No se trata de la gran poetisa mexicana del siglo XVII Sor Juana Inés de la Cruz, la de “Hombres necios que acusáis”, que, en un momento de arrebato poético-místico se llamó a sí misma “la peor de todas”.
Esto es sólo política, y política nacional.
Estamos frente a un fenómeno histórico en la derecha chilena.
Nunca antes apareció en escena una candidatura presidencial tan raquítica, tan falta de apoyo, tan condenada a la derrota, como la de hoy. Nunca. Ni en el siglo XIX ni en el siglo XX ni en lo que va del siglo XXI.
Ella es la peor candidata de todos los que ha habido. La peor de todos los tiempos.
No sólo convoca menos que sus recientes antecesores, Piñera o Lavín.
Convoca menos que todos los que ganaron, por cierto, pero también convoca menos que todos los que perdieron.
Peor aún que Arturo Alessandri Besa, que hasta ahora era el peor y que en 1993 llegó sólo al 24,41 por ciento, siendo derrotado por paliza por Eduardo Frei Ruiz Tagle.
Y hasta peor que los que enfrentaron elecciones sin ser candidatos únicos, cuando la derecha levantó a dos porque no se puso de acuerdo o porque se buscó sumarlos en la segunda vuelta.
Recordemos a todos los que se puede recordar.
En 1932, el derechista (en ese año) Arturo Alessandri Palma fue elegido Presidente con el 54,79 por ciento de los votos.
El siguiente candidato, en 1938, don Gustavo Ross Santa María, derrotado, alcanzó nada menos que el 48 por ciento de los sufragios.
En 1942, para enfrentar a Juan Antonio Ríos, la derecha apoyó al General Ibáñez, que alcanzó el 43,87 por ciento de los votos.
En 1946, la derecha saltó al ruedo con dos candidatos. Uno, tradicional, don Fernando Alessandri Rodríguez, alcanzó el 27,42, bastante más que lo que hoy tiene su candidata. El otro, un conservador socialcristiano, don Eduardo Cruz Coke, lo superó con un 29,81 por ciento. Los candidatos de media derecha tenían más apoyo ciudadano que la única candidata de la derecha de hoy.
En 1952, don Arturo Matte Larraín llegó al 27,8 por ciento.
En 1958, su cuñado, don Jorge Alessandri Rodríguez, fue elegido Presidente con el 31,58 por ciento.
En 1964, la derecha (en situación muy parecida a la de hoy) bajó la candidatura radical de Durán y apoyó a Eduardo Frei Montalva con solo una condición, que ganara a Salvador Allende.
En 1970, el líder derechista don Jorge Alessandri, con el 35,27 por ciento de los votos, fue derrotado por Salvador Allende.
En 1988, el dictador derechista Augusto Pinochet alcanzó el 44 por ciento de los votos.
En 1989, el derechista pinochetista Hernán Büchi llegó al 29,4 por ciento de los votos.
Ya hemos visto lo de Alessandri Besa en 2003: 24,41 por ciento.
En 2000, Lavín llegó a tener 48,69 por ciento en segunda vuelta. En primera, el 47, 51 por ciento.
En 2005-2006, Piñera llegó al 46,50 en la segunda vuelta. En primera había alcanzado el 25,41.
Lavín, que fue superado por Piñera, alcanzó al 23,27 por ciento en primera vuelta, donde fue tercero, con más de lo que hoy tiene la candidata derechista. Siendo tercero tenía más apoyo que el que hoy tiene Matthei.
En 2009-2010, Piñera llegó al 44 por ciento en primera vuelta y al 51,60 en segunda, con lo que está hoy en La Moneda.
Es la peor de todos.
Dicho de otra manera, la de hoy es la peor campaña presidencial de la derecha chilena desde que hay memoria.
No se debe a falta de recursos económicos, por cierto.Ni a que no cuenta con los medios.Ni a que tiene los medios en contra.Ni a que no tiene partidos legales o congresistas para recorrer el país casa por casa y de arriba a abajo.Ni a que no tiene ministerios o alcaldías o influencia empresarial.A que le faltan palomas o anteojos cuneteros para regalar.
Hay una mala candidata, es verdad. Hija de miembro de la junta de la desprestigiada dictadura.Apologista de Pinochet a 40 años del golpe, cuando se conocen más que nunca sus crímenes y latrocinios. Figura de un gobierno poco apto y políticamente fracasado.Lejana, crispada, dura y sardónica, en tiempos de televisión.Pero…
¿No será que la tremenda derrota electoral de la derecha tendrá que venir acompañada del fin de sus destacamentos actuales, la UDI y RN, con Matthei, Longueira, Carlos Larraín, Allamand y otros pasando al olvido como lo hicieron hace 50 años conservadores y liberales?
Ante ese temor, en estos días la derecha y su candidata pueden brincar para patear antes de caer en el acantilado.