07 may 2015

El nuevo marco político de las generales inglesas 2015

Consultada la Sra. Thatcher respecto de cuál era la obra, de las que había realizado a lo largo de su carrera política, de la que estaba más orgullosa, y respondió que “destruir el laborismo, a través de Blair”.

Estas elecciones generales inglesas 2015 se verifican en el marco de un nuevo escenario político signado por la aparente superación definitiva del duopolio (laboristas-conservadores) y por un alto índice de abstencionismo, de lo cual dan cuenta, de algún modo, los más de 10 millones de indecisos que revelan casi todos los sondeos. Confirmando con ello, al menos, la tendencia planetaria respecto del virtual agotamiento y la profunda crisis que afecta indiscutiblemente al “peor de los sistemas, pero al mejor de los que tenemos”, como diría Lincoln, o sea la democracia liberal representativa.

Un panorama que no puede ser menos propicio para el ejercicio y la práctica de los “comunipólogos” o como quiera que se les llame a la troupé de verdaderos trileros que se “venden” como asesores de marketing político, muy (mal)acostumbrados a vender, con más o con menos creatividad y total impunidad, lisa y llanamente, humo.

Pues, en efecto, asisten impotentes e impávidos a la constatación de la evidencia científica -como diría Chomsky y, también, Umberto Eco en su última novela (Número Cero, Lumen, 2015), dotada, como de costumbre, de un alto contenido teórico- que señala la absoluta imposibilidad de controlar, cómo llegan o, en definitiva, cómo es que son decodificados los mensajes (políticos) por parte de las respectivas audiencias, cada vez más (hiper )fragmentadas, cínicas y volátiles. Un cinismo que, por lo demás, es una respuesta esperable y coherente al cinismo de la política y los políticos.

Por lo que a ratos, pese a lo en verdad desesperanzador del panorama, en la batalla por la conquista de las mentes, por ende sus emociones y conductas o cogniciones sociales por parte de las grandes hegemonías políticas –en el sentido gramsciano del término-, en un escenario (hiper) saturado de “propaganda enemiga”, como titula Alain Badiou al aniquilamiento de la esperanza de algo distinto a lo que tenemos, éstas, al menos, se lo tendrían que “llevar crudo”.

Lo único cierto -pues todo lo parece indicar- es que estas generales inglesas 2015 se definirán por un estrechísimo margen que redundará en dos cuestiones tan fundamentales como obvias: un inédito parlamento de lo más variopinto y un gobierno dotado de una escasa mayoría, por lo que de difícil ejercicio de gobernabilidad.

Por último, ante lo cual cabe preguntarse, ¿por qué se ha llegado hasta esta situación? Y, a lo menos, dos evidentes respuestas no se dejan esperar: la (mala)gestión de la crisis del neoliberalismo por parte de los Conservadores (sin al menos un ápice de solidaridad, sensibilidad o empatía social para con los más débiles) y por causa de la derrota definitiva en la batalla de las ideas por parte de los Laboristas, como diría, precisamente, el historiador británico Perry Anderson, en este estruendoso escenario de crisis sistémica que, dicho sea de paso, virtualmente ha destrozado a la gran clase media inglesa.

Pues resulta indiscutible que, traiciones y claudicaciones al margen de las que habla Richard Sennett, al menos, discursiva y programáticamente los socialdemócratas -aunque no exclusivamente los ingleses- en concreto se parecen mucho, diría demasiado a los tories.

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07 may 2015

Las 72 horas de incertidumbre

El día miércoles 6 de mayo en un hecho inédito, la Presidenta de la República decide informar por medio de una entrevista que había solicitado la renuncia de todo su gabinete de ministros. Ante ello, agregó que se daría un plazo de 72 horas para buscar al equipo de reemplazantes.

El anuncio ocurre dentro de lo que han sido semanas complejas para el gobierno, siendo el ministro del Interior, la figura más expuesta a las críticas por los casos de corrupción, debido a su  relación con las supuestas asesorías prestadas a las empresas del operador político Giorgio Martelli.

Es en ese escenario que se reconoce que el cambio de gabinete era necesario, pero la medida adoptada implica evaluar si ésta fue la más correcta de todas. Pues no hay que olvidar que en política, la forma es igual de importante que el fondo. En ese sentido, la acción de querer cambiar todo el gabinete ministerial, es la muestra más clara y evidente que dentro de La Moneda se vive una crisis sin precedentes.

Ahora bien, la puesta en escena tiene un mérito digno de aplaudir. Al ya abierto debate sobre la generación de un proceso constituyente en la agenda comunicacional, se suma el efecto sorpresa -captando la atención de todos- que genera la decisión de querer cambiar todo el gabinete ministerial, logrando de esta manera correr nuevamente el foco de atención respecto a los casos de corrupción que invade a la clase política.

Las instituciones republicanas con las que cuenta Chile son los principales elementos con los que es posible revertir la situación que empaña la actividad pública.

Justamente exponer mediáticamente a dichas instituciones no hace más que seguir socavando la crisis de credibilidad que se instauró en ella. Por el contrario de aquello, una política responsable debiese resguardar –aún con mayor rigor- las instituciones, siendo éstas elementos que vuelvan a dar credibilidad, confianza y respeto por una actividad noble como lo es la política.

Dicho esto, no queda más que esperar estas 72 horas de incertidumbre política. Incertidumbre que una vez realizado el cambio de gabinete, debiese traducirse en un repunte en la confianza y credibilidad hacia el gobierno. Los chilenos esperamos que la presidenta pueda desempolvar del baúl de los recuerdos un esquema y equipo político capaz de enmendar el rumbo.

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07 may 2015

Demagogia y chovinismo

Más de una vez me he referido al tema Chile-Bolivia-Perú pero la reiteración del asunto obliga.

El lenguaje diplomático, como lenguaje internacional y positivo, tiende a decir su verdad utilizando un habla cuidadosa, que nunca niega explícitamente y que nunca ofende al interlocutor.

Eso está muy bien.

Lo malo está  cuando los contenidos y formas del habla escrita o hablada por los Estados, en temas internacionales, carece de fundamentos, se aparta de la verdad y, en vez de tomar como interlocutor o “público objetivo” a los actores internacionales, se dirige al público interior, a sus ciudadanos, con el fin de halagarlos y recibir de ellos el apoyo político y electoral que los gobiernos creen necesitar.

Bolivia, desde su derrota en la Guerra del Pacífico y con más insistencia en los últimos años, ha dado a entender, en su comunicación hacia el interior (y ahora también hacia el mundo), que la miseria acumulada en el país por décadas y décadas, es producto en primer término de su enclaustramiento y de la mediterraneidad en que lo dejó Chile hace 136 años.

Sus gobiernos más progresistas y transformadores-entre los cuales está el actual-  “culpan” más a Chile (no a la burguesía chilena del siglo XIX) que a su propia oligarquía nacional o a las potencias imperiales de los siglos XIX y XX. En ese discurso concuerdan los representantes de su burguesía, que así esconden su responsabilidad y se la adosan exclusivamente a Chile.

Parecen decir, sin decir claro, que la sola pérdida de Antofagasta y del mar causa subdesarrollo capitalista en  el país, contradicciones regionales en sus casi un millón de kilómetros cuadrados actuales, e injusticia social y económica de la que no se ha podido desligar.

Perú, desde el Tratado de 1929 en adelante, Tratado evidentemente más conveniente a Chile que al país que perdió la Guerra del Pacífico 50 años antes,  ha mantenido -con más claridad en la pequeña burguesía costeña que en los pueblos andinos-  la idea de que la expropiación de Arica e Iquique por la fuerza y la ocupación chilena de Lima, Miraflores y todo el sur, incluida Tacna por 50 años, constituyó el reinado de la brutalidad invasora, del robo en  gran  escala, de la destrucción de muchas bellezas y adelantos y de crímenes que no sólo afectaron a su marina y su ejército sino a la población en su conjunto, incluidas mujeres, viejos y niños.

Junto con eso, Perú mantuvo siempre la esperanza (a nivel militar y civil) no siempre explicitada pero siempre presente como una odisea posible, como una utopía con límites geográficos conocidos, de recuperar su “estrellita del sur”, los territorios usurpados por Chile, tanto en tierra como en gran parte del Mar de Grau. La reciente sentencia de la Corte sobre límites marítimos le dio en parte la razón.

A todos los niños y jóvenes de Perú se les ha educado, insistentemente, y a toda la población por los modernos medios de comunicación, en la idea de que Chile los golpeó y perjudicó y en la esperanza de que podrán venir, algún día, tiempos mejores en ese sentido para el Perú.

Chile, por su parte, no enseña en su educación media ni en la universitaria, que es falso aquello de que sus FFAA son invictas, que hubo combates marinos y batallas terrestres en que fue derrotado, incluso con Tratados como el de Paucarpata, y que, como resultado del Tratado de 1929, Perú conserva la atribución de decir SI ó NO a cualquier acuerdo chileno con “una tercera potencia” (Bolivia por ejemplo) para negociar o entregar territorios en Arica.

O sea, Chile no es absolutamente soberano en Arica, como tampoco lo es en el llamado Territorio Antártico Chileno.

No existe el “territorio antártico chileno de 1 millón doscientos mil km.cuadrados” ni ningún otro territorio antártico puramente chileno.

Chile es miembro del Tratado Antártico, firmado también por muchos otros países, que no reconoce soberanía de ningún Estado sobre el continente blanco, y el país sólo tiene –por su continuidad y contigüidad con la Antártida- el mejor derecho potencial sobre ella.

La demagogia de los tres enemista a nuestros pueblos y puede llevarnos a problemas graves y a un permanente y costoso gasto militar, que sólo favorece a ciertos mercaderes modernos.

En un momento en que la comunicación de cada uno de los tres gobiernos se dirige a ganar puntos en el interior de los países, para conservar o mejorar el nivel de apoyo sin considerar soluciones integradoras verdaderas, no debe apagarse la llama superadora posible: sólo habrá “solución” objetiva si los tres países constituyen un polo trinacional de desarrollo, un puerto trinacional al norte de Arica, al que se una por un corredor Bolivia con el mar. Ello, con los necesarios acuerdos compensatorios y la integración energética regional.

Perú tendrá que aceptar que se modifique su límite territorial sur y la actual alta burguesía chilena deberá pensar en inversiones estratégicas allí, más proyectivas que las que hoy tiene el “retail” en Lima.

Finalmente, habrá que revisar las grandilocuentes afirmaciones chilenas en medio del entuerto con Bolivia en La Haya. No es verdad que Chile tenga, en esta materia, una “permanente política de Estado”. El colocar al ex ministro de Educación de Piñera, señor Bulnes, de mascarón de proa ante Evo Morales en La Haya, no oculta las disparidades y contradicciones históricas de nuestra postura frente a Bolivia. Pinochet no aplicó ante Bánzer “una política de estado” sino un cuasi acuerdo entre dictadores de derecha que un dictador de izquierda hizo abortar.

Esperemos el fallo sobre la demanda boliviana actual sin exageraciones chovinistas.

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07 may 2015

El bosque de Karadima

Existe un texto, en este brillante filme de Matías Lira, que de alguna manera resume lo que estamos por visionar en los próximos 90 minutos y lo que de alguna manera ya poseemos en nuestra retina fruto del mediático caso. “Una vez que entras al bosque no podrás irte,” le dice el pastor vestido de lobo a su presa perfecta, la joven oveja insegura que adolece de adolescencia.

Me arriesgaría a decir que estamos frente a un filme pesadillesco e hipnótico, como podría serlo tal vez un bosque laberíntico y claustrofóbico del que no podemos escapar y en el que todas las salidas nos regresan irremediablemente al ya conocido inicio.

Al ver por TV hace algunos años el testimonio  de James Hamilton, en el que develaba su paso por la parroquia de Av. EL Bosque y su vínculo con Fernando Karadima alias “ El Santito”, no pude dejar de pensar por varios días en lo que debe haber producido en tantos chilenos ese inolvidable momento de profunda, drástica y dolorosa verdad.

¿Qué existía detrás de esos ojos vidriosos, de esa voz madura trémula y valiente?¿Qué hay en la carne de este hombre quebrado, que admite frente a la cámara de TV, no tener mayor explicación para su resignada dependencia espiritual, psíquica y sexual hacia este otro hombre, este sacerdote santo, poderoso y perverso?

¿Qué hay detrás de los ojos del abusador y que habita oculto en el frágil corazón del abusado?

¿De qué están hechos los árboles de ese bosque que dejaron cautivo y encarcelado hasta estos días, a ese débil muchacho de los albores de los años 80?

¿Qué clase de energía terrorífica ejerce la iglesia sobre el imaginario colectivo, que convierte en tabú su denuncia y en grosería la acusación individual de sus pastores?

Esta valiente y robusta película posee la virtud de entregar respuesta a estas dudas y a la vez plantearnos muchísimas interrogantes  más sobre la naturaleza humana, fuente inagotable de toda obra artística que se precie de tal.

Muchos esperarán que esta película desnude y termine por golpear una vez más a una alicaída  Iglesia chilena históricamente  politizada al extremo donde se ostenta la impunidad de no reconocer los errores y miserias espirituales con justas consecuencias legales. El  filme lo hace de cierta manera, pero no es el fondo ni el norte que la guía.

Es difícil hablar de esta obra de cine, es difícil hablar de la dirección, solo decir que es precisa, arriesgada y notable. Matías Lira sabe muy bien de lo que está hablando; el “Caso Karadima” y los casos de pedofilia en la iglesia, para el director no  son más que un gran pretexto para abrirnos los ojos hacia la trastienda de un frágil mundo animal vasto e insondable.

Es difícil también hablar de actuaciones ya que el dolor humano aquí no se actúa, se respira  se huele y se palpa, me es muy difícil separar a los actores de los personajes reales de esta historia…ficción versus la profunda verdad y realidad.  Me cuesta hablar de un guión que nos hace viajar no solo 30 años en el tiempo cronológico sino también  instantes, segundos, minutos y horas en el tic –tac del  reloj fracturado que ambos protagonistas albergan  aferrado a sus entrañas.

No se puede hablar de las actuaciones protagónicas de Benjamín Vicuña y de Luis Gneco ya que ellos no están actuando, ellos  simplemente están  sintiendo y viviendo…están haciendo carne lo que se verá  plasmado en la pantalla de cine.

La textura lumínica del filme es un aspecto importantísimo de destacar, Joan Littin es capaz de retratar la hipnosis atmosférica de la historia que se nos relata, nos desenfoca y nos pone a foco jugando con nuestros sentidos cual si fuese una lente ebria, perdida convaleciente de vértigo. Nos hace sentir testigos voyeristas y a ratos nos deja semi – ciegos tratando ver  momentos prohibidos.

Este es sin duda el cine que nuestro país se merece, un cine de riesgo, complejo, un cine actual, latente, un cine que  nos retrata en los actos de otros…esos otros que solo en apariencia nos resultan diferentes.

Todos podemos llevar ocultos en la carne un lobo y una oveja, no hay que conocer demasiado el mundo en que vivimos para darnos cuenta que muchas veces hay que meterse en el fango maloliente  para aprender el camino más corto que nos llevará a la salida del bosque.

PD: reserve con tiempo su entrada, felizmente las salas se repletan. ¡Viva el cine chileno!

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07 may 2015

Rarezas empresariales: Enersis y Martelli

Nos referimos de esta forma a cuestiones que no tienen explicación y que están ocurriendo en nuestros ojos. En efecto, hace 3 años Enersis  desarrolló una amplia campaña  para convencer al país  que pusiera varios cientos de millones de dólares a través de una operación de aumento de capital unida a otros artilugios a que nos acostumbra supuestamente, con la finalidad de transformar a dicha empresa en lo que se llamó el eje empresarial italiano para Latinoamérica. El asunto fue  muy discutido e intervino la autoridad a poner un poco de orden, pero en definitiva la operación se realizó con algunos cambios.

Ahora pocos años después se plantea a la Presidenta de la República y al mercado una operación completamente inversa  y no se  aclara  que ha pasado para realizar tal contorsión financiera y empresarial y a estas alturas es probable que sea una explicación que no se pueda dar públicamente.

En todo caso como en este país todo puede pasar a vista y paciencia de la autoridad, probablemente Enersis dirigida por los ágiles italianos terminará por imponer su voluntad patrimonial y seguiremos dependiendo en nuestro sistema eléctrico más importante de decisiones  que hace mucho rato no son en beneficio  del país y que no son más que juegos de  artificio de tipo financiero.

Los errores son tan manifiestos que vasta nombrar Hidro-Aysén y Punta Alcalde y asimismo permitir que mantenga el control de Chilectra principal distribuidora y al mismo tiempo el poder de control de Endesa, la principal generadora. Estos hechos no son nuevos ya que hace más de 20 años que denunciamos esta  integración vertical  y solo se logró el año 1997 separar las líneas de transmisión, pero nada más se ha avanzado en esta línea a pesar de los  anuncios tan importantes que hace el ministerio de Energía.

Otra rareza empresarial es la de una pequeña empresa  de un señor Martelli que al parecer recibía informes sobre materias que interesarían a las empresas que le donaban dinero y podemos  presumir a estas alturas que las empresas que le daban dinero  no solo no  estaban interesadas  en  apoyar un proyecto político, sino realmente en conocer lo que determinadas personas opinaban respecto de aspectos sensibles como las materias tributarias, reorganización del Estado, educación, etc., que podría llevar a cabo en un probable futuro una candidata que se veía ya en el horizonte con  muchas posibilidades.

Martelli de esta forma juega un rol  muy  determinante ya que por una parte provee el mecanismo  legal para recibir los aportes para formar en ciernes un equipo y preparar  el programa  en un proceso primigenio y al mismo tiempo, piensan algunos, se habría entregado información de interés en conocer para influir algunas empresas en un futuro gobierno.

Esta  contubernio en apariencia muy inteligente revela, sin embargo, la falla  geológica  ya descubierta de la relación de dinero y política y permite concluir que la relación es con efectos bien concretos y precisos, ya que la persona natural o jurídica que conoce los propósitos de un gobierno  en lo que pueden ser sus lineamientos generales, antes de que exista candidatura y campaña formal, obtiene una información muy privilegiada que le permitirá realizar oportunos movimientos en el mercado y preparar el terreno en que se moverá en un futuro cercano.

Estos casos nos hablan de poder económico incontrastable lo que  es muy triste constatar para quienes recuperamos la democracia, saber a ciencia cierta lo que presumimos, es decir, que hay un mecanismo formal y otro real en el  ejercicio del poder.

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07 may 2015

La encrucijada histórica de Bachelet

La pregunta por el sentido del poder puede entenderse de diversas maneras, el punto está en qué vamos a entender por ese sentido y el modo en que se concretará en el espacio público; ya sea a través de las instituciones, la legislación y/o los más variados aspectos propios de la gobernanza.

En Chile, una de estas significaciones, se dio en el primer mandato de la presidenta Bachelet; en los primeros días de su gobierno muchas mujeres compraban bandas presidenciales en la calle para fotografiarse y posar con ellas, incluso una conocida actriz nacional señalaba emocionada que Chile ya no tenía patria sino matria. En la ciudadanía quedó la impresión que fue un momento de inflexión en el modo de ejercer el poder, más allá del hecho evidente de tener por primera vez a una mujer en la presidencia de la nación.

Esta nueva forma y estilo presidencial, desde el primer momento, llamó la atención de los analistas políticos y logró acuñarse en la prensa y en la opinión pública una particular denominación: la cariñocracia. Una especie de versión acogedora y maternal del poder que los estudios de opinión sintetizaron en la ecuación “confianza y cercanía”, como principales características de la presidenta.

Esta situación implicó revelar el carácter masculino que hasta ese momento había tenido el régimen político en Chile, no sólo porque había sido ejercido exclusivamente por hombres, sino por una particular insistencia en las instituciones como ejes imparciales y soporte del poder del Estado, algo que su antecesor, el presidente Ricardo Lagos -a propósito del jarrón perdido-, había reforzado especialmente al defender el concepto de que las instituciones funcionen.

La gracia de Bachelet es que a los ojos de la opinión pública lograba situarse un poco más allá de este institucionalismo mecánico -el que robaba el jarrón, lo devolvía-, con un calor maternal tranquilizador y lejano de la contingencia y sus vicisitudes, cuestión que explica a su vez la enorme aprobación de su persona al finalizar el primer mandato, en abierto contraste con la pésima evaluación de sus ministros y los partidos políticos gobernantes. Todo esto acompañado, por cierto, de una cuidadosa estrategia comunicacional basada en el silencio y la intervención quirúrgica en cada una de sus apariciones, que dejó preparado su segundo periodo presidencial a partir de 2014.

No fue el caso Penta el que lo cambió todo, fue el caso Caval, porque Bachelet no pudo mantener esta lejanía y, de un momento a otro, se vio expuesta a la contingencia como nunca lo había estado, desestabilizándose el sentido del poder que ella representaba. Esto alarmó profundamente a toda la clase política, porque previeron orientaciones que eventualmente no podrían controlar: el populismo, el caudillismo, otra dictadura o bien una asamblea constituyente.

Si bien, fue la derecha la que en principio sacó sus dividendos políticos jugando al empate, tal como una caja de Pandora, no esperaban que las consecuencias llegaran tan lejos, porque ellos también lograban un espacio de legitimidad dentro de esa significación.

Bachelet ya no podrá jamás recuperar la “confianza y cercanía”, eso se ha perdido irremediablemente desde el momento que fue más madre sanguínea que madre política, por ello apela al último y más clásico resorte que ha sustentado el poder político en Chile: el institucionalismo. Con ello llega el fin de su época, y con eso la reinstalación de mecanismos e imparcialidades que en su imagen pública no se apreciaban. Ahora sólo será administración y una agenda política deslavada, con propuestas anti-todo que ya nadie cree.

Hace unos años todos reímos con ella cuando en el estadio Germán Becker de Temuco chutó la pelota y su zapato voló por los aires. Hoy reiríamos de ella y sería la imagen perfecta del fiasco de su gobierno y toda la clase política.

Quizá si hubiese reprendido a su hijo haciendo que devolviera el jarrón, su perfil de matriarca hubiera salido fortalecido y habría convencido a muchos que su imagen mariana estaba justificada, incluyéndome.

Sin embargo, sólo queda ver si -despojada de su aura maternal- aparece la estadista, la que poco se ha visto y logra resignificar el poder de un modo más equilibrado y realista: cariñocracia con instituciones.

De lo contrario pasará a la historia como la primera mujer presidente de Chile, nada más, disociando por mucho tiempo la política y el género y haciendo insignificante otras versiones menos “mecánicas” -masculinas- del poder, es decir, que con esto está en juego una de las pocas posibilidades que como nación hemos tenido para zafar de un mero racionalismo instrumental.

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06 may 2015

Historia del artículo VI del Pacto de Bogotá

La Corte Internacional de Justicia de la Haya inició la vista de la causa para conocer de la excepción preliminar de incompetencia opuesta por Chile a la demanda boliviana que busca de un modo encubierto la modificación del Tratado de 1904 que estableció la frontera entre ambos países.

Por ello resulta relevante conocer la historia fidedigna del establecimiento del artículo VI del Pacto de Bogotá de 30 de abril de 1948, conocido como el Tratado Americano de Solución Pacífica de las Controversias.

El referido Tratado surge en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial y su secuela de muerte y destrucción, a fin de evitar el uso de la fuerza en la resolución de los conflictos internacionales en la países del sistema interamericano, optando por la instancia jurisdiccional de la Corte de la Haya.

El artículo VI del Pacto de Bogotá, que constituye la base jurídica del argumento de la defensa de Chile, establece que la competencia de la Corte no podrá aplicarse a los asuntos ya resueltos por arreglo de las partes, o por laudo arbitral o por sentencia de un tribunal internacional, o “que se hallen regidos por acuerdos o tratados en vigencia a la fecha de celebración del presente Pacto”.

Ello implica que las partes que suscribieron el Pacto de Bogotá limitaron expresamente la competencia del Tribunal, cuando se trate de asuntos ya resueltos por ellas en virtud de tratados celebrados con anterioridad al 30 de abril de 1948, como es el caso del Tratado de Límites de 1904 suscrito entre Chile y Bolivia, considerando además que la Corte carece de competencia con efecto retroactivo.

Es útil recordar que durante la discusión y redacción final de dicho artículo en la Conferencia Internacional de los países americanos en 1948, la delegación peruana fue la que defendió la actual redacción de la norma, aduciendo que debían respetarse los acuerdos celebrados por los Estados con anterioridad, especialmente en lo referente a tratados de límites a fin de “evitar reabrir discusiones sobre  fronteras, ya acordadas con antelación”.

La defensa peruana se explica por su intención de mantener la integridad del Protocolo de Río de  Janeiro de 1942 que puso fin a la guerra con Ecuador y en la que dicho país sufrió una importante pérdida de su territorio amazónico y por cierto, refutó en dicho foro la postura peruana, alegando su disconformidad con el Protocolo de 1942 y buscó su revisión a través de darle competencia a la Corte para conocer asuntos resueltos por los Estados con anterioridad a 1948.

La respuesta peruana argumentó la necesidad de mantener la estabilidad de las fronteras e invocó el principio de respeto a la intangibilidad de los Tratados en conformidad al Derecho Internacional. En la votación la tesis peruana obtuvo un apoyo mayoritario  de los países de la región y Chile votó a favor de la actual redacción de la norma ya citada.

Sin duda, el Tribunal de la Haya, deberá tomar en consideración la historia del artículo VI del Pacto de Bogotá  y la voluntad manifiesta de los Estados para determinar la extensión y alcance del mismo, a la hora de resolver sobre la excepción de incompetencia sometida a su decisión.

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06 may 2015

Una educación desde y para la ciudadanía

Finalmente se repondrá la educación cívica en los colegios, así lo anunció la Presidenta Bachelet. No pocas fueron las voces que se manifestaron contrarias a su eliminación del currículum en 1998 y que insistieron todos estos años en la urgencia de reincorporarla nuevamente al plan de estudios por su incuestionable aporte a la formación de ciudadanos integrales, al fortalecimiento de la democracia y a la cohesión social.

Sin lugar a dudas, es un anuncio positivo por donde se mire, su contribución concreta y sustentable en el tiempo, dependerá de la manera en que la educación cívica se reintegre en el sistema educativo: del modo tradicional, que significa abordarlo como una asignatura más,  o desde de una mirada renovada, que incorpore no sólo la transversalidad curricular, sino también el escenario social, político, económico y ambiental tanto nacional como local, que tome en cuenta el contexto de cada comunidad educativa.

Si en este proceso vamos a entender la educación cívica de la forma tradicional, se corre el riesgo de que su aporte en el aprendizaje de las y los estudiantes sea mínimo. Reponer la educación cívica como una asignatura más, entrañaría por una parte, un peso innecesario al ya sobresaturado currículum, y un mal provecho del alcance que puede tener si se aborda desde el dominio de las distintas asignaturas.

Por último, comprender la educación cívica de manera tradicional, esto es a través de una enseñanza descontextualizada, de descripciones y definiciones abstractas sobre cómo funcionan las instituciones y cuáles son los deberes y derechos –y pongo especial énfasis a los deberes- de las y los ciudadanos, el esfuerzo será vacuo.

Aproximarse a la educación cívica como espectador nunca significará lo mismo que hacerlo como actor. En palabras sencillas, cuando eres actor de un proceso se aprende desde la práctica, cuando eres sólo un espectador es más probable olvidar lo aprendido porque no lo consideramos relevante en nuestras vidas.

Un ejemplo: plebiscito de 1988, un hito histórico en el que la gente participó activamente porque lo consideró de suma importancia como fue  la oportunidad de retornar a la tan anhelada democracia. Hubo una inserción en la práctica real, y en pocos meses las personas aprendieron todo lo referente al servicio electoral, los procedimientos y funciones de los apoderados y presidentes de mesa, el rol del tribunal calificador, etc. Aprendieron más en la práctica de lo que pudieron aprender en un curso.

En el pasado reciente, la forma en cómo se fue gestando y robusteciendo el movimiento estudiantil, observaremos un fenómeno similar. El ser partícipe de este movimiento implicó un aprendizaje por parte del estudiantado, que devino del interés de conocer sus derechos y las consecuentes demandas que se realizaron para alcanzar su ejercicio pleno.Aprendieron siendo actores de una práctica transformadora: cambiar el sistema educacional en Chile.

Cuando te insertas como actor debes ser capaz de descubrir las relaciones de poder detrás de todo orden social, de comprometerte con una transformación con justicia y de promover un enfoque de derechos.  Con todo, es determinante en el tránsito exitoso del rol de espectador al de actor, y en la lógica de una renovada educación cívica, preguntarse primero sobre la realidad en la que está inserta cada comunidad educativa, para abordar con pertinencia los temas inherentes a la formación ciudadana en cada sala de clases y motivar a las y los estudiantes a ser partícipes de los procesos de cambio.

Debe existir una conexión entre lo que se enseña y el mundo cercano que conoce el estudiante, porque sólo a través de realidades concretas adquiere sentido la educación ciudadana.

El anuncio de la reincorporación de la educación cívica es una gran oportunidad para fortalecer la escuela como institución democrática.  Un plan de educación para la ciudadanía, necesariamente incita a la escuela a hacerse cargo que sus estudiantes conozcan sus derechos como ciudadanos, derechos que se ubican justo en el vértice donde se encuentran los derechos humanos y la democracia.  Sólo cuando se reconocen los derechos de las personas, los deberes se convierten en responsabilidad.

Un programa de educación ciudadana, no puede desentenderse de la manera cómo se vive la democracia al interior de la escuela: cómo se construyen las relaciones entre los actores, las estructuras y procesos democráticos en su interior, así como sus instancias representativas de poder y de participación ciudadana real.

Intencionar una mirada integral para la educación ciudadana, no pasa sólo por la manera de  abordar desde el currículum, sino por la articulación dialógica entre la construcción participativa de un nuevo discurso que se refleje en cada proyecto educativo, el contexto sociocultural y espacial en el que está inserto la escuela, sus instrumentos de gestión, y los espacios de participación e incidencia con los que cuenta todo el estudiantado.

Les invito a hablar de formación ciudadana. Si bien el concepto de educación cívica no es errado, evoca tradición, una tradición educativa anquilosada.

Demos el salto de una “educación para vivir en la ciudad” a una “educación para la ciudadanía”, que vincule la enseñanza con los procesos transformadores de la sociedad, comprendiendo la educación desde el punto de vista de los derechos ciudadanos y su aporte vital en el fortalecimiento de la convivencia democrática, para poder cultivar en las y los estudiantes el compromiso por una mejor sociedad; más equitativa, más inclusiva, más justa, respetuosa de las diferencias, amante de la diversidad, consciente y  responsable del medio ambiente.

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06 may 2015

Los “Fantasmas” de Marco Antonio Figueroa

“Ofreciste de todo y no has ganado nada”, esas fueron las palabras que Jorge Aravena, siendo técnico de Palestino, le regaló a Marco Antonio Figueroa, en ese entonces en la UC, corría el año 2010 y el “Fantasma” estaba nuevamente en medio de una polémica. Pasaron unas semanas, se fue de la UC, sin título y reclamando “porque no lo dejaron hacer su trabajo”, en una escena que se ha repetido a lo largo de su carrera en la banca.

Como jugador fue increíble, un goleador como pocos, siempre iba al frente jugó poco más de 450 partidos y celebró 224 veces, es decir, casi un gol cada dos partidos, una cifra más que decente para un goleador. En Chile Cobreloa fue donde la rompió y en México es ídolo, específicamente, en el Morelia.

Su carrera como DT fue explosiva y sobretodo polémica. En Guatemala, México y Chile ha hecho noticia más por sus problemas con jugadores, árbitros, dirigentes, hinchas que por los logros de su equipo, que solo se resumen en el título del Clausura 2011 de la Primera B con Everton, campeonato que sirvió para la estadística, pero no para lograr el ascenso ese año.

Ahora descendió con Cobreloa, en su último partido contra Ñublense desató su ira contra la dirigencia de los chillanejos, especialmente sobre Patrick Kiblisky. Razón por la cual, la ANFP lo denunció por “conductas y declaraciones ocurridas antes, durante y después del partido, particularmente al denostar públicamente al presidente de Ñublense”, por lo que arriesgaría hasta sesenta fechas. ¡Sesenta fechas!

Marco Antonio Figueroa lucha, día a día, contra su ira incontenible. Si lo castigan seguirá hablando, si no lo sancionan, los reclamos llegarán tarde o temprano. Ya sabemos lo que pasó con Julio Barroso y sus acusaciones sin pruebas. Por lo que al menos, diez fechas sin dirigir debería llevarse como castigo el DT de Cobreloa, pero insisto las fechas de castigo no lo callarán, ni calmarán sus demonios.

Eso sí, es absolutamente necesario que la ANFP gaste dinero contrate a un especialista de la Real Academia de la Lengua, traiga analistas internacionales, especialistas en derecho o sencillamente haga un copy paste, pero es necesario contar con un reglamento decente, legible y que no deje espacio a futuros escándalos. Aunque a favor de la ANFP podemos decir que nuestro país, nuestras instituciones no se especializan en hacer normativas, reglamentos o leyes decentes.

Pese a todo esto, sabemos que Marco Antonio Figueroa volverá a sentarse en un banco.Tarde o temprano volverá a dirigir y ya todos sabemos lo que vendrá con eso o mejor recordemos lo que sabiamente dijo Jorge Aravena en San Carlos de Apoquindo: ofrecerá de todo y no ganará nada.

Que la ANFP lo castigue da lo mismo, pero mejor sería que dejen a Marco Antonio Figueroa vivir tranquilo su atormentada vida, el tipo tiene demasiados fantasmas dando vuelta, los que parecen no lo dejaran tranquilo, aunque a los que nos gusta el fútbol tengamos que sufrir sus explosivas reacciones.

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06 may 2015

Institucionalidad para la Juventud

Los jóvenes chilenos tienen una necesidad. Requieren sentirse sujetos de derecho y de medidas fundamentales enfocadas en temáticas juveniles.

El Instituto Nacional de la Juventud, recientemente realizó el seminario “Inclusión de un Enfoque de Derechos en la Institucionalidad Juvenil”, instancia que tuvo como finalidad principal posicionar en la agenda nacional la relevancia de la creación de una Ley Nacional de Juventud como instrumento para garantizar el ejercicio de los derechos juveniles.

En la ocasión, contamos con la participación de jóvenes de todo el país, quienes tras la exposición de expertos internacionales en temas de juventud, dieron a conocer su opinión sobre el actual momento de la institucionalidad juvenil en Chile, el desafío de la investigación en juventudes, el establecimiento de derechos de juventud, entre otras temáticas.

Desde 2014, INJUV ha participado de una serie de actividades lideradas por la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ) en conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y otros socios como CEPAL, que han tenido como propósito incorporar de manera eficaz y decidida la temática juventud en la Agenda para el Desarrollo Post 2015.

Nuestra institución ha abierto un espacio de debate entre autoridades, organizaciones, académicos y profesionales involucrados en el ámbito juvenil, para escuchar, discutir y abordar algunos temas de relevancia nacional, que sean incorporados en este esfuerzo conjunto por abordar el fortalecimiento de los sistemas de derechos destinados a los jóvenes y a ampliar los canales de inclusión juvenil.

Contar con una Ley o Subsecretaría de Juventud, nos permitirá avanzar en aumentar y mejorar el acceso de nuestros jóvenes a mecanismos básicos de desarrollo individual e integración social en temas como salud, educación, trabajo y  participación de forma institucionalizada.

Los jóvenes chilenos siempre se han destacado por su aporte a causas relevantes, especialmente en tiempos de catástrofe. Ahora llegó el momento de devolverles la mano por medio de un profundo proceso de discusión y construcción de una nueva institucionalidad juvenil para Chile.

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