Las reformas estructurales al sistema político chileno para generar una democracia sólida están haciéndose cada vez más urgentes. El voto de los chilenos en el exterior forma parte de ese conjunto de demandas por más participación y más democracia que han sido postergadas.
Desde el retorno a la democracia se han presentado más de 10 proyectos de ley, entre mociones y Mensajes del Ejecutivo, destinados a permitir el ejercicio de este derecho de los chilenos en el extranjero. Ninguno de ellos logró pasar las trabas del sistema político.
El sistema binominal y los altos quórums de aprobación exigidos para modificar la ley electoral han sido un obstáculo para hacer posible este derecho.
Por prejuicio, la derecha chilena se ha negado durante muchos años a reconocer el derecho a voto en el exterior sin condiciones.
Pretendieron imponer distinciones discriminatorias entre los compatriotas en el extranjero, exigiendo la existencia de “vínculos” con el país tales como viajes frecuentes y prolongados a Chile, cuestión insostenible para quienes tienen menos recursos, poseen trabajos rígidos o se encuentran estudiando en el extranjero. Todos ellos son ciudadanos, al igual que quienes viven actualmente en Chile.
Hoy, al parecer habría consenso en que tales condiciones son ilegítimas y que lo único que corresponde es efectuar una inscripción especial para efectos operativos.
En efecto, el Presidente Sebastián Piñera señaló que apoyaría el voto exterior sin más condiciones que la inscripción en Consulados y Embajadas. ¿Qué ha hecho el Presidente para concretar su promesa? Nada. ¿En qué queda la promesa de campaña y de todos los 21 de mayo de Piñera?
El voto de los chilenos en el extranjero podría destrabarse fácilmente si los deseos del Presidente fueran sinceros y su coalición no obstaculizara su compromiso.
Un grupo de parlamentarios, presentaron hace tres semanas un proyecto de reforma en los mismos términos planteados por el Presidente (Boletín N° 9004-07), cobrándole la palabra y buscando concretar a la brevedad esta deuda con los ciudadanos chilenos que residen en el exterior: éstos podrían votar con la sóla inscripción en Consulados y Embajadas. Hasta el momento, el Presidente no ha manifestado su apoyo a dicho proyecto ni ha enfatizado en este tema para los meses restantes de su Gobierno.
Para permitir la votación de los chilenos en el extranjero bastaría efectuar una modificación a la Ley N° 18.556, orgánica constitucional sobre sistema de inscripciones Electorales y Servicio Electoral, pero el Presidente se niega a ingresar con urgencia un proyecto en los términos de su promesa.
Es más, actualmente se discute en el Congreso una modificación al SERVEL que regula la actualización de los padrones electorales y el Gobierno tiene interés en aprobarla antes de las elecciones de noviembre ¿Por qué no ha impulsado el voto de los chilenos en el exterior como parte de estas modificaciones?
Todos queremos voto sin condiciones y habría acuerdo para sacar un proyecto de ese tipo adelante a la brevedad, pero sin la iniciativa del Gobierno no es posible avanzar en este sentido.
Durante este año distintas organizaciones y grupos de chilenos en el extranjero se han manifestado en forma masiva para tener la posibilidad de ejercer su sufragio en las próximas elecciones de noviembre.
En las redes sociales podemos ser testigos de miles de chilenos atentos día a día a las noticias de Chile e insistiendo en que se respeten sus derechos como ciudadanos.
Es así como en mayo pasado chilenos en más de 150 ciudades en 35 países salieron a mostrar su descontento y exigir la implementación de este derecho bajo el lema “Haz tu voto volar”, en este empeño están Francisco Fuentealba y Oscar Vivallo, desde Alemania, Valeria Lubbert en EEUU y Sergio Saavedra en Australia quienes iniciaron una campaña para conversar con los senadores y que se comprometan en una votación a favor de los chilenos en el extranjero.
La larga postergación del voto de los chilenos en el exterior deja al descubierto las fallas del sistema democrático: la mayoría quiere que este derecho se concrete, pero exigencias de altos quórums hacen imposible su materialización en un Congreso donde una minoría tiene poder de veto y donde existe una iniciativa exclusiva en materias de ley desproporcionada en poder del Presidente.
A esto se suma un sistema binominal que permite la sobrerepresentación de sectores conservadores de la sociedad que aún temen a una democracia participativa.
Después de todo, el voto de los chilenos en el extranjero no favorece a ningún sector político determinado como prejuiciosamente se cree, sino que es una demanda por más democracia para Chile. Para todos, porque es justo.
Los compatriotas afuera están atentos a lo que sucede en Chile y esperando que el Presidente Sebastián Piñera cumpla su promesa para poder votar en las próximas elecciones.