Se inició formalmente la carrera por la renovación de las autoridades municipales. Una elección es siempre un buen barómetro para determinar la realidad política nacional.Las elecciones son la mejor encuesta, qué duda cabe.
Esta elección municipal no solo tiene de novedoso que la Coalición por el Cambio y no la Concertación sea la que está en la Moneda. Esta es la primera votación que incluye inscripción automática y voto voluntario, o sea es una oportunidad de hacer cambios, pues hay 5 millones de chilenos nuevos electores con poder suficiente como para alterar el resultado de cualquier comicio. Ello hace impredecible el resultado de cualquier elección.
Sin perjuicio de estos relevantes aspectos, la realidad indica que esta elección sorprendería en mejor pie a la Coalición gobernante que al pacto de izquierda –con algunos ligeros tintes de centro- compuesto por la Concertación y el Partido Comunista. Veamos siete claves de por qué ello parece ser así:
1. Unidad en la Coalición de Gobierno. Con la inscripción del pacto el sábado pasado, RN y la UDI dieron una potente señal de unidad y coherencia: el conglomerado oficialista enfrenta en un pacto único las elecciones a alcaldes y concejales, mientras la oposición lo hace de manera separada, expresando confusión política y electoral. Salvo uno que otro descolgado, la Coalición muestra en este ítem estar mejor que la oposición.
2. Mejores proyecciones. Si la elección opera conforme a parámetros racionales, y de no mediar accidentes, de acuerdo a las proyecciones la lucha electoral en comunas emblemáticas como Santiago, Ñuñoa, Maipú, Cerro Navia, Valparaíso, Viña del Mar, El Bosque y Temuco proporcionarían victorias a la Coalición. En cambio, la Concertación ha centrado la discusión en Providencia, emulando la lógica del SI y el NO, donde Labbé seria el representante de aquella. A mi juicio ello es un error, pues basta que el edil gane para desmentir dicha lógica.
3. Espiral ascendente versus espiral descendente. La Alianza en el 2008 superó a la Concertación al llegar al 40,49% de los votos de alcaldes versus el 38,43%. En 2004, la centroderecha obtuvo un 38,72% y la Concertación un 44,81%. A la Coalición le bastaría mantener su cifra del 2008 para considerarse exitosa. La Concertación, en cambio, no puede darse el lujo de mantener su votación sino que, si quiere demostrar posibilidad de suceder a Sebastián Piñera el 2013, requiere ganar en alcaldes. Sacar un solo voto menos en esta elección sería una calamidad para la oposición.
4. Caída en votación y número de alcaldes de la Concertación. Eso se explica porque las listas separadas a concejales generan disputas locales entre ambos ejes, que influirán en el apoyo de las bases partidarias y de los concejales al candidato único de la oposición.
5. El efecto MEO. La inscripción de cerca de mil candidatos a concejales y alcaldes del PRO, afines a Marco Enríquez-Ominami, algunos de ellos en comunas en donde la oposición aspiraba a competir con un solo candidato y concentrarse en derrotar a la Coalición, vuelve a sembrar en la oposición el terror de enfrentar la elección como lo hicieron en la presidencial del 2009.
6. Bolsa de gatos. El deterioro del clima interno en la Concertación afecta plataforma que aspira a consolidar un sector importante del conglomerado, para el aterrizaje de Bachelet como candidata presidencial. La división producida en esta oportunidad parece no tener vuelta atrás, y las posibilidades de que se repliquen los pactos separados para las elecciones parlamentarias del 2013 construyen un escenario impensable.
7. ¿La DC y el PC? Se ha evidenciado una incipiente pero creciente resistencia pública de un sector de la DC a apoyar a candidatos del PC, especialmente tras la coyuntura de la muerte del líder cubano Oswaldo Payá. La DC no está dispuesta a ambigüedades frente a los atropellos a los DDHH como las que el PC chileno expone en ese país. Los sustentos económicos y políticos de la DC internacional no se lo permitirían
Así las cosas, en octubre, finalmente, podremos comprobar fehacientemente, con la mejor de las encuestas, si los chilenos han logrado compenetrarse del mensaje de cambio del oficialismo o, en cambio, si la oposición integrada por la Concertación y el Partido Comunista es quien lidera la sintonía del sentir popular. La mejor encuesta, lejos, es la elección. Y en democracia, la votación popular es el mejor índice de popularidad.