La posición que adopte la ciudadanía, la sociedad civil, las organizaciones sociales y políticas sobre el futuro del cobre chileno es un primer paso para iniciar un proceso de renacionalización del metal rojo.
Es así que en la próxima Junta Nacional del PDC, a desarrollarse el 15 y 16 de junio de 2012, se presentará el voto político “Recuperando el Cobre para Chile” que ha generado un grupo de camaradas de la Democracia Cristiana y que cuenta con cientos de firmas, entre ellas tres Vicepresidentes del PDC (la ex Ministra Laura Albornoz y los diputados Víctor Torres y Fuad Chain), el Senador Mariano Ruiz-Esquide, los diputados/a Carolina Goic y Ricardo Rincón, consejeros nacionales, presidente de Frentes, concejales y dirigentes territoriales (Comunales, Distritales y Regionales) y por sobre todo el apoyo de los militantes de base del Partido Demócrata Cristiano.
Dicho documento fue presentado al Consejo Nacional del PDC con la adhesión y apoyo de 20 miembros del Consejo Nacional del Partido, instancia que no lo ha debatido. Ahora se presenta a la Junta Nacional del PDC para que se integre en las conclusiones finales de dicha instancia partidaria.
En lo esencial del documento se plantea que la Democracia Cristiana debata y acuerde una nueva política hacia la utilización de los recursos naturales, principalmente el cobre, que implique un rol más activo del Estado chileno y poniendo especial atención con el litio y el agua, cuyo estatuto jurídico debe considerar la protección de dichos recursos para fortalecer un modelo de desarrollo conforme a los intereses de la mayoría del país y no de los grupos económicos.
Asimismo se plantea que el PDC deberá impulsar y promover un debate en torno a definir una política pública de explotación, refinamiento, elaboración y comercialización del cobre como una riqueza básica del país.
Las líneas de acción de dicho debate deberían ser dos:
En primer término, la defensa del cobre y de las riquezas básicas en general.Reivindicando el rol histórico y protagónico del PDC en la Nacionalización de la Gran Minería y el rol que ha jugado el Estado de Chile en la minería del cobre.
En segundo lugar, la recuperación para Chile y su pueblo de toda la gran minería que ha sido desnacionalizada a partir de 1979. Se debe considerar que dicho proceso de debate sobre la Renacionalización del cobre debe ser abierto, transparente e informado, enfrentando los obstáculos constitucionales, financieros y de relaciones de conflicto en un mundo cada vez más globalizado.
Todo lo anterior bajo la premisa que para la soberanía de Chile, el control del cobre debe estar en manos de los poderes públicos del Estado de Chile y no en manos de las empresas extranjeras.
En una Junta Nacional marcada por las proclamaciones de candidaturas a concejales y alcalde, el debate de fondo – que debiese inspirar el de las precandidaturas presidenciales – debería estar centrado en temas que preocupan y ocupan al país, donde una definición de una política frente al cobre que recoja el anhelo de su renacionalización tendría que ser una de las principales conclusiones del próximo conclave de la Democracia Cristiana.
Esperemos que el debate de la principal instancia política del PDC esté a la altura de los nuevos y grandes desafíos que plantea el país.