La incertidumbre en la primaria del pacto “Nueva Mayoría” radicaba en quien obtendría el segundo lugar entre Claudio Orrego (DC) y Andrés Velasco (IND).Dada la segura victoria de Michelle Bachelet, era interesante ver si el candidato democratacristiano podría sacar más votos que el ex ministro de Hacienda, no sólo por el significado personal de esto para los aspirantes a La Moneda, sino sobre todo por cuantificar el peso real de la DC en el conglomerado de oposición.
Ante el inminente triunfo de Bachelet, la DC no tuvo la capacidad de colocar segundo a su candidato. Algo impensado teniendo en cuenta que el partido actualmente posee 9 senadores, 19 diputados, y 56 alcaldes. Ninguna otra colectividad tiene más senadores o alcaldes hoy en día, y en cuanto a diputados solamente la UDI los supera.
La DC tuvo la opción inicial de elegir entre dos diferentes estrategias su papel en las elecciones presidenciales de este año. Por un lado, apoyar explícitamente la candidatura de Bachelet, donde las principales figuras del partido se alinearan detrás de ella pensando en las elecciones de 2017, o por otro lado, competir decididamente frente a la ex Presidenta lo cual consistía en movilizar en todo el país a los simpatizantes, militantes, dirigentes, y líderes del partido para lograr un buen resultado.
El partido optó por la segunda alternativa, por lo que inició un proceso el cual incluyó primarias internas en enero pasado entre Claudio Orrego y la senadora Ximena Rincón, con una participación de alrededor de 56 mil personas. Analizando los números de las primarias del 30 de junio la DC lo hizo mal, pero no por la opción escogida. La principal crítica que se puede hacer es que la mayoría de las autoridades que pertenecen al partido dejaron solo a Orrego. Si iban a competir, tenían que hacerlo de verdad, y eso no se notó.
Orrego en la primaria presidencial de la Nueva Mayoría obtuvo alrededor de 190 mil votos con el 8,9% del total, logrando el tercer lugar en el pacto. Lejos de Michelle Bachelet, quien sacó más de 1 millón y medio de votos que equivalen al 73%, y de Andrés Velasco, quien tuvo más del 13% de las preferencias con 278 mil votos. Fue tan malo el resultado para el candidato de la DC, que incluso Orrego estuvo más cerca del cuarto lugar de José Antonio Gómez con 81 mil votos de diferencia, que de la segunda posición de Velasco quien le sacó 88 mil de ventaja.
Este tercer lugar se puede explicar por el bajo apoyo que tuvo Orrego por parte de quienes tenían cargos de representación popular que son parte de la DC, y que justamente debieron ser la gran fortaleza de su candidatura frente a la carencia de estructura partidaria del independiente Andrés Velasco.
En primer lugar, donde había senadores en ejercicio de la DC, Orrego sacó sólo 1,65% más de votos en relación a las circunscripciones en las cuales no tenía senadores este partido.
Sin embargo, Velasco obtuvo 1,78% más de votos ocupando la misma distinción. Es más, de las 9 circunscripciones con presencia de senadores DC solamente en una Orrego se impuso a Velasco, con la exigua diferencia de 152 votos a favor.
En segundo lugar, donde había diputados en ejercicio de la DC, Orrego consiguió 2,17% menos de votos respecto a los distritos en los cuales no tenía diputados este partido.De los 19 distritos en donde hay un diputado DC, en sólo 5 de éstos logró tener más votos que Velasco, con una diferencia de menos de 1900 votos en total.
Y en tercer lugar, donde había alcaldes en ejercicio de la DC, Orrego obtuvo 3% más de votos en relación a las comunas donde no tenía alcaldes este partido. De las 56 comunas en manos de un alcalde DC, en 30 de éstas Orrego alcanzó más votos que Velasco, con 9 mil votos de diferencia en total.
En definitiva, Velasco la ganó a Orrego en 13 de 15 regiones, en 16 de 19 circunscripciones, en 51 de 60 distritos, y en 230 de 346 comunas del país. Fue un triunfo más que claro.
El bajo aporte en votos de los alcaldes y senadores en ejercicio de la DC, sumado al impacto negativo en votos de los distritos con diputados del mismo partido, ponen en jaque el liderazgo que el partido podría tener a nivel de la coalición, y al mismo tiempo quedan dudas respecto a su futuro.Quienes siendo DC no apoyaron decididamente al candidato de su colectividad, podrían haber cometido un gran error.
En el fondo, el gran problema que podría enfrentar la DC en los próximos años es que antes que ellos mismos se cuestionen su permanencia en el pacto político-electoral de la hoy llamada Nueva Mayoría, sea el resto de los partidos los que vean a la DC como un actor del cual se puede prescindir sin mayores problemas.
Algo que cada vez con mayor frecuencia está ocurriendo, lo cual habría sido impensado en la década de los noventa.