No conocía el concepto “conciencia de enfermedad”,o “anosognosia», que consiste en que personas psíquicamente normales niegan contra toda evidencia estar enfermos,es decir, carecen de la conciencia de su enfermedad,… el término acaba de integrarse a mi léxico, pues define certeramente el tiempo que vivimos.
Lo oí hace poco, cuando un sabio médico y dirigente regional de la DC, el doctor Claudio Martínez, lo utilizó en el Consejo Nacional del partido para referirse a la situación del país, de la política y de la DC. Se trata evidentemente de un mecanismo de defensa, el que resulta inútil cuando el cuerpo, en este caso la DC, empieza a exhibir los síntomas del mal que le aqueja.
Todas y cada una de las declaraciones aparecidas en el último año-para qué decir las últimas semanas-, son muestra patente de que padecemos de anosognosia.
Hasta las piedras parecen hablar y decirnos ¡basta, ya! Reconozcan sus culpas, faltas, delitos, abusos, concomitancia con el poder, con el opresor,… pero la respuesta del mundo político, incluida la DC, es negar, es seguir como si nada pasara.
Es redactar una declaración,suscrita desde la UDI al PC, para informar al pueblo chileno que lo que piense, declame o grite por las calles les da exactamente lo mismo. En el documento indican que, desde su poder, a lo más reconocen en el último punto de una declaración -que a nadie, salvo a ellos, ha importado-, que “hay todo un campo de acción para la sociedad civil, los medios de comunicación, las organizaciones sociales, las universidades, las iglesias y, en general, todas aquellas organizaciones e instituciones que constituyen el tejido social de Chile, cuya voz debe ser escuchada”.
¿Ahora?… ¿recién ahora se dan cuenta de que deben escuchar la voz de sus mandantes? ¿Recién ahora le toman el peso a la indignación y al hastío de la gente? ¿Todos estos próceres, sabios e iluminados recién perciben en sus delicadas narices que algo huele mal en Dinamarca?… Anosognosia
Si escucharan, si pusieran atención a los síntomas, si tuviesen la honesta voluntad de cumplir con su mandato, podrían haber notado los tumores y las carnes necrosadas, se habrían dado cuenta de lo grave de la crisis que vive Chile; una crisis que no es necesariamente de las instituciones, sino de las personas que integran la élite insensible, endogámica, abusadora y descriteriada que decide y manda, pero no lo hacen… Anosognosia
Porque las denuncias por boletas falsas, financiamiento irregular de campañas y negocios especulativos, son sólo el adorno de una torta formada por hechos más graves y persistentes en el tiempo, como la creación de una élite en la cual se cruzan vergonzosamente los intereses políticos y los comerciales… no reconocerlo es anosognosia.
Fueron camaradas, compañeros y correligionarios que sin ninguna vergüenza pasaban de un organismo fiscalizador a una empresa fiscalizada; camaradas, compañeros y correligionarios que de un pasar correspondiente a un profesional, pasaban a integrar el club de los dominantes; camaradas, compañeros y correligionarios que se hicieron de mala forma del uso del agua, de tierras, bosques y minas; camaradas, compañeros y correligionarios que desde 1990 hicieron oídos sordos a un clamor por justicia, por igualdad de oportunidades, por poner coto al abuso y a la obligación de endeudamiento de la gente para sobrevivir.
Y así siguió todo, los chilenos de a pie financiando con su ahorro obligatorio -léase cotización previsional-, a los más ricos que vieron crecer sus posesiones obteniendo dinero fresco de nuestros bolsillos, prestándoselos entre ellos a costo casi cero y a nosotros a precio de usura.
Los chilenos de a pie viendo a un gran empresario como Luksic nutre -y se nutre de- funcionarios públicos para proteger sus intereses.
Los chilenos de a pie expoliados por los cárteles de los pollos, de las farmacias y quien sabe de cuántos más que se mantienen sumergidos; los ciudadanos de a pie irrespetados en sus conocimientos y facultades al ser tratados como masa ignorante, vociferante; los ciudadanos de a pie sufriendo una educación y salud cara y segregada,… en fin, los ciudadanos de a pie sufriendo, pero batallando; batallando por sus hijos, esposas, esposos, madres, padres, abuelos, abuelas.
Sépanlo, entiéndalo, asúmanlo: es esta elite la que sufre de anosognosia, no el pueblo, este pueblo que se cansó; que venía detectando los síntomas hace años, pero que sólo hoy, de la mano de los escándalos siente que es necesario aplicar el tratamiento que corresponde a tan grave mal: cortar, cortar… cortar el músculo necrosado, el nervio insensible,eliminar la sangre muerta.