06 oct 2011

La política en decadencia

Es la decadencia de la política realmente existente.

La que practica la elite en el poder y sus apoyadores en función de sus intereses corporativos y particulares.

La de aquellos que por años negaron el valor de la cosa pública, y la reemplazaron lisa y llanamente por la represión  y el engaño.

El ejercicio de la  fuerza sin legitimidad es poder desnudo. Rebaja esta vital actividad y no la aprecia,  porque no cree en la capacidad de la sociedad y sus ciudadanos de autogobernarse  a sí mismos, sin tutelas policiales, amenazas,  manipulaciones mediáticas.

Tampoco cree en que sea  bueno y útil que los ciudadanos participen, deliberen, tengan otros puntos de vista que los suyos.

Para ellos es una lástima que los sujetos consumidores o sujetos-billeteras se las den de ciudadanos, y emitan o expresen en las calles su parecer.

Su destino es claro: consumir, embelesarse con las novedades televisas o futboleras, endeudarse, privatizarse.

Ellos quieren que la sociedad funcione como un cuartel o una empresa, donde ya sabemos quienes mandan.

Entienden por política la anti-política, es decir, el gobierno de los intereses particulares amparado a final de cuentas, en la fuerza o la manipulación desinformativa.

Por eso su temor a una ciudadanía  más ilustrada.

Por eso su conveniencia en que no tengamos  una cultura política pública basada en una asunción real de una ética de los derechos humanos,  y una educación cívico-política que empodere a los habitantes de esta larga faja de tierra y no haga tabla rasa de la memoria del pasado.

Es la implementación después de tantos años ya, de la anti-república. La mayor parte de ellos se dicen, además, liberales, sin aclarar mucho en verdad en qué están pensando cuando lo dicen.

Aunque, sabemos  que en todo liberalismo real hay una importante  cuota de desconfianza hacia los ciudadanos; hacia una participación muy enérgica de éstos en la cosa pública, a que les ocupe demasiado tiempo y no dediquen buena parte de sus esfuerzos al emprendimiento comercial, a la producción, al trabajo o el consumo.

En el último tiempo somos testigo de varias “perlas” que grafican esta decadencia.

Una que impacta tiene que ver con el uso de sucesos trágicos en principio evitables (33 mineros, Juan Fernández), para catapultar a algunos personeros de gobierno hacia una eventual presidencia vía encuestas y la complicidad de los medios de comunicación manejados  por una minoría. Impresentable.

¿Habrá entonces que esperar  (o, peor aún, inducir) nuevos sucesos trágicos, sea para mantener la popularidad de los ya en carrera o eventualmente, impulsar nuevas candidaturas?

Es la política como mero espectáculo. ¿Será eso política democrática?

Segundo, se ha informado por algunos medios  de los  ribetes de la discusión a puertas cerradas de la  ley de pesca y las cuotas de captura de los recursos marinos que, en principio, obviamente, como no,  pertenecen a todos los chilenos.

Nos hemos enterado que sólo siete familias empresariales serían dueñas y/o manejan el 76% del sector pesquero nacional.

Para eso, por supuesto, se requiere un fuerte lobby con los ministros del área economía, claro está.

Es decir, con el poder político.  Impresentable.

Tercero, nos enteramos que el gobierno quiere poner más”mano dura” de la ya aplicada hasta ahora (con las consecuencias fatales de la muerte de un joven de 16 años; pero bueno,  un mero daño “colateral”…), respecto a manifestaciones públicas estudiantiles o no y eventuales saqueos.

Sin embargo, ¿se piensa aplicar esta nueva legislación represiva también al saqueo de cuello y corbata que ejercen las tiendas del retail o los bancos, con sus clientes?

¿Se aplicará a las transnacionales que lucran con nuestros recursos naturales y depredan el medio ambiente para la obtención de una ganancia cortoplacista?

Estamos cansados de tanta “originalidad”.

Ahora de nuevo escuchamos la palabra “cáncer” para referirse  a cierta  delincuencia  y cierto tipo de violencia.

Por favor,  ese término ya se usó para el golpe de Estado, y en ese entonces el “cáncer” estaba representado por personas y familias chilenas  que cometieron el gran “pecado” de creer y apoyar otro proyecto de sociedad para el país.

De muchos de ellos aún no se conoce  su paradero. A propósito de búsquedas y descansos póstumos tan presentes en la prensa y los medios este último tiempo.  Impresentable.

Cuánta falta nos hace una institución como el ombudsman en Chile. A lo mejor podría contribuir  más a la paz social que algunos poco  útiles  parlamentarios.

En verdad, el único “cáncer” que corroe nuestra sociedad e impide una real vida democrática, está representado por las escandalosas desigualdades que presiden el acceso  a los medios de comunicación, al poder, al saber y al tener que nos distingue como país.

Pero bueno, no se puede pedir mucho más  cuando, como dice C. Lasch, “la única finalidad de la política  es la de vender su liderazgo al público”, es decir, la política como espectáculo. Con esto, de paso,  se queda sin criterios inteligibles  para definir las metas de  políticas específicas o evaluar el éxito o fracaso de su gestión.

De aquí a su decadencia pues, no hay más que un paso.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=664936546 Mario Enrique Perez Lopez

    Concuerdo con el columnista Salvat, estamos en un tiempo donde se cosecha el resultado de una estrategia que proviene desde la época de la Dictadura.
    Manteniendo el sistema binominal, el capital especulador y perverso se encarga de financiar campañas a todos los sectores políticos, comprometiendo a muchos parlamentarios en operadores de la especulación al servicio de la depredación efectuada por el financista en todos los ámbitos de la industria.
    El sistema político actúa como cartel. Determina a dedo que ciudadanos son los que debemos elegir, por cierto siempre y cuando sean militantes pues el ciudadano independiente está prácticamente anulado antes de inscribirse por tanto requisito y cortapisa que le han dispuesto por ley. Eso, NO es DEMOCRACIA.
    Ni hablemos de la manera que se ha desarrollado la institucionalidad a medida de los intereses de la especulación.
    Desde décadas vienen violentando a la ciudadanía manipulando a los medios a través de la publicidad, así no permiten que sean independientes y solo auspician medios serviles a sus espurios intereses.
    Pruebas para sustentar su comentario Salvat, hay miles.
    Se necesita generar miedo y terror para que la gente se adhiera a la denominada “seguridad” en la “lucha contra el terrorismo”.
    Hoy sale en un medio el ex embajador y senador Otero, Tío del Senador Espina, entrevistado como autor de la ley contra las tomas, ¡de que estamos hablando!.
    Pablo, coincido con su asertivo comentario. tal cual nos acostumbra.

  • http://www.facebook.com/profile.php?id=664936546 Mario Enrique Perez Lopez

    Concuerdo con el columnista Salvat, estamos en un tiempo donde se cosecha el resultado de una estrategia que proviene desde la época de la Dictadura.
    Manteniendo el sistema binominal, el capital especulador y perverso se encarga de financiar campañas a todos los sectores políticos, comprometiendo a muchos parlamentarios en operadores de la especulación al servicio de la depredación efectuada por el financista en todos los ámbitos de la industria.
    El sistema político actúa como cartel. Determina a dedo que ciudadanos son los que debemos elegir, por cierto siempre y cuando sean militantes pues el ciudadano independiente está prácticamente anulado antes de inscribirse por tanto requisito y cortapisa que le han dispuesto por ley. Eso, NO es DEMOCRACIA.
    Ni hablemos de la manera que se ha desarrollado la institucionalidad a medida de los intereses de la especulación.
    Desde décadas vienen violentando a la ciudadanía manipulando a los medios a través de la publicidad, así no permiten que sean independientes y solo auspician medios serviles a sus espurios intereses.
    Pruebas para sustentar su comentario Salvat, hay miles.
    Se necesita generar miedo y terror para que la gente se adhiera a la denominada “seguridad” en la “lucha contra el terrorismo”.
    Hoy sale en un medio el ex embajador y senador Otero, Tío del Senador Espina, entrevistado como autor de la ley contra las tomas, ¡de que estamos hablando!.
    Pablo, coincido con su asertivo comentario. tal cual nos acostumbra.