Hace unos días fui entrevistado por Chilevisión, en relación a un hecho lamentable que sufrió un joven de la Penitenciaría de Santiago.
Después de un año de estudios de auditoria por Internet, en un Instituto técnico, con óptimas calificaciones y reconocido por su esfuerzo y dedicación, se le canceló la matricula, por venir de un centro penal, conforme a dichos de su madre, quedando trunco su segundo y final año de carrera.
Encuentro insólito que se le prive de estudiar a una persona que demuestra interés por calificarse, para enfrentar la vida con herramientas adecuadas y de esa forma terminar con un pasado con antecedentes penales.
Considero que dicho Instituto lejos de dificultar el retorno al estudio del joven en cuestión, motivado por problemas financieros, debió favorecer el ingreso, justamente por su situación personal.
Ante situaciones semejantes en la sociedad, en todos sus segmentos, tienen que levantar la voz, para que esto no ocurra.
Por otra parte el Estado de Chile, debe promover instancias de protección, para quienes equivocando el camino, hoy quieren desplegar sus alas y remontar el vuelo para alcanzar nuevos horizontes en sus vidas.