01 abr 2014

¿Quién se preocupa de la participación de los jóvenes?

La desigualdad en la participación política tiene efectos en la representación democrática.Así, si ciertos grupos tienden a estar sobre representados electoralmente, lo más probable es que sus intereses también estén sobre representados en las políticas públicas, como lo señala el informe LAPOP 2012 sobre nuestro país.

Planteado de forma contraria, significa que mientras los jóvenes voten menos que los demás grupos etarios, sus problemas e intereses tendrán poca cabida en el sistema político. A excepción del tema educacional, y principalmente por el efecto que las movilizaciones generan, ningún otro tema vinculado a ellos logra copar las agendas de los medios y políticos.

Según la última encuesta del INJUV, el 80% de los jóvenes no está interesado en la política, el 90% no tiene intención en formar parte de un partido político, sólo la mitad cree que las votaciones son un factor de cambio, pero más del 60% afirma que las redes sociales son una mejor herramienta que el voto para dar a conocer las demandas de la gente.

Además, están más insatisfechos que satisfechos con la democracia, mayoritariamente no se identifican políticamente, tienen bajísimos niveles de confianza en las instituciones, y los clubes deportivos, campañas por internet, y comunidades o grupo virtuales poseen las tasas de mayor participación entre ellos.

Pero que no participen en las formas tradicionales, no significa que se abstengan de hacerlo, sino que prefieren estructuras más horizontales, flexibles, y específicas a la hora de participar.

Del mismo modo, que no tengan interés en la política, no es igual a que no tengan posiciones y definiciones sobre temas políticos, sociales, económicos, medioambientales, o valóricos. Detrás de esto hay lógicas y formas distintas de comprender y ver la política.

Estamos entonces ante la presencia de un enorme desafío que nos plantean los jóvenes de hoy, y que las instituciones tradicionales, como los partidos políticos y el Congreso, no han sabido o no han querido procesar adecuadamente. La pregunta es ¿cómo conciliar la baja participación tradicional con una efectiva representación en el sistema político?

En esta tarea queda claro que no basta con lo que hagan los partidos políticos.Es necesario que otras instituciones como centros de estudios y organizaciones no gubernamentales, se involucren mucho más en las temáticas que les importan y preocupan a los jóvenes.

¿Cómo hacerlo? En primer lugar, creyendo en las capacidades que tienen los jóvenes para liderar los cambios que están experimentando las sociedades.

En segundo término, tendiendo puentes y espacios de diálogo entre los actores políticos y los jóvenes.

Y en tercer lugar, con la convicción de que el trabajo en red, coordinado y colaborativo es la base para lograr los objetivos. En otras palabras, tratar de disminuir las distancias y barreras entre éstos y la denominada “clase política”.

Prestar más y mejor atención a los jóvenes es, sin lugar a dudas, preocuparse del desarrollo de nuestro país a mediano y largo plazo.

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