Tras haber escuchado más de 90 audiencias en la Comisión de Hacienda del Senado, algo queda claro, necesitamos una Reforma Tributaria.Hemos tenido un intenso debate en que han participado empresarios, abogados, economistas, gremios y sindicatos.Tuvimos un gran intercambio de ideas muy alejado de una discusión de trincheras con eslogan y caricaturas, por el contrario nos centramos en los contenidos. Las diferencias se han podido apreciar y se ha hecho un esfuerzo genuino de todos los integrantes de la Comisión por escuchar los distintos planteamientos, con la intención y la voluntad de ser seducidos por los argumentos.
En lo que hemos trabajado con el gobierno, creo que se está en condiciones de introducir perfeccionamientos al proyecto para poder incorporar más voluntades a la aprobación de esta iniciativa de ley y de esa forma generar un acuerdo que nos permita tener un sistema tributario que recaude más y de manera más equitativa.
Por lo mismo, yo aspiro y espero, y esto desde la política más que como presidente de la Comisión, que esta reforma sea aprobada con votos de parlamentarios más allá de la Nueva Mayoría.
No tengo dudas que se trata de la reforma tributaria más ambiciosa de los últimos 25 años, y pienso que busca poder modificar el sistema tributario para poder financiar más bienes públicos como salud, educación, infraestructura o mejoramiento de las pensiones.
Perseguir la equidad tributaria ha sido un punto que ha complicado a cierto sector, pero para mí es una señal importante que a quienes les ha ido mejor en Chile, y a quienes hoy la ley les permite contribuir proporcionalmente menos a la hora de pagar impuestos, sean quienes permitan recaudar más recursos, pues se busca revertir lo anterior.
Yo quiero US$ 8.200 millones en régimen, pero los quiero de manera más equitativa, porque el sistema actual tributario chileno tiene su origen en un país distinto, el de 1984 con la crisis de deuda externa; un desempleo formal e informal del 30%; en que no había inversión, en que el gobierno no tenía financiamiento por que no le prestaban plata.
El Chile del 84 les dijo a los empresarios: “usted tuvo una utilidad de $ 3, reinviértala, postergue el pago de los impuestos, porque quiero generar actividad”.
Ese sistema buscó fomentar la inversión, pero los sistemas tributarios, a mi juicio, no están para eso para eso deben existir otros instrumentos apoyados desde el Estado para conseguir ese objetivo.
El efecto principal de un sistema tributario es recaudar y, además, le pedimos que recaude equitativamente. Por eso apoyamos la idea de tener un sistema en base a utilidades devengadas y no pagar impuestos en base a utilidades retiradas.
Esa es parte del corazón de la reforma y como lo hemos dicho la equidad tributaria es clave.
También es muy importante resaltar el espacio de dialogo en que se transformó la Comisión de Hacienda, ya que muchas veces entre titulares y la premura de la instantaneidad de la información se pierde la seriedad del debate con la que asistieron y expusieron los invitados, como asimismo con la gran participación de los integrantes de dicha instancia legislativa.