Quien fuera el presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, fue duramente criticado por los Matte por mostrarse a favor de la reforma laboral cuando la calificó de ser una reforma “por Chile”. Bien hace Awad cuando se pregunta ahora si este nuevo caso de colusión empresarial es en contra de Chile y en favor de los intereses de uno de los grupos económicos ligado a la derecha más poderoso.
Una señal buena y destacable, es que casi sin ninguna excepción, ha habido una condena transversal a este repudiable hecho aunque aún faltan algunas voces clave que han sido cercanos a los involucrados. La colusión de los grandes grupos económicos amenaza las bases de la libertad económica, es un “jaque Matte” al sistema que esos mismos grupos de poder dicen defender, y por eso es esencial que la condena sea unánime, sin ningún tipo de defensa corporativa, ni gremial ni menos política.
Lo curioso, es que cuando el país debate reformas y cambios normativos que van en favor de la gente, de emparejar la cancha para las familias, o cuando se trata de poner controles efectivos a los abusos de las empresas, estos dirigentes salen con todo a defender la “libertad”, el “emprendimiento”, las “reglas del juego” y la “autorregulación del mercado”.
Pero algunos de esos empresarios no han sido capaces de cumplir con ninguna de esas premisas. Es el momento de endurecer las penas y sobre todo reformar todo el sistema de retribuciones que estos conglomerados deben hacer a los afectados ante casos como este. Si se coluden y ganan mil, pero las multas son de 100, entonces estamos en presencia de un negocio redondo.
Los pollos, las farmacias, la Polar, son por el momento los ejemplos emblemáticos de malas prácticas y de afectación a los derechos de los consumidores y los ciudadanos, pero lamentablemente las compensaciones han sido de verdad inexistentes. En cambio, las fortunas obtenidas tras estos hechos, no serán tocadas nunca.
Esperamos que con esto sean más rápidos los aprendizajes que las recriminaciones. Esto indigna, sí. Pero más vale que se actúe con diligencia y firmeza para acelerar los cambios necesarios en pos de regulaciones que desincentiven estas prácticas.
El daño que se ha hecho es tremendo y resta ver si hay o han estado en operación otros carteles y colusiones que estén afectando los intereses de la gente. En este sentido, es esencial que las agrupaciones gremiales de empresarios sean implacables para mostrar su repudio, no sólo en palabras, sino también en hechos concretos.
Si seguimos permitiendo que se socave la confianza en las instituciones, en la economía, en la política, en el gobierno, ¿entonces qué país vamos a construir, defender y proyectar? La señal es preocupante, pero al mismo tiempo representa un desafío que requiere de fuerte liderazgo para reencausar a Chile por una senda de responsabilidad, confianza y crecimiento.