29 nov 2015

Venezuela en el corazón

Pese a que el proceso que conduce a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en Venezuela no cumple con las garantías básicas de una competencia electoral democrática, el régimen de Maduro controla el tribunal electoral; prácticamente monopoliza los medios de comunicación; usa desvergonzadamente los recursos estatales para hacer campaña; sus brigadas de choque atacan los actos de los candidatos opositores; regala todo tipo de bienes a los sectores modestos, etc.,  las fuerzas opositoras agrupadas en la Mesa de Unidad Democrática (MUD) pueden ganar las elecciones.

Eso es lo que revelan todas las encuestas, algunas de las cuales registran una diferencia superior a los 20 puntos porcentuales a favor de la oposición.

El 90% por ciento de los venezolanos considera que la situación del país es mala, y el 67% se pronuncia incluso por el término del mandato de Nicolás Maduro. No es extraño. Hace ya mucho tiempo que la población vive una situación angustiosa en la que se combinan la falta de muchos productos esenciales, el mercado negro y el retroceso de los ingresos.

El Fondo Monetario Internacional prevé una contracción económica de 10% y una inflación de 190% para este año. Están lejanos los tiempos en que el alto precio del petróleo le permitía a Chávez financiar múltiples subsidios a los grupos vulnerables, y hasta regalar plata los gobiernos amigos. Hoy, la pobreza no cesa de crecer.

El populismo ha devastado un país que en los años 70 estuvo en la delantera de América Latina en la marcha al desarrollo, y constituía además una especie de isla democrática en la región.

La experiencia chavista ha degradado a Venezuela social, económica e institucionalmente, y ha demostrado que nunca crece tanto la corrupción como bajo un régimen autoritario.

En octubre pasado, 13 miembros de Tribunal Supremo de Justicia, por presión del gobierno,  “aceptaron” dejar sus cargos un año antes de lo establecido por la Constitución, el objetivo era reemplazarlos por jueces leales a Maduro y la camarilla gobernante.

Y ya hemos visto a qué extremos ha llegado el control de los tribunales en el caso del líder opositor Leopoldo López, cuya libertad sigue siendo reclamada por numerosas entidades defensoras de los derechos humanos.

Muchos analistas creen que la oposición puede obtener la mayoría simple de la Asamblea Nacional, y que hasta podría lograr los tres quintos, con lo cual tendría facultades para destituir ministros y renovar el Poder Electoral. Si lograra los dos tercios, podría convocar a una asamblea constituyente.

En todo caso, el control oficialista del Tribunal Supremo de Justicia podría bloquear las decisiones del Parlamento. De todas maneras, un amplio triunfo opositor tendría un potente efecto político dentro y fuera de Venezuela, que ampliaría las posibilidades de materializar un cambio de fondo.

¿Reconocerá Maduro un triunfo de la oposición? Esa es la gran duda, sobre todo después que amenazó con salir a las calles y gobernar “con el pueblo en una unión cívico-militar” si el Partido Socialista Unificado de Venezuela pierde las elecciones. La excusa sería, cómo no, “salvar la revolución”.

Maduro se muestra a sí mismo como el jefe político y militar de una imaginaria gesta revolucionaria, pero en realidad es solo el patético representante de una camarilla sin Dios ni ley, dispuesta a cualquier cosa para defender sus negociados y prebendas.

Como hemos visto, los amigos chilenos de Maduro solo se limitan a proclamar como único principio “la no intervención” en los asuntos de Venezuela. Es un cuento, defienden a Maduro porque lo consideran su camarada, con lo que revelan que en realidad no creen en el valor universal de los derechos humanos.

Otra gente se confunde, aun hoy, con la patraña de que Maduro representa a “la izquierda” del continente, y consideran que por eso, y haga lo que haga, hay que apoyarlo.

Es una confusión penosa. Los déspotas pueden levantar banderas de izquierda o de derecha, declararse cristianos y presentarse como defensores de la patria, pero todo eso es solo una coartada para quedarse indefinidamente en el poder, violar los derechos individuales, alentar la violencia contra los opositores, en fin, cometer tropelías como las que han tenido lugar en Venezuela por tanto tiempo. El asesinato de un dirigente opositor hace pocos días muestra a las claras cuán lejos ha llegado la falta de escrúpulos de quienes gobiernan.

Sería lamentable que se cerrara la posibilidad de un tránsito pacífico hacia la democratización.Asegurar que ello no ocurra depende en gran medida de la actitud de la comunidad internacional, y por supuesto de los gobiernos de la región. Esperemos que nuestro gobierno no tenga una actitud pasiva o indulgente frente a los abusos de Maduro, y que se mantenga particularmente alerta respecto de lo que ocurra en estos días y sobre todo el 6 de diciembre.

Deseamos de todo corazón que los venezolanos puedan abrirse paso hacia la libertad y el derecho. Ojala que los líderes opositores no caigan en las trampas que pueda tender el régimen para suspender las elecciones o desconocer sus resultados.

Han llegado a Venezuela numerosos observadores extranjeros que buscan ayudar con su presencia a que el proceso electoral sea limpio. La prensa internacional concentra su interés en lo que allí pueda ocurrir, y ello contribuye a dificultar las maniobras del oficialismo.

No hay neutralidad posible. Estamos firmemente al lado de los hombres y mujeres de Venezuela que no se han dejado intimidar y han vencido el miedo, que han bregado duro para ir ganando cada día nuevos espacios de expresión independiente, que se han unido por encima de cualquier diferencia, y gracias a cuyo esfuerzo hoy se ve cercana la posibilidad de una victoria democrática. Somos solidarios con su admirable lucha por la libertad.

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28 nov 2015

El transporte y las ciudades inteligentes

De acuerdo al Banco Mundial, el 89% de la población en Chile vive en zonas urbanas. Si bien esto tiene relación con lo proyectado para el país en términos de desarrollo, el tránsito desde lo rural demanda un trabajo en distintas áreas.

No sólo se debe enfrentar el cambio demográfico de las ciudades, sino también los elementos que permiten que esos lugares estén interconectados y en óptimo funcionamiento de cara a los ciudadanos.

Un aspecto clave tiene que ver con el transporte y la infraestructura. Si bien es relevante que la “obra gruesa” sea robusta, el segundo paso -de igual o mayor relevancia- es cómo las ciudades construyen una red que sea eficiente y que responda a las necesidades de conectividad y movilidad.

A través del uso adecuado de sistemas de gestión del tráfico, es posible alcanzar una adecuada sincronización de todas las redes de transporte y, por consiguiente, un flujo de tráfico sin interrupciones, en línea con lo que necesitan las llamadas “Smart cities”.

En este sentido, la tecnología es crucial para intercambiar información. Por ejemplo, aplicaciones que entregan servicios de transporte privado, no sólo disponen de una oferta de autos, sino que también recolecta información sobre las zonas que más demandan un suplemento de transporte o las horas en las que ese refuerzo se puede disponer para mejorar la calidad de vida.

Lo mismo sucedió en Reino Unido, donde una empresa de telecomunicaciones ha trabajado con otra de transportes para crear un sistema de gestión del tráfico urbano, que incluye avisos a los conductores frente a posibles problemas, e incluso, un control de semáforos que puede detectar cambios en el flujo de tráfico y se adapta para regularlo. Esto un concepto central de las Smart Cities, más información para una mejor gestión del transporte.

Este año, Portland comenzó un programa piloto que establece nuevas regulaciones para estas empresas de tecnología. Los resultados demostraron un mejor desempeño de los viajes compartidos (ridesharing): menos tiempos de espera casi todo el día, lo que gatilló en una mejoría del mercado de transporte, en especial para las personas que usan los viajes compartidos de noche. Así es como se añade inteligencia a las ciudades.

Según datos de la subsecretaría de Transportes, para 2025 se espera que 600 de los centros urbanos que más inciden en el PIB mundial, reciban a 2.000 millones de habitantes, un 25% del total del mundo.

Mientras tanto, Chile seguirá con la migración desde lo rural, demandando mejores servicios de transporte.

Hacia 2030 será un tema crítico y por esto, no debemos dejar de desarrollar soluciones de la mano de la tecnología y la colaboración, permitiéndonos ofrecer un sistema eficiente y acorde a lo que demandan los usuarios.

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27 nov 2015

De acuerdo a la disponibilidad presupuestaria

Esta frase aparece majaderamente expresada en el Proyecto de Ley de Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, que pretende ser la ley marco para asegurar la existencia de un sistema de garantías para el ejercicio de los derechos de los niños niñas y adolescentes de nuestro país, y que fue recientemente ingresada al Parlamento.

Esta iniciativa es un paso crucial en el camino para saldar la deuda que tenemos como país desde hace veinticinco años, cuando firmáramos la Convención de Derechos del niño y nos comprometimos a reconocer, respetar y asegurar en nuestra legislación e institucionalidad lo que dicha Convención exige.

Supeditar el reconocimiento de derechos y el ejercicio de los mismos a la disponibilidad presupuestaria, es en sí mismo un contrasentido y da cuenta del rol desmedido que tiene en nuestro diseño institucional de políticas públicas el criterio económico.

Intercalar 18 veces la frase en cuestión en un proyecto de Ley de Garantías de Derechos de la Infancia es un gesto técnico que contraviene en lo más profundo el espíritu de la Ley y también la voluntad de todos los actores que de una u otra forma han estado colaborando en sus definiciones.

Aun cuando en la propia Convención se reconoce que la realidad económica es un factor que debe tenerse siempre en consideración a la hora de comprometer al Estado, el mandato que se hace a los Estados es a esforzarse “hasta el máximo de los recursos de que dispongan”, específicamente en lo relativo a los derechos sociales, económicos y culturales, pero en ningún caso se refiere a los derechos civiles y políticos, los cuales no pueden ver condicionado su ejercicio a la existencia de recursos económicos fiscales.

Claramente, esto es una muestra indiscutible de cómo en muchas políticas públicas la hegemonía del criterio económico hace que proyectos de ley o iniciativas públicas que nacen bien inspiradas, sufran modificaciones y mutilaciones que en el extremo pueden hacer perder la esenciade las mismas.

Que la situación de la infancia en nuestro país clama por una ley de protección integral de derechos es una verdad indiscutible, es una materia urgente de abordar, y ya no puede esperar más tiempo ni más proyectos de ley que se diseñen y finalmente se pierdan en algún departamento del Ejecutivo o en algún momento de la tramitación legislativa.

Esta Ley marco debe dar pie además a todos los otros cuerpos legales necesarios de modificar y/o crear, para que las declaraciones allí vertidas puedan efectivamente expresarse en instituciones, dispositivos, programas y estructura administrativa que hagan efectivo el ejercicio de los derechos que queremos reconocer y garantizar.

Lo anterior implicará necesariamente compromisos presupuestarios frente a los cuales no podemos actuar “de acuerdo a la disponibilidad presupuestaria”. Esto último, como condición real de que nuestros discursos se alineen con nuestras prácticas, para que cuando hablemos de políticas sociales con enfoque de derecho efectivamente tengamos programas y ofertas que puedan cumplir con ese enfoque.

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27 nov 2015

Fiscalía penal, ¿persecución del delito o trampolín político?

Los asuntos judiciales en lo penal son casi siempre remotos para quienes no los soportan directamente porque no sufren sus efectos. Pues me pasó desgraciadamente a mí, durante un viaje de vuelta a Santiago por la ruta 68 (camino de Valparaíso) con fecha 23 de marzo de 2015, a las 16.00 hrs.

En la ocasión, paramos muy relajados en el buen restaurante de Curacaví, Agua de Piedra.Allí almorzamos digna y copiosamente durante una hora, como corresponde a empleados de confianza que no comen en picadas o en chincheles ordinarios.

Al terminar y luego del café de grano muy aromático, nos levantamos para dirigirnos a nuestra camioneta, situada en el estacionamiento ubicado a unos 25 escasos metros de la entrada del restaurante.

El vidrio de la puerta trasera derecha estaba roto y para nuestro asombro habían desaparecido nuestro instrumento topográfico moderno, equipado con laser y un computador portátil, además de cajas de herramientas, todo avaluado por un total de cinco millones de pesos.

Devastador trance que nos hizo abominar de la buena mesa del lugar

El personal del restaurante fue muy gentil y nos informaron que había dos cámaras que con certeza habían filmado la ocurrencia del hecho. Además, llamaron a carabineros de la carretera quienes en 15 minutos ya estuvieron en el lugar y redactaron con rapidez el procedimiento.

Nos informaron, sin embargo, que una vez hecha la denuncia, la investigación del ilícito correspondía a la Fiscalía, la cual podía optar discrecionalmente por carabineros o por la PDI conforme al Procedimiento Penal vigente.

En el intertanto, la supervisora del restaurant, una dama argentina muy educada nos entregó las grabaciones, en total dos videos que reservamos para su entrega a la Fiscalía de Curacaví.

Luego y con fecha 27 de marzo, la funcionaria de la Fiscalía de Curacaví, Srta. Orellana nos recibió en su oficina, donde reiteramos nuestra declaración del hurto acontecido el 23 de septiembre.

En la ocasión, adjuntamos los dos videos generados por las cámaras del restaurant Agua de Piedra, donde se muestran claramente el momento del robo, el rostro descubierto del delincuente y su automóvil, con el cual se retira pausadamente del lugar.

Una vez entregados dichos videos a la Fiscalía, procedí a firmar la declaración para retirarme después a Santiago.

Con fecha 13 de abril, fui citado por Carabineros de Curacaví, donde y en presencia de dos funcionarios de civil, repetí mis declaraciones realizadas ante Fiscalía el 27 de marzo de 2015.

Durante mi declaración, el funcionario me requirió de algún antecedente o prueba que yo pudiera agregar al expediente.

Extrañado, le informé que, durante mi primer requerimiento ante la Fiscalía de Curacaví, había agregado los dos videos que relataban exactamente el momento de los hechos y mostraban sin la menor duda, al autor del ilícito.

El carabinero que me tomó la declaración me informó que dichas grabaciones no le habían sido transferidas con el expediente y si las tenía aún para completarlo. Se las entregué.

Preferí tragarme mi sorpresa, pues siempre pensé que el nuevo procedimiento penal garantizaba cierta celeridad, noción de la oportunidad y eficacia en la persecución de los delitos comunes.

Pues los ciudadanos del estado llano, no requerimos en estricto rigor que se resuelva el delito, se procese de inmediato al antisocial y se nos devuelvan con urgencia nuestras valiosas pertenencias.

No, por cierto.

Requerimos sí, que la Fiscalía actúe en forma diligente y oportunamente coordinada con las policías. Es un mandato legal manifiesto. Su contravención significa para un servidor, un notable abandono de deberes.

Y me refiero, en el caso que me afecta, a lo ocurrido con la Fiscalía de Curacaví, pues debo dejar constancia que carabineros, desde el mismo momento de la comisión del delito, nos apoyaron profesionalmente, cumpliendo, como es habitual en esta fuerza pública, con el mandato de la ley y con lo que espera la ciudadanía.

Creo categóricamente que en este caso, no se ha cumplido con los fundamentos y principios que legitimaron la ley N° 19696, cuando establece en el Mensaje del Presidente de la República, entre otros fundamentos:

“…Los cambios políticos, a su turno, exigen una justicia accesible, imparcial, igualitaria y que maximice las garantías. La necesidad de prevenir la corrupción, supone, a la vez, una activa participación de los ciudadanos en el control del poder”.

“ …La extrema dilación y la estructura de los procedimientos (antes de la presente ley) distancian a la infracción del castigo, privando a este último de sus funciones simbólicas y protectoras…

Como contrapunto a esta situación que me afecta que no vacilo en calificar de manifiesta denegación de justicia, me encuentro con una crónica del Mercurio, fechada el 16 de noviembre del año en curso, donde se enumeran los diez oponentes para fiscal regional metropolitano, a saber las señoras Falcón, Ríos, Neira y los señores Arias, Pérez, Bufadel, Barros, Bravo, Cáceres y Concha.

La mayoría de estos abogados, aparecen como persecutores de casos relevantes como SQM, homicidio del Sr. Yuraseck, Universidad del Mar, abogados del CDE, Defensoría Regional, Crimen Organizado y otros cargados de gran publicidad o de un nivel manifiestamente político.

¿Qué duda cabe? Son todos casos importantes y su figuración en los medios permite a los persecutores, salir, por ejemplo de un simple robo a un hijo de vecino, o de un homicidio de menor cuantía a un ciudadano corriente.

En este escenario y a pesar de no ser santo de mi devoción, entiendo y solidarizo naturalmente con la actitud elusiva más que evasiva que al parecer, mantiene el tradicional candidato, Marco Henríquez Ominami, en viajes permanentes, urbi et orbi, en orden a sustraerse por el momento, a las indagaciones del actual cuerpo de fiscales dirigidas por el Sr. Chahuan, quien, en sus postrimerías, se ha destacado por un vigoroso protagonismo en la investigación de ilícitos sublimes, resaltados majaderamente  por la prensa nacional, los que por cierto no se caracterizan por su bajo perfil o el anonimato de sus supuestos infractores y probablemente, no terminarán con pena aflictiva o cárcel efectiva, habido el concurso del regimiento de juristas que se emplean en estos casos top.

Creo que a estas alturas del partido, o como sostienen los glosadores de los giros imperiales, at the end of the day, no hay duda que la gestión persecutoria encabezada por el Sr. Chahuan ha invertido gran parte del esfuerzo de su Fiscalía, en investigar a los famosillos, dejando unas cuantas migajas de jurisdicción para los ciudadanos de a pie, que ni siquiera hemos sido víctimas de elegantes portonazos, sino de delitos comunes, de naturaleza rasca, pues no generan alarma pública, ni tampoco aparecen en los sueltos de crónica de los pasquines más amarillos.

Somos un puerquillo que no da manteca.

El Sr. Henríquez Ominami, en cambio es puro filete, un verdadero “bocatto di cardinale”.Ojalá sea notificado de una vez, como lo requiere una sociedad democrática madura.

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26 nov 2015

La DC debe seguir en la Nueva Mayoría

No han sido calmos los últimos días para la DC y para la NM.

De hecho, hemos escuchado altisonantes declaraciones expresando tensiones en nuestro conglomerado. Ello, especialmente, por la supuesta incomodidad generada al interior del principal partido de la coalición, la Democracia Cristiana, en relación al rol que está jugando en el seno de la alianza de gobierno.

Se suma a ello, el natural y esperable nerviosismo que se genera al interior de toda coalición en tiempos preelectorales. Sin embargo, la historia construida en los últimos 25 años da cuenta de la capacidad y voluntad por alcanzar acuerdos y sobrepasar los episodios de tiras y aflojas al interior de la antigua Concertación, hoy refundada como Nueva Mayoría. No existen razones suficientes ni novedosas como para que en esta oportunidad se actúe de manera distinta.

Nunca está de más afirmar expresamente la voluntad de seguir trabajando juntos y, en ese marco, cuidar el lenguaje y las formas de resolver los eventuales conflictos al interior de la NM.

Es por ello que puede llegar a ser preocupante para la viabilidad del proyecto político reformista, encarnado por la Nueva Mayoría, el que sean actores de la propia coalición quienes se empeñen en cuestionar a uno de los partidos aliados, la Democracia Cristiana, sin detenerse a pensar en los efectos de sus beligerantes dichos.

Asimismo hay que recordar, también, que la gracia y el mérito de la Nueva Mayoría ha sido su voluntad de coincidir en una plataforma política y programática a partidos y movimientos que representan culturas políticas y sociales diferentes y que, por ende, expresan la diversidad de una buena parte de la sociedad chilena. Esa es la fortaleza de la Nueva Mayoría y por ello hemos tenido el apoyo de la ciudadanía. Este factor fundacional e identitario no puede ser menospreciado ni desconocido. Todo lo contrario.

En la firme convicción de que representamos esa diversidad política, social y cultural de la mayoría de la sociedad chilena, nadie podría estar obligado a renunciar a su propia identidad partidaria y nadie estaría en condiciones de exigir aquello. Por el contrario, ratificando la voluntad de avanzar en la construcción de un Chile más justo e inclusivo, la diversidad y las opiniones distintas deben ser valoradas y respetadas, especialmente entre nosotros.

También es cuestionable que personeros de la DC no contribuyan a generar los vínculos políticos y afectivos en una coalición diversa y amplia. Los ciudadanos sancionarán aquellas conductas conducentes a la fragmentación de las fuerzas reformistas.

Dicho lo anterior, es el momento de reafirmar la voluntad de construir acuerdos y el tiempo de consolidar a la Nueva Mayoría como una fuerza política y social que, desde la diversidad, se plantea un proyecto de reformas y transformaciones en la sociedad chilena.

La Democracia Cristiana es y será parte sustantiva en dicho esfuerzo. Ello por las siguientes razones.

La historia de la Democracia Cristiana está indisolublemente unida a los procesos de transformaciones y reformas vividas en Chile desde la segunda mitad del siglo pasado. Somos depositarios de una tradición reformista que aspira para Chile una sociedad más justa y más libre. Más democrática y más inclusiva.

Asumimos que para lograr una sociedad mejor es fundamental la capacidad de construir acuerdos de mayoría que otorguen legitimidad política y social a las transformaciones y cambios buscados.

Que esa mayoría hoy está expresada en la coalición gobernante, la que sin excluir a priori a nadie, debe fortalecer y consolidar su proyecto de gobierno y proyectarlo para el futuro.

La Democracia Cristiana fijó su domicilio en la antípoda del conservadurismo de clase y de los privilegios defendidos por amplios sectores de la derecha chilena y se comprometió, desde sus orígenes, con la justicia social y la transformación de las condiciones de vida de los sectores más postergados y emergentes presentes en nuestra sociedad.

Hemos sido parte fundamental en el éxito de la transición política en Chile, lo que ha permitido importantes logros en la sociedad chilena y de cuya historia nos sentimos orgullosos. Pero reconocemos que aún queda un duro camino por recorrer hasta alcanzar la “patria para todos” que proclamara don Jaime Castillo Velasco.

La ciudadanía nos castigará fuertemente si aparecemos como el partido que frena los cambios y que pone en riesgo la continuidad de una coalición exitosa y profundamente reformista. Pero también sabrá valorar si somos fieles en representar a una parte de la sociedad que comparte valores y tradiciones socialcristianas, incorporando activamente nuestra mirada en las políticas públicas y de gobierno.

Hoy es el momento de la serenidad. Dar paso a las convicciones más profundas y dejar de lado los cálculos electorales pequeños.Es el momento de construir los acuerdos que nos lleven al Chile soñado y no de anteponer voluntarismos de minorías. Es el momento de la Política.

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26 nov 2015

Violencia obstétrica: una violencia oculta

Semanas atrás la prensa advirtió de dos casos de mujeres chilenas que sufrieronuna grave violación a sus Derechos Humanos. Se trata de violencia contra las mujeres en su modalidad de violencia obstétrica.

Lo más grave, es que esta violencia proviene desde las instituciones que supuestamente deberían resguardar sus derechos como lo son los hospitales y el Tribunal de Familia, y en medio de un silencio cómplice por parte del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM). Porque cuando hablamos del cuidado personal de un niño, lo hacemos desde el concepto de un cuidado integral en lo corporal, lo psíquico y lo vincular.

Esta semana ha sucedido otra grave situación en el hospital Higueras de Talcahuano, a todas luces es una desproporción.Producto de un informe elaborado por el Consejo Técnico del hospital, el Tribunal de Familia ordenó retener a un recién nacido, privándolo de la  lactancia y apego inicial fundamental para cualquier ser humano, por el solo hecho de que su madre informó consumo medicinal de Cannabis.

Existe suficiente evidencia que muestra que un niño que ha sido separado de su madre al nacer sufre efectos perjudiciales en su desarrollo cognitivo, menguando su capacidad de respuesta al estrés, de aprendizaje y habilidad social a lo largo de su vida.

Este tipo de medidas no se sustenta sobre la base de la evidencia científica, dado que la concentración de fito cannabinoides que se pudiese encontrar en leche materna luego que la madre consume un cigarrillo diario es muy bajo, del orden de los 10-80μg/mL, considerado incluso como trazas de sustancia. Lo anterior pone en evidente cuestión la viabilidad de los efectos sobre el recién nacido (Hanan Abramovici, 2013.Extractode informe realizado por Dra. Ximena Steinberg, Profesional Bioquímico)

Esta situación constituye una aberración contra los derechos del niño, asimismo se trata  un evidente acto de violencia obstétrica, no menos violenta que la violencia física, psíquica o económica contra la mujer.

Otro caso indignante es lo ocurrido en el Hospital Barros Luco, donde una educadora de párvulos solicita asistencia en medio de una hemorragia,y acaba siendo denunciada a carabineros por aborto, en un hecho repudiado por toda la sociedad chilena.

En esos mismos días, otra mujer,  proveniente de Cunco , que había comprado misotrol por internet, lo ingirió, interrumpió su embrazo y fue denunciada en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco. Luego fue detenida por PDI, y formalizada posteriormente.

El país de hoy, se encuentra sometiendo a discusión y negociación política un tema sobre el cual no debiese existir duda alguna: el aborto terapéutico cuando la vida de la mujer se encuentra en peligro; cuando existe un feto que morirá indubitablemente al nacer creando un trauma y un dolor de por vida en esa mujer y familia, o cuando una adolescente o mujer ha sido violada, que corresponden a un piso ético mínimo. Son tan solo un porcentaje de todos los abortos que se realizan en Chile, pero son situaciones éticamente ineludibles.

Las mujeres, en general jóvenes, que terminan en el hospital pues su desesperación las  ha llevado a realizarse procedimientos caseros que ponen en riesgo sus vidas, para luego ser denunciadas por un personal de salud en ocasiones ignorante e inescrupuloso, como lo que ha sucedido recientemente, nos confirman que los aprendizajes y el respeto por las ciudadanas en su calidad de usuarias y de pacientes aún no es parte de la cultura de los servicios de salud.

Sólo hace pocos años ha surgido la noción de Violencia Obstétrica en nuestro país. Sin embargo, Argentina y Venezuela (sí, la Venezuela que tanto es criticada) ya tienen reconocida por ley la Violencia Obstétrica. En Chile, solo tenemos un incipiente proyecto de ley en la Cámara de Diputados.

Decía Salvador Allende, un sanitarista mundialmente reconocido “…dar a toda mujer, democráticamente, el derecho a la libertad de decidir conscientemente la concepción de los hijos que desea, según el principio de que el Gobierno Popular protegerá la familia, la estimulará, si ello es necesario, pero nunca impondrá a la mujer sacrificios que vayan en contra de su realidad cultural y económica…”.

Vemos como esta postura reconocía la preponderancia del proyecto de vida de una mujer respecto de una maternidad obligada en un contexto de pobreza y falta de oportunidades.

Pinochet, en 1989 prohibió cualquier forma de aborto. En este aspecto aún la transición no culminó.

Legislar para erradicar la violencia obstétrica es fundamental. Aprobar la ley de interrupción de embarazo por tres causales, es una urgencia.

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26 nov 2015

Hablemos de la incompetencia

Nos hemos enterado que renunció nuestro “primer agente” ante La Haya, Sr. Bulnes.Tenía que suceder. Hace ya un buen tiempo la Corte rechazó la tesis de incompetencia que le había espetado Chile (es un decir) encabezado internacionalmente por el Sr. Bulnes, contratado no por su pasado en Cancillería sino por saber más que nadie de allí en este tipo de alegatos. Y por ser de derecha, que así se probaría que nuestra posición era “nacional”

En su momento el Sr. Bulnes fue bien respaldado en sus argumentos, e incluso aplaudido con gesto sobrado, mirando a “los viejos de la Corte” por sobre el hombro.

Aquí te las traigo Pedro, diría en La Haya, ¡y ya!

El Sr. Bulnes había dicho urbi et orbi que iba a demorar muy poco la Corte en aceptar que ella era incompetente. Se las íbamos a cantar claras. Y hubo aplausos para él hasta de ex Presidentes y candidatos o precandidatos actuales a ser Presidente, como el señor Tarud.

Don Felipe era una especie de defensor de Chile en el campo de batalla judicial como en los inicios de la República lo habían sido sus ancestros en los campos de batalla de Lircay, contra los liberales, y en Yungay, contra peruanos y bolivianos. Con emoción miraban a don Felipe los viejos funcionarios diplomáticos de la Cancillería, tan propensos a la admiración decimonónica.

No hubo fisuras oficiales en el respaldo a la eximia estrategia de don Felipe, como lo ha afirmado  Gabriel Gaspar después de la renuncia del Sr. Bulnes. Gaspar no es antiguo ni nuevo diplomático. Estudió para embajador en la universidad de la vida.

Sin embargo y sorprendentemente para todos los seguidores del Sr. Bulnes, incluida el ala chovinista, que confunde sus torcidos y apasionados sentimientos con la objetividad jurídica y judicial, la Corte rechazó el calificativo de “incompetente” que se le había espetado y él Chile  y todos nosotros fuimos incompetentes.

Para los anales de la Corte y de nuestra historia diplomática este Bulnes pasó a ser Bulnes el incompetente.

Ahora, después del fracaso, en vez de pedir disculpas a Chile por su tremenda metida de pata internacional, el señor Bulnes nos pide que lo felicitemos porque a lo más, la Corte ahora que irá al fondo del asunto, lo más que podría pedir a Chile es que conversemos con Bolivia pero nunca, como dice él textualmente, “en ningún caso, para que cedamos territorio”.

El señor Bulnes se va sin haber aprendido nada, ni el ABC de la cartilla del Pacto de Bogotá.

Eso (que cedamos territorio soberano a  Bolivia después del Tratado de 1904) la Corte no nos lo puede pedir, no nos puede “dictar”, ni en este “juicio” llamémoslo “de competencia” (terminado) ni en el que ahora viene, ni incluso en el que puede venir después. Ni la Bolivia de Evo puede soñar con eso. Ni el señor Bulnes tener esa pesadilla.

La solución va por otro lado.

La solución integral al problema, como lo hemos dicho mil veces y como lo saben todos los pocos miembros de la Cancillería que son serios, vendrá fuera de toda Corte y será tripartita o no será, y tripartita en la medida en que los tres (Chile, Bolivia y Perú) establezcan previamente, para llegar a acuerdos, sus posibles avances y retrocesos. Desde un principio, por así decirlo, porque todos tendrán que ceder y que ganar.

Chile debe proponer seriamente una solución de ese tipo, al norte de Arica y pegada a la Línea de la Concordia, que es la continuación en tierra de la frontera marítima, y que parte del Hito Uno.

Las últimas declaraciones del señor Bulnes, al renunciar, no nos propone nada. Una lástima en este mar de incompetencia.

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26 nov 2015

Pasante de moda

Esta semana fui a ver la película Pasante de Moda  y pude constatar que el tiempo no pasa en vano… y para bien. No sólo porque la madurez ha jugado a favor a Robert De Niro, quien luce unos atractivos y talentosos 72 años, sino porque con su personaje de Ben Whittaker deja en evidencia lo que hace rato las investigaciones gerontológicas están gritando a viva voz: las personas mayores pueden seguir siendo un enorme aporte a las empresas, tanto del punto de vista de la productividad,como del clima humano que contribuyen a desarrollar.

De Niro interpreta a un viudo de 70 años, desmotivado con su vida de pos-jubilado, que entra a trabajar como practicante a un empresa donde debe quedar bajo las órdenes de Jules Ostin (Anne Hathaway), una joven ejecutiva que presenta los mismos prejuicios contra la edad que persisten en la sociedad actual.

Película entretenida y emotiva. Me llevó a recordar que los jefes y colegas de quienes más aprendí en mis inicios tuve la suerte de conocerlos en su etapa de madurez laboral, pues parecía que no los embargaba el temor de enseñar a las nuevas generaciones y donde más que un entorno de descarnada competencia,  promovían la cooperación, aunque con esa siempre necesaria cuota de disciplina y rigurosidad. 

Afortunadamente, hay grandes compañías que se están dando cuenta de lo mismo. Es esperanzador saber, por ejemplo, que la BMW tiene el proyecto “Today for Tomorrow”, que busca conservar la capacidad laboral de sus empleados incorporando a los mayores a programas de autocuidado en salud, de desarrollo de nuevas habilidades,así como ajustando sus cargas de trabajo mediante rotación de puestos.

La conclusión es categórica, según sus informes los trabajadores de mayor edad son tan eficientes como los equipos más jóvenes y cumplen un papel decisivo en el éxito de la empresa, ya que ofrecen experiencia, buen juicio y un fuerte sentido de la responsabilidad.

En Chile, ya hay iniciativas pioneras en el sector del retail; sin embargo, por ahora se trata de puestos de trabajo de menor calificación.

¿Pero qué pasa con tantos profesionales igual de competentes e íntegros que Whittaker, a quienes las empresas les muestran sin vacilación la puerta de salida apenas cumplen los 65 años?

¡Qué manera de dilapidar talento! ¡Cómo si nos pudiéramos dar esos lujos!

Señores directores y gerentes generales de empresas…vayan a ver la película.

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26 nov 2015

Demonios

La existencia de Lucifer puede ser materia abierta al debate teológico, pero los demonios de la modernidad son bien reales y sus horrendas figuras fueron fundidas para siempre en la hoguera de la trágica historia de Europa en el siglo XX.

Como ha editorializado el New York Times , “después de los ataques de París el mundo está una vez más desafiado por el miedo. Después de cada bombazo, decapitación y baleo masivo, el temor se esparce, junto a la necesidad de derrotar este nihilismo. Pero un desafío no menos importante para el mundo civilizado es el peligro de las heridas autoinflingidas. Junto a la reacción y sobre reacción contra el terrorismo viene el riesgo que la sociedad extravíe su camino”.

En la estela de la más severa crisis económica desde los años 1930 y la avalancha de refugiados sirios, los cobardes asesinatos de decenas de jóvenes inocentes en París han extendido el miedo en la población europea hasta un punto peligroso.

Es conocido el inusitado crecimiento allí de los partidos de extrema derecha, que desde hace años gobiernan en países como Hungría o Eslovaquia y han participado del gobierno nada menos que en Holanda y Dinamarca, han ganado recientemente las elecciones en Polonia, pueden ganar las venideras en Francia y obtienen cerca de un quinto o más de la votación en casi todos los países europeos, incluidos baluartes históricamente inexpugnables como el Reino Unido y los Países Nórdicos, así como en la propia Alemania que después de los horrores del nazismo se suponía vacunada para siempre contra este flagelo.

Sus expresiones más brutales son las extendidas agresiones contra la población inmigrante, particularmente musulmanes, las que van desde odiosas expresiones de rechazo y discriminación en todos los ámbitos de la vida cotidiana, que han llegado hasta extremos tan ridículos como la prohibición de usar burka o levantar minaretes, hasta profanaciones de tumbas judías y violentos atentados incendiarios contra hogares de acogida de inmigrantes los que, según información reciente, en Alemania han aumentado ¡de uno a dos por día!

Lo que resulta todavía más peligroso, sin embargo, es que tal como sucedió en los EE.UU. tras los atentados a las torres gemelas, las concepciones de miedo agresivo más peligrosas están alcanzando amplios círculos intelectuales y se expresan incluso a través de medios liberales. Es ilustrativo al respecto, por ejemplo, el reciente artículo de un historiador británico llamado Niall Ferguson, profesor de Harvard, calificado por la revista Time como uno de las 100 personas más influyentes e invitado reciente a Chile por la Universidad Adolfo Ibáñez y El Mercurio, publicado en el Times de Londres y que ha sido ampliamente reproducido en muchos medios, entre ellos El País de España.

Ferguson afirma que las atrocidades de París muestran “exactamente como caen las civilizaciones” y las compara con el saqueo de Roma por los Godos. Como el Imperio Romano a principios del siglo V, afirma, Europa ha dejado que sus defensas se derrumbaran. A medida que aumentaba su riqueza ha disminuido su capacidad militar y su fe en sí misma. Se ha vuelto decadente, con sus centros comerciales y sus estadios. Al mismo tiempo, ha abierto las puertas a los extranjeros que codician su riqueza sin renunciar a su fe ancestral. Como entonces, proceden de toda la periferia imperial, pero esta vez no son decenas de miles, sino millones.

Augura que puede ocurrir como entonces “una toma violenta a manos de los invasores bárbaros, horrores y disturbios, destrucción de una civilización compleja y retorno de los habitantes de Occidente a un nivel de vida propio de la era prehistóricael fin de la civilización en el plazo de una sola generación”.

Ominosamente, Ferguson se permite afirmar además que “los monoteístas convencidos son una grave amenaza para un imperio laico”, reflotando así los delirios de los llamados “revolucionarios derechistas” europeos del siglo XIX que inspiraron luego al nazismo alemán, entre los cuales destacaron Nietzsche y Wagner entre otros, que atribuían la decadencia de las naciones europeas al supuesto “pacifismo” católico, al que a su vez consideraban producto ¡de una conspiración judía!

Que tal nivel de demencias, como las ha calificado el Premio Nobel Paul Krugman, sean consideradas dignas de ser publicadas por medios respetables, es una muestra de los extremos a los que se está llegando.

Ferguson se equivoca medio a medio. No sólo en las dimensiones de su “invasión bárbara”, puesto que los inmigrantes netos a Europa difícilmente superarán los 1,7 millones por año que llegaban a esa región, o a los EE.UU., antes de la crisis del 2008, los que sus economías necesitan para crecer y no representan una cifra grande si se considera que, sólo en China, los inmigrantes del campo a la ciudad son alrededor de 17 millones por año, todos ellos campesinos y no médicos o ingenieros como muchos de los que llegan a Europa.

En el fondo, Ferguson sigue preso de las concepciones de la Guerra Fría, que suponían un Occidente capitalista en decadencia enfrentado a la amenaza de un comunismo que ya nacía.

Recién tras la caída del Muro de Berlín, la humanidad vino a comprender que lo que está sucediendo en el mundo no es la decadencia de la moderna civilización urbana capitalista sino exactamente lo contrario, es decir, que todavía vivimos su esparcimiento global de la mano de la urbanización acelerada de las regiones más pobladas del planeta.

Es el mismo proceso que se inició hace más de tres siglos en Inglaterra y se extendió hace dos a Europa Occidental, desde donde saltó a las llamadas “Colonias Blancas” en Norteamérica, Australia y otros lugares, y se extendió ya en el siglo XX a regiones de Asia y América Latina, hasta abarcar hasta ahora exactamente a la mitad de la humanidad que ya se ha urbanizado. Está completando ahora su globalización en la medida vertiginosa que la otra mitad de la humanidad está recorriendo el mismo camino que la lleva desde su vida tradicional en el campo hacia las bullentes y gigantescas urbes del mundo emergente.

Por cierto, el tránsito masivo de la vieja forma de vida campesina a la moderna civilización urbana, junto a las maravillas que genera ésta, conlleva los mayores traumas que ha atravesado la humanidad en su existencia sobre la tierra. En todas las sociedades que lo han experimentado hasta el momento, su inicio está marcado por la sucesión de las grandes revoluciones modernas, como fueron la Revolución Inglesa de 1648, la francesa de 1789, la llamada “Primavera de los Pueblos” de Europa Occidental en 1848, y todas las grandes revoluciones del siglo XX, empezando por la Rusa y la Mexicana, hasta la Portuguesa e Iraní.

Asimismo todas estas grandes revoluciones han sido acompañadas por una seguidilla de erupciones populares que impulsaron desde abajo grandes transformaciones en las décadas previas y posteriores a cada una de ellas. Bien lo sabemos los chilenos, que las hemos venido experimentado a cada década en promedio desde 1924, pasando por la auténtica revolución que condujo el Gobierno del Presidente Allende y hasta estos precisos momentos, en que nuevamente experimentamos una de las irrupciones populares más importantes de nuestra historia.

Ninguno de estos procesos ha transcurrido de modo ordenado, pacífico y reglado por las normas de la democracia burguesa y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El proceso chileno se distingue singularmente por esto hasta 1973 y de ahí su gran prestigio universal. Al lado de las guerras civiles, atrocidades y fundamentalismos religiosos, que precedieron y siguieron a la revolución de Cromwell en Inglaterra o la Gran Revolución Francesa, por ejemplo, algunas de las que asolan hoy al Medio Oriente parecen hasta moderadas y casi liberales, especialmente si se considera que afectan a poblaciones harto más numerosas.

Sin embargo, la experiencia europea del siglo XX muestra que lo más ominoso de las transiciones a la modernidad no son las grandes revoluciones que las inician y las turbulencias populares que las acompañan, sino los demonios que las asolan en fases más avanzadas. Solamente cuando estas transiciones alcanzan un estado en que la moderna economía urbana potencia la capacidad de intervenir la naturaleza, la reacción agresiva ante el miedo y la infinita maldad humana, seculares, es que aparece el rostro horripilante de los tres demonios modernos: la depredación de la naturaleza, el fascismo y la guerra.

El primero demonio depreda antes de comprender la necesidad de proteger el medio ambiente, el segundo demonio suele enseñorearse y provocar retrocesos de décadas —como en Chile durante el último medio siglo— cuando las viejas oligarquías desplazadas por el avance de la modernidad son capaces de azuzar el miedo de las amplias masas dejadas atrás por éste, especialmente durante las grandes crisis económicas del capitalismo. El tercer demonio, el peor de todos, asoma sus orejas cuando las potencias que por momentos aparecen como dominantes, simplemente por haber efectuado antes dicho tránsito, se niegan a dejar paso a otras, mayores que ellas, que emergen allí donde la urbanización ha transcurrido más tardíamente.

Esto último es lo que sucedió en la Europa del siglo XX, con la emergente Alemania enfrentada a las entonces dominantes Inglaterra y Francia. Lo mismo está sucediendo con el conjunto de la brillante civilización surgida de la pionera urbanización Europea y que Ferguson y muchos otros confunden con una decadencia, que no es tal sino sencillamente el proceso de acomodo a un mundo donde todos los países y regiones formarán parte de la misma civilización moderna, pero en el cual el poder económico, político, militar y cultural, estará distribuido según la población urbanizada de cada región.

El riesgo principal que enfrenta la humanidad es que ideas como las de Ferguson, o los neoconservadores de Bush antes que él o los locos que postulan hoy a la candidatura del Partido Republicano, en los Estados Unidos, y otras similares que medran pestilentes en todos los países más poderosos, alcancen la influencia que les posibilite desatar nuevamente los demonios del siglo XX. Sólo que en el siglo que se inicia, estos monstruos alcanzan un tamaño diez veces mayor.

Felizmente, la historia del siglo XX, en Europa y también en Chile, nos enseña que tales demonios pueden ser conjurados si se los aísla y reprime oportunamente con decisión y también derrotados cuando logran enseñorearse del poder.

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25 nov 2015

Músicos en La Moneda, muralistas en el museo

Hay simultaneidades que, más que tener que optar, obligan a pensar. Ocurrió con una tarde del 19 de noviembre cuando Santiago ofrecía, al mismo tiempo, asistir a un concierto de la Orquesta Juvenil de la Universidad de Talca y a la inauguración de la muestra pendiente de muralistas mexicanos, violentamente interrumpida por el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

La convocatoria visual que se desarrolló en el Museo Nacional de Bellas Artes, hito de celebración del centenario de nuestra Independencia, contenía parte significativa de las obras que se regresaron a México sin desembalar, en el mismo avión en el que viajó a esas tierras de libertad la viuda del Presidente Salvador Allende y del que debió formar parte del pasaje el Premio Nobel, Pablo Neruda.

Llegó Hortensia Bussi, de traje color mostaza, a la losa de Ciudad de México y la esperaban, de riguroso luto, el Presidente de los mexicanos y todo su gabinete. No llegó Neruda, que era asesinado en una clínica de Santiago, y las obras de arte retomaron su gira por museos receptivos del mundo.

Chilenos ni mexicanos olvidamos que algo estaba pendiente y la memoria se hizo fuerte este noviembre de 2015 cuando a los potentes cuadros se agregó, en la muestra abierta, testimonios periodísticos -nerviosos cables de agencias de noticias incrédulas-,  relatos de protagonistas en video, cartas de responsables de curar (nunca tan adecuada la palabra) las obras y otros objetos de Memoria que contextualizan y terminan de explicarnos lo acontecido en esos días de tragedia que se cernieron sobre Chile y sus habitantes.

Una muestra digna de verse, como parte de esa pieza que faltaba en el puzle imborrable de septiembre del 73.

No obstante, con la disposición de revisar las salas del Bellas Artes en otra oportunidad, esa tarde opté por asistir al Centro Cultural Palacio de La Moneda, a escuchar la presentación de una orquesta de jóvenes, notable. Notables la agrupación, sus integrantes y su historia.

Ocurre que es una formación orquestal adscrita a la Universidad de Talca, dónde los instrumentistas estudian la carrera de música y, casi al terminar, se complementan formándose como maestros. Verdaderos pedagogos de la creación de orquestas infantiles y juveniles. Un movimiento que, en Chile hoy, aparece como imparable.

Que no está solo. Que, siendo una de los primeras líneas de las políticas culturales que despegaron una vez recuperada la democracia, en 1990, está ahora acompañado de un reciente presupuesto nacional que financiará a seis orquestas regionales profesionales y de sólidas infraestructuras que pueden acoger sus conciertos: en la misma ciudad de Talca, donde emergió un amplio Teatro Regional; en la capital -como el propio centro vecino al palacio de gobierno, o el GAM, Matucana 100 o el Centro Cultural Estación Mapocho. O los teatros de Temuco, Rancagua, La Serena o Concepción, próximamente.Todos, que no existían cuando la muestra de muralistas quedó pendiente.

En síntesis, una orquesta heredera de los sueños de Jorge Peña Hen, Fernando Rosas y su actual decano, Américo Giusti, que está en condiciones de tocar en cualquier recinto nacional o internacional, firmemente asociada a una Universidad pública regional y que convoca a audiencias generosas y ampliables.

Quizás por esa estimulante perspectiva de futuro, precisamente por la solidez de su presente, fue que dejé pasar unos días para visitar la muestra de la Memoria, que estaba allí para quedarse un tiempo en el museo, y para siempre en la historia de los chilenos que vivimos y transmitiremos incansablemente a las nuevas generaciones, la epopeya interrumpida por la fuerza, aplastada por las balas pero que ha ganado batallas por convertirse en ejemplo y fortaleza de los tiempos que vendrán.

Por más que de pronto parezca que entramos a una etapa negra, allí está la cultura y sus espacios, sus mujeres y hombres, gestores y creadores, guardando la Memoria que nos demanda impedir la reiteración de los horrores vividos.

Por eso, salud a las orquestas sembradas por Peña Hen, larga vida a los espacios culturales construidos en democracia y largas filas de visitantes a la muestra pendiente.

No es mucho pedir. Sólo una obligación para quienes pensamos que trabajar por la cultura es guardar y mantener viva la Memoria.

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