05 nov 2012

El futuro de la encuestología en Chile

En mi columna anterior argumenté que, para la elección municipal que acabamos de vivir, había que tener poca fe en la capacidad predictiva de las encuestas. Ello debido a que el escenario político producido por el voto voluntario, sería difícilmente capturable por una industria acostumbrada a un padrón electoral cerrado y con poca variabilidad.

Ciertamente, los resultados electorales de diversas comunas confirmaron mi hipótesis inicial. El factor clave, argumentan casi todos, es que la abstención superó todas las predicciones y cálculos.

Ahora bien, aprovechando la merma en su credibilidad, diversos analistas han comenzado el ejercicio de denostar y demonizar a la encuestología. Se ha sostenido que los estudios de opinión son “instrumentos de poder”que reducen la “capacidad de reflexión de la ciudadanía” y que, muchas veces, son parte de un proceso de manipulación de la sociedad liderado por los actores más influyentes de la vida política nacional.

A mi juicio, estos argumentos resultan completamente exagerados, debiendo distinguirse claramente entre la encuestología-como técnica científica- que busca dar cuenta del estado de la opinión pública en un determinado momento, y el uso que los partidos políticos, candidatos y, especialmente, medios de comunicación, hacen de este instrumento.

Respecto de la encuestología, se debe reconocer que ella, hasta antes de esta elección, y a partir del retorno a la democracia, había alcanzado una capacidad predictiva bastante impresionante, siendo muy pocas las encuestas serias cuyos pronósticos se alejaran más allá del margen de error de los resultados electorales definitivos.

De hecho, las encuestadoras más serias –CEP, CERC, entre otras- o bien no realizaron encuestas en esta elección, o mantuvieron silencio respecto de los resultados obtenidos, por lo que claramente no pueden ser criticadas o cuestionadas aún por falta de rigor.

Asimismo, se hace necesario poner de manifiesto el gran cambio que significa la voluntariedad del voto y el mayor grado de incertidumbre respecto de los votantes efectivos que esta modificación introduce.

Pocos, en estas elecciones, se dieron el trabajo de ponderar sus resultados por variantes demográficas que permitieran establecer cuán probable era que cierta persona fuera a votar, pero quienes lo hicieron, se basaron en modelos y supuestos extranjeros (la abstención se reduce a los más ricos, los más educados, los más extremistas, y a los que enfrentan elecciones muy competitivas), que resultaron no ser completamente correctos para analizar la realidad chilena.

En este momento, todas las empresas encuestadoras que desarrollan estudios de carácter político,deben estar sacando diversas conclusiones respecto de la forma en que deberán trabajar de aquí en adelante.

Así, es posible argumentar que el futuro de la encuestología chilena apuntará a la elaboración de modelos que permitan cuantificar las posibilidades de que una persona vote o no, lo que redundará en resultados predictivos más ajustados a la realidad.

Más aún, cada empresa deberá determinar si estos modelos son replicables en elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales, o si, por el contrario, existen especificidades en cada uno de estos procesos que ameritan ajustes más o menos severos a los modelos y variables utilizadas.

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  • http://www.facebook.com/profile.php?id=635325296 Carlos Marquez

    bueno su articulo Sr. se le agradece su claridad y la informacion compartida. sin embargo, una duda que me asalta es si es posible separar  las encuestas de su manejo (quienes las originan) y/o la interpretacion y manipulacion que de ellas se hace? en el marco socio politico y los medios de comunicacion resulta aun menos creible que uno como ciudadano distinga lo que ud sostiene como fuentes creibles. Eso en si presupone un dominio y manejo que es ajeno a la mayoria de quienes se informan. Por esa razon talvez la critica a las encuestas como instrumentos utiles.De todas formas muchas gracias
    carlos

  • carloscortes

    Considero que para ser mas justos en la crítica  a las “encuestas” se debiera ser mas preciso y señalar que las encuestas que en esta oportunidad no le “achuntaron” son específicamente las encuestas TELEFONICAS” (las menos creibles) Son muchos los sesgos que esta metodología padece y que muchas empresas de encuestas, por una parte no conocen,les da lo mismo, o simplemente están Facturando más. Si algún profesional conociera el trabajo in situ de una entrevista teléfonica, su universo y la capacidad de fidelidad de las respuestas de los eventiales entrevistados (con teléfono), mas el sesgo natural que ejerce el entrevistador (se paga por entrevista efectiva….), estoy seguro que NO RECOMENDARIA UNA ENCUESTA TELEFONICA en política. Todo lo anterior es sin considerar que el set de preguntas sea insesgado y adecuado all OBJETIVO PRINCIPAL.- Los expertos debieran salir a defender una actividad que bien desarrollada y aplicada siempre ha sido útil.
    La mejor encuesta política es la que se aplica cara a cara con un muy buen diseño muestral y de tamaños muestrales mas acordes, con 300 o 400 encuestas no podemos predecir con certeza un resultado que es posible ganar con UN VOTO de diferencia.
    Carlos Cortés F.

  • Sergio Teran

    Se pasó por alto que, de acuerdo a estudios, somos el segundo país más individualista del planeta. Entonces, el “no estoy ni ahí” es el mayor factor que primó en la votación. Hay que volver a la Educación Cívica en los colegios y hay que cambiar los paradigmas de este modelo de sociedad.
    La indiferencia hace que al encuestador se le conteste cualquier cosa…