Deseo destacar tres riesgos que asoman en los primeros 14 meses del gobierno del presidente Piñera, y que aún pueden ser corregidos por el bien del país.
Primero, con astucia el candidato Piñera destacó en su campaña que haría lo mismo que el gobierno de la presidenta Bachelet, pero mejor. Y sorprendió al país en su Mensaje de mayo de 2010, al comprometerse con propuestas concertacionistas que quedaron pendientes. Al cabo de un año las ha incumplido o desdibujado. Sus resonantes anuncios han sido sucedidos de propuestas menores.
Es indispensable hacer que cumpla de verdad los propósitos declarados. La protección social, y la reducción de la desigualdad son requisitos esenciales para entrar a una nueva etapa de desarrollo.
Segundo, se ha desvanecido el mito de la eficiencia y de la“nueva forma de gobernar.” La gestión ha sido pobre. La deficitaria reconstrucción delterremoto, la crisis de Magallanes y ahora el manejo energético son tres evidencias de ineptitud.
La elevada rotación de altos funcionarios es otra insuficiencia. La vocación pública no parece ser el fuerte, y el paso por el gobierno es entendido por muchos altos funcionarios como un interludio de su trayectoria privada.
La probidad y el apego a la ética pública han sido vulnerados en casos como Kodama y el de la Intendenta de Biobío. Además, el estilo empresarial vertical y centralista colisiona con el auge de la participación ciudadana, estimulada en todo el mundo por la educación y las nuevas tecnologías.
Por el bien del país, y en atención a la brevedad del periodo presidencial, es indispensable que el gobierno mejore su gestión, corrija su tendencia al elitismo y se abra algo,para lograr mejores resultados.
Tercero, gobernar bien necesita de una visión de país, prioridades nítidas y valores claros.Gobernar es más que mera gestión o que el simple traslado de la lógica privada a los asuntos públicos. Se requiere precisar lo esencial y buscar acuerdos nacionales.
Lo que el gobierno ha hecho a desgano, con remilgos, en educación, ahora en energía,ojalá con el postnatal, o con el ingreso ético familiar, debe ampliarlo sin complejos al campo de las reformas políticas, atrasadas, pues es indispensable para la democracia y es bueno para el país.
Al gobierno corresponde tomar la iniciativa para construir acuerdos. Encontrará buena disposición en la oposición, como ya ha ocurrido. Además, si la oposición piensa, y puede, ganar las próximas elecciones debe facilitar los acuerdos en pro de la igualdad de oportunidades,la protección social y el reforzamiento de la participación ciudadana.
Ojalá Piñera cumpla lo que prometió en mayo del 2010: las reformas políticas (ley de primarias, elección de consejeros regionales, inscripción automática para los jóvenes, voto de los chilenos en el exterior, sistema electoral), las reformas sociales, apoyo a las pequeñas y medianas empresas, para elevar la productividad y contener la incontrolada concentración del poder. Ojalá defina de una vez una matriz energética sustentable, con participación ciudadana y un poder rector del Estado.
Avanzar hacia un gran país de capas medias, innovador y meritocrático,democrático y participativo, ha de ser nuestra meta en esta etapa.
No es este gobierno el que podrá lograrlo, por su composición y práctica elitistas. Es la oposición la que debe estar a la altura, elevando la calidad del debate y de la política,trabajando para que los pasos del actual gobierno no nos alejen de esa meta,preparándose para gobernar y ganando la mayoría ciudadana.