Como recordarán, mi abuela me ha pedido que defina mi posición respecto a la adopción de menores por parejas del mismo sexo. Es un tema complejo y sobre el cual existe en Chile un rechazo mayoritario. La encuesta recientemente realizada por Radio Cooperativa-Imaginacción y la Universidad Técnica Federico Santa María, indica que un 40 % está de acuerdo en que parejas homosexuales tengan derecho a adoptar o criar a hijos que tuvieron con parejas anteriores (1).
Estoy convencido que si la pregunta se hubiese limitado a “adoptar hijos”, dejando fuera lo de criar hijos propios, el porcentaje de aprobación sería mucho más bajo.
En otra encuesta solicitada por Informe Especial en agosto del 2010 a la empresa Subjetiva, se puede observar que el 24,7% de los consultados está de acuerdo en que las parejas homosexuales tengan derecho de adoptar menores (2).
No soplan, en nuestra sociedad, buenos vientos para que parejas homoparentales adopten niños.
Pero bueno, debo cumplir con lo que ella me pidió. No quiero contrariarla y que por mi culpa le suba la presión o se descompense su glucosa.
Abuela, de acuerdo a lo que me enseñaste a temprana edad, “me comeré el salchichón de a rodajas”. Igual me puedo intoxicar, pero al menos no me atragantaré.
Primera rebanada. ¿Tienen derecho las personas homosexuales a criar sus propios hijos?
Los humanos no pueden, hasta ahora, concebir de forma natural hijos con personas de su mismo sexo.
Por tal razón, los humanos homosexuales chilenos que son padres, han alcanzado esta condición por una relación heterosexual previa a hacer pública su opción sexual. En otros países la inseminación artificial, unida en algunos casos, al uso de “vientres de alquiler”, ha permitido el que parejas homosexuales tengan hijos.
Abuela, el cuestionamiento a que una persona homosexual pueda criar a su propio hijo pasa por el reconocimiento público de su opción sexual. De hecho, si un homosexual no reconoce su condición y sigue manteniendo una relación heterosexual, puede seguir cuidando sus hijos sin que exista cuestionamiento alguno.
Miré a mi abuela para verificar que no presentara síntomas extraños con esta primera consideración. Aparte de un cierto color en sus mejillas que la hacen ver incluso más saludable, todo en ella parece normal.
Sonrió y dijo: ¿Tú crees que todos los seres humanos tienen derecho a criar a sus hijos?
Es evidente que la condición “normal” es que todos los padres tengan derecho a criar a sus hijos, y sólo situaciones especiales y que pongan en peligro al menor puedan ser consideradas para quitar este derecho. Una enfermedad mental o alguna condición física o psíquica que ponga en riesgo al menor son elementos que la sociedad considera para limitar este derecho.
Y esto es, sin duda, razonable. El bienestar del menor debe estar por encima de cualquier elemento que se transforme en un riesgo cierto.
Ahora, una enfermedad que afecte a uno de los padres (o ambos), y que ponga en riesgo la integridad del hijo, debería ser suficiente para limitar la tuición de éste a uno o a ambos padres.
Afortunadamente para los padres homosexuales, ya son muy pocos los humanos que consideran que dicha condición corresponde a una enfermedad (hace algunos años, en la sociedad chilena muchos la describían como “una enfermedad”; incluso existían clínicas en diversos países que ofrecían, entre sus servicios, el de “sanar” a quienes padecían de este “mal”).
Cerrado el punto de la “enfermedad”, vamos por los peligros que generarían a un menor tener un padre o madre homosexual.
Sobre esto, se puede considerar la información formal producto de estudios serios realizados por profesionales competentes o, como alternativa, analizarlo desde la “idea preconcebida” y del prejuicio.
Abuela. Mi opinión es que los humanos heterosexuales y los homosexuales tienen derecho a criar a sus hijos, y esta condición sólo puede ser modificada si presentan alguna enfermedad que ponga en riesgo al menor.
Cuando le dije esto, se fue a buscar un vaso de vino tinto. Según ella, este bebestible le ayuda a pensar con más claridad y es probable que tenga razón.
Se tomó un sorbo y me dijo: No debe ser fácil tener dos madres o dos padres.
¿Viste que una ministra argumentó que debe evitarse esta situación por las burlas que sufrirán estos niños?
Abuela. A estas alturas, estos temas están muy estudiados en países donde estas situaciones se han presentado hace ya años.
Un niño que vive con su madre homosexual no es molestado más por la condición de su madre que aquél cuyo padre es gordo, chico, feo, narigón, calvo; o peor aún, hay niños a los que los molestan por no tener padre. Te prestaré un estudio español que analiza en detalle este tema.
Mira me dijo: sería bueno que te pongas a régimen. No me gustaría que molesten a mis bisnietos por tu gordura. También deberías usar un shampoo anti caída del cabello. Te estás pareciendo cada vez más a tu abuelo.
Bebió otro sorbo de vino y me dijo: ¿Pero ser homosexual no podrá en riesgo al hijo? Supongo que has escuchado esto de la pedofilia y ¿qué me dices sobre el que los hijos terminen también siendo homosexuales?
Mi abuela está muy golpeada con esto de la pedofilia. Ella asistía con frecuencia a la Iglesia del Bosque (cuando era creyente…).
Vamos por parte: La pedofilia es una alteración no correlacionada con la homosexualidad y, por consiguiente, no consideraré esa pregunta tuya.
Lo de que los hijos “terminen” siendo homosexuales tiene en el enunciado una condición negativa que no es amable con el mundo homosexual.
Con todo, existen estudios (3) que indican que –estadísticamente- un 10% de la población mundial es homosexual. Los mismos estudios indican que en familias homosexuales, el porcentaje es el mismo que en las heterosexuales, es decir, no se aprecia un cambio en la tendencia estadística por el hecho de vivir en un hogar homoparental.
Debo decirte que el porcentaje de homosexuales actualmente reconocidos provienen, estadísticamente hablando, mayoritariamente de hogares constituidos por parejas heterosexuales.
Lo que además indican estos estudios, es que los hijos criados en hogares de homosexuales asumen con naturalidad esta condición (4).
Por último, lo que me parece más complejo es tu pregunta respecto a si se pone en riesgo al hijo a consecuencia de la homosexualidad de uno de sus padres. Te pediré que leas este estudio de la universidad de Sevilla (4). Fue realizado hace más de 5 años. Luego me cuentas.
O sea, querido nieto, que como decía tu abuelo: nadie está exento de esta situación. Hasta en las mejores familias pasa… (mi pobre abuelo, ya fallecido, además de ser muy religioso, era un declarado homofóbico).
Bueno abuela, tu marido -es decir mi abuelo- era algo brutal para sus comentarios.
Noté que sus ojos se humedecían. De seguro algún recuerdillo del abuelo. Respiró profundo y me dijo: Querido nieto ¿me quieres decir que una familia homosexual es mejor que una familia normal?
Abuela, ya conversamos sobre la normalidad como concepto estadístico.
Una buena familia es lo mejor para cualquier niño y, por tanto, te invito a que concordemos qué es una buena familia.
Noté que estaba cansada. Se tomó la cabeza y dijo: se ha hecho tarde. Te ruego nos juntemos mañana al desayuno y concordamos esto de qué es una buena familia, y terminas por responderme si crees que una pareja de homosexuales puede adoptar un niño.
Abuela los fines de semana yo me levanto algo más tarde.
Se terminó su copa de vino (me pareció que era la segunda….), y se fue a dormir.
En la puerta se detuvo, giró su cuerpo y me preguntó: para ti, ¿una buena familia es lo mismo que un buen hogar?
Abuela, ¿lo conversamos mañana?
(1) www.cooperativa.cl/prontus_nots/site/…/encuesta_uniones_de_hecho.pdf (2)http://www.subjetiva.cl/subjetiva/online/obj/CTN_DetalleContenido.php?TRI_IdCont=146&TRI_Tipo=ESTUDIOS (3) http://www.pap.es/files/1116-368-pdf/381.pdf (4) http://www.ccoo.org.es/comunes/temp/recursos/99922/679545.pdf