29 jun 2014

Una vía institucional para una nueva Constitución

Desde el momento mismo de la instauración de la dictadura, el 11 de septiembre de 1973, el pueblo de Chile inició un largo y difícil camino para restablecer el ejercicio de la soberanía popular y, en democracia, decidir su propio destino.

No ha sido fácil ni una planicie recta, en que todo se ha sabido y planificado de antemano.Los Derechos Humanos fueron pisoteados para imponer la sumisión al régimen dictatorial. Sin embargo, la voluntad de realizar el derecho a la autodeterminación a través del ejercicio de la soberanía popular no pudo ser erradicado.

En rigor, la nación chilena impuso su voluntad de decidir. El ejercicio de la soberanía popular fue reinstaurado, por millones de chilenas y chilenas, en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988. Allí se decidió, contra la dictadura, el retorno a la democracia. Ese no fue un “acto cupular”. Ello ocurrió porque rompiendo todos los cálculos y vaticinios, por su propia autodeterminación, el pueblo de Chile se unió y derrotó el plan de perpetuación dictatorial.

Desde entonces, se avanzó en la eliminación de diversos enclaves autoritarios, en particular, con el conjunto de reformas constitucionales aprobadas el año 2005, no obstante, no se ha resuelto la ilegitimidad de origen de la actual Carta Política del Estado.

Este es el desafío que se ha propuesto resolver el bloque de gobierno.

No he compartido ni comparto la insistencia de algunos actores de presionar a la Presidenta de la República con el propósito que solicite al Congreso Nacional la instalación de una Asamblea Constituyente. No hay un derrumbe del Estado ni un contexto de crisis nacional que así lo justifique y legitime históricamente.

Además, desplazaría la lucha contra la desigualdad comprometida como la tarea central del programa presidencial a un plano secundario o subalterno y, finalmente, no cuenta con los quórums constitucionales que permitan su aprobación en el Congreso Nacional. Es decir, fracasaría como una vía institucional.

En suma, sería construirle gratuitamente a la derecha chilena un importante éxito político.

Sin embargo, hay un camino. La instalación en el Congreso Nacional, donde el bloque de gobierno cuenta con mayoría en ambas cámaras, de una Comisión Bicameral desde la que se promueva un amplio diálogo político y social y se elaboren las bases constitucionales que luego se propongan al país, a través de un Plebiscito.

De este modo, nuevamente se convoca al auténtico Poder Constituyente de la nación, que no es otro que el pueblo soberano, ejerciendo la soberanía popular que es lo que corresponde en democracia. En otras palabras, existe una vía institucional de acuerdo a la tradición de lucha de nuestro pueblo.

Se trata de fortalecer y no de socavar la institucionalidad democrática del país.En la lucha contra la desigualdad se requiere que Chile crezca a la vez que se transforma.

Hacer uso de las vías institucionales no ofende ni menoscaba, abre una alternativa que se hace cargo del dilema planteado, no lo elude ni sortea con propuestas que no conducen hacia una nueva Constitución.

En esta semana en que hemos conmemorado el natalicio de Salvador Allende, recordemos una vez más su empeño por una “vía chilena”, con democracia, pluralismo y libertad, que evitara una confrontación que facilitara la irrupción de las fuerzas más reaccionarías que se impondrían al más alto costo social.

No olvidemos que para Salvador Allende una vía democrática era la vía revolucionaria para Chile.

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  • Luis Guachin

    ahora se acuerda de la vía democrática cuando andaba “avanzando sin transar”.

  • Peter Pando

    Entre tu camino, Camilo Escalona, el que calificas de institucional en
    contraposición al propuesto por aquellos que postulan una Asamblea
    Constituyente elijo lo segundo. Tu idea algo jactanciosa quiere
    hacernos creer que el mecanismo de la Constituyente además de no ser parte de las instituciones, estaría fuera de la ley. Tú bien sabes
    que la Constitución de Pinochet/Lagos contempla en más de algún
    acápite la posibilidad de un plebiscito. ¿Qué dificultad habría
    para que este mecanismo se utilice afin de que el pueblo zanje la
    cuestión de la Constituyente? Si los chilenos lo aprueban por voto
    popular adquiere entonces inmediatamente la calidad de legal e
    institucional. ¿Tienes miedo que esto ocurra? Por otra parte, tu
    premisa de que no hay un estado derrumbado que justifique la Asamblea que tiene qué ver con este asunto. Chile tiene un Estado que funciona, tal vez a medias, pero no se ve que se esté cayendo a
    pedazos como tú pretendes. Tu argumento es extremadamente forzado y desvía el fondo de la cuestión. Planteas las cosas como si casi siempre las Asambleas Constituyentes se establecen cuando el Estado se ha derrumbado. ¿En qué casos concretos de la historia estás pensando? En general los países europeos han recurrido a este
    mecanismo para enmendar sus constituciones cuando ha sido necesario. Aunque los países de tradición británica (los que fueron del
    antiguo imperio) optan por la idea de la soberanía parlamentaria.
    ¿No será que por creerte el cuento de que eres un inglés de
    América estás promoviendo la idea de la soberanía parlamentaria en
    detrimento de la soberanía popular, idea cara en la tradición
    chilena?

  • JorgeCH

    ¿Asamblea Constituyente una maldad en contra de la soberanía popular y la democracia? ¿la gente que pide espacios de discusión y razonar acerca de la AC somos fumadores de opio? quiero que Don Camilo sea sincero consigo mismo y se mire al espejo y se diga a si mismo ¡como he cambiado internamente pero en mi discurso sigo siendo el timador de siempre!
    Nos comenta “El ejercicio de la soberanía popular fue re instaurado, por millones de chilenas y chilenas, en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988. Allí se decidió, contra la dictadura, el retorno a la democracia”. El tema de ello fue decirle al Dictador y su lacra de apoyo que nosotros no lo queríamos y que a partir de esto queríamos ser actores de nuestro propio destino; hasta ahora ese mandato no se ha cumplido y aquellos que ven nuestras participación directa se siguen confabulando y contando cuentos de brujas como Ud. “Sr.” Escalona. No hay forma más democrática que el abrir las puerta a una mucho más sana democracia realmente PARTICIPATIVA y no solo Representativa como la actual. Pues bien, el ejercicio de poner de sobre relieve NUESTROS PROPIOS INTERESES y que estén representados en la Carta Magna es el principio de ello. La Democracia Representativa TIENE QUE SER REVISADA, CAMBIADA YA QUE NUESTROS REPRESENTANTES AUN NO DAN MUESTRAS DE “DAR EL ANCHO”. La verdad es que “representantes” como Ud. es todo lo que NO NECESITAMOS.

  • Oscar Riquelme Pinuer

    La legítima vía democrática, cuando los representantes políticos gozan de un alto desprestigio y aparecen vendidos a los poderes del neoliberalismo, como tu Escalona, es la Asamblea Constituyente.

  • Luis Palma Tello

    Estimado Camilo:

    Cualquier persona puede insultarte a través de estos comentarios…

    No hay respeto por la trayectoria, por el exilio, por el dolor y por

    el famoso pago de Chile de tu partido y la gobernante que te ignoró.

    Pero, estamos en Chile, así somos chaqueteros y destructivos.

    Pero tu sigues adelante, te felicito por tu resiliencia y fortaleza.

    Lo anterior, lo veo como un independiente que votó por Bachelet..

    Y vivió en la cancha en el “aquí y ahora de la historia” no en tribuna.

    Tu columna la leí tres veces… se mezclan varios elementos …

    Es muy exacto y verdadero lo que señalas:…

    Que la Asamblea Constituyente le gustaría mucho a la derecha

    chilena… sería un marco ideal para ellos, para su entropía…

    El camino debe ser a través del estado de derecho actual…

    Del Congreso Nacional el cambio de Constitución Política.

    Afectuosamente.