El clima que se ha vivido en nuestro país no ha sido nada fácil. Cuando creíamos que lograríamos estabilidad en ciertos aspectos, vuelve a ocurrir algo que nos pone en alerta. Si no es un terremoto, es un incendio, si no es un incendio, es un aluvión, si no es un aluvión, es una erupción. Parece que este 2015 lo partimos con el pie izquierdo.
Y bueno, además de la seguidilla de desastres naturales que han afectado a nuestro territorio, debemos sumar la crisis política que estamos atravesando, pues el aviso de la Presidenta Michelle Bachelet no sólo dejó asombrado a “Don Francisco”, debo asumir que al enterarme de la noticia, mi expresión fue similar a la de él.
Es que ser ministro no debe ser nada fácil, para mí su figura se asimila a la de una estatua en un pedestal de barro, ya que además de estar permanentemente expuesto, a la “primera lluvia”, esta figura se comienza a desmoronar.
Pero bueno, dentro de este ambiente cargado de negativismo, quisiera destacar dos ministerios que hicieron una destacada labor y tuvieron una gran disposición con el sector gremial, nos escucharon y nos invitaron en sus espacios de diálogo.
De acuerdo a lo mencionado, me gustaría hacer un reconocimiento en primera instancia a la ratificación del ministro de Economía, ya que el trabajo que se hizo en conjunto a las Pymes nos permitió abrir un espacio que hace mucho tiempo habíamos perdido, pero gracias a su gestión, logramos tener más protagonismo y opinión en diferentes temas que nos afectan.
Asimismo, es digno de resaltar la relación que se tuvo con el ministerio del Trabajo. Si bien hubo discrepancias en algunos aspectos ligados al proyecto de Reforma Laboral, la disposición de esta cartera hacia el sector gremial fue muy buena.
Considerando que el ministerio del Trabajo se encuentra en medio de una discusión que puede cambiar los ejes en materias laborales, en esta ocasión no sé si lo más positivo fue “cambiar el jinete en la mitad del río”, ya que los avances pueden tomar otro rumbo o bien atrasar el proceso.
Pero ¡ojo! esto no significa que esté en contra de la nueva ministra, al contrario, creo que además de inspirar confianza, posee la experiencia y los conocimientos necesarios para asumir los desafíos que se presenten en materias de trabajo y que son esenciales para el desarrollo, la equidad y la convivencia nacional.
He dicho públicamente que me parece positiva esta “renovación” al interior de La Moneda considerando la ola de escándalos que ha afectado a muchos integrantes del mundo de la política, pero también debemos destacar a aquellos que no estuvieron insertos en dichas polémicas.
Ahora lo mejor será que quienes asumieron la responsabilidad de los diferentes ministerios sean personas comprometidas con el desarrollo del país en todos sus aspectos y se encarguen de que la gente vuelva a creer en un sector que hasta el momento ha perdido toda credibilidad.
Y bueno, si la Presidenta decide hacer otro cambio, yo me la jugaría por un ministro sociable, de avanzada edad, un poco calvo, carismático, bien alimentado, de raíces italianas, buen humor y cercano a las personas. Quizás estas características le pueden parecer conocidas, pero no se engañe, es sólo coincidencia con la realidad.