma educacional en su conjunto. Para la derecha, la educación es un bien de consumo, un servicio más, un producto. Lo dijo quien fuera su Presidente.
Para las fuerzas de la Nueva Mayoría, la educación es un bien social y un derecho. Es por eso que se propuso este cambio estructural en las reglas del juego del país: para ofrecer algo de justicia social en un tema que es de trascendencia para el futuro de la Nación. No estamos acá para defender el negocio de algunos grupos económicos; creemos que el derecho a la educación está por sobre el derecho a hacer negocios con ella.
Como partido por supuesto que estamos convencidos de que hay que hacer más por aumentar la cobertura y resolver algunos temas estructurales que enfrenta la enseñanza en nuestro país. Que el número de profesionales más que triplique al número de técnicos, es evidentemente uno de esos fallos conceptuales que Chile debe abordar. Y que el Estado no haya respondido a esa necesidad de formación de cuadros técnicos mediante institutos de formación de calidad para todos los jóvenes que quieran iniciar una carrera técnica, también es un error que hay que corregir.
Eso no justifica la actitud de la derecha más dura de secuestrar los derechos que se le están ofreciendo a la población más necesitada. El Tribunal Constitucional no debiera hacerse eco de conceptos políticos partidistas, ni menos de concepciones ideológicas para fallar.
Nuestro compromiso como partido es seguir trabajando, convenciendo y aunando tareas para dar respuesta a aquellos que por el momento económico que vivimos, quedarán al margen del beneficio. Pero vamos avanzando y eso provoca los mismos miedos, de los mismos de siempre.