El cese al fuego logrado entre el Gobierno ucraniano y los rebeldes separatistas pro-rusos ubicados en el Este de Ucrania (especialmente en Dontsk y Lugansk) el pasado viernes 5 de septiembre en la ciudad de Minsk, se debió principalmente a la intervención del Presidente ruso Vladimir Putin, quien una vez más ha demostrado su indiscutido liderazgo.
Aquellos que siguieron la carrera presidencial americana, recordarán que en el tercer y último debate televisivo relativo a los temas internacionales, sostenido por el Presidente Barak Obama y su contendor Mit Romney, en octubre del año 2012, el desafiante candidato republicano afirmó que una de las mayores amenazas que enfrentaría Estados Unidos en los próximos años sería la Federación Rusa.
Este comentario provocó la inmediata risa del Presidente Obama, quien descartó dicha posibilidad, al igual que varios de sus asesores, una vez concluido el citado debate.Sin embargo, a mi juicio, el escenario internacional estaría dándole la razón al derrotado aspirante presidencial.
¿Qué es liderazgo? es el proceso de influir en las personas, para que éstas trabajen con entusiasmo en favor de ciertos objetivos. En consecuencia, para ser líder se requiere de simpatizantes, para lo cual el líder deberá extremar sus capacidades de persuasión, apelando a su conocimiento, integridad, carisma, etc.
En ese sentido, el carisma es una de las características del buen líder, sin embargo, carisma no es lo mismo que liderazgo, pese a que en Chile ambos conceptos se confunden.
¿Vladimir Putin posee algún grado de liderazgo o influencia en las relaciones internacionales?
En opinión de varios analistas, el Presidente de la Federación Rusa está ocupando el espacio de poder dejado por su par estadounidense, siendo además muy bien asesorado por su ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Vladimir Putin recuperó el protagonismo y prestigio de su país, el cual había desaparecido bajo el Gobierno del estrafalario ex Presidente Boris Yeltzin, cuya gestión dejó un triste recuerdo en la población rusa.
El mundo creyó o quiso creer que una vez caído el Muro de Berlín, la ex URSS dejaba de existir, de ser un actor internacional relevante, olvidando que la Federación de Rusia es per se una potencia mundial y regional, en razón de su fuerza militar, superficie terrestre y marítima, sus recursos naturales (petróleo, gas, reservas de agua, etc.) y tecnología, entre otras características.
El Presidente Putin ha sabido además comportarse como una gran estratega, como su intervención categórica en el conflicto de Ucrania, tanto en la anexión de Crimea (defendiendo la instalación de su flota rusa asignada al Mar Negro) como en favor de los rebeldes pro-rusos en el Este de Ucrania. Su oposición a la propuesta de intervención militar de Estados Unidos en Siria en contra del régimen de Al Assad, como también en contra del régimen iraní, que dan cuenta de su carácter.
Asimismo, suscribió hace poco un histórico acuerdo energético de gas con la República Popular China, y como represalia a las sanciones decretadas por la Unión Europea (con motivo de su apoyo a los rebeldes ucranianos) prohibió y restringió la importación de alimentos y productos agrícolas de Europa y Estados Unidos, por el plazo de un año.
Por otra parte, cabe consignar las palabras del Ex Secretario de Defensa Powell, quien afirmó “yo todavía lo miro a los ojos y veo a la KGB”. Esta opinión también es compartida por quien fuera su sucesor en dicha Secretaría de Defensa, Robert M. Gates, quien en su libro “Duty”, se refiere al Presidente Putin en términos aún más duros y categóricos .
Ambos comentarios me trajeron a la memoria los cuestionamientos de que fue objeto Putin por su negativa a permitir el rescate internacional del submarino ruso K-141 Kursk.Dicha negativa implicó a la postre la muerte de la tripulación de dicho submarino.
Otra de las críticas occidentales al “nuevo zar Putin“, sería la detención, procesamiento y condena del grupo de punk feminista Pussy Riot, con motivo de los actos de vandalismo que realizaron en una Catedral ortodoxa. A su vez, la promulgación de una ley en contra la propaganda homosexual, le valieron la condena del movimientos LGBT – Grupos de Defensa de los Derechos de los Homosexuales .
No obstante lo anterior, la encuestas rusas muestran más de un 85,9% de aprobación a la gestión presidencial del Jerarca ruso, aunque al parecer este tipo de mediciones no le preocuparían.
Esta alta aprobación se entendería, según algunas fuentes consultadas, porque la Unión Europea y los Estados Unidos no comprenden que sus realidades, en los ámbitos políticos, sociales y económicos, no son asimilables o comparables a las que experimentan los Estados-Nación de Europa del Este y en particular, Rusia.
Por lo tanto, intentar imponer valores o normas de conductas que atentan contra la tradición, la costumbre o religión de un país, es un desafío temerario y requiere de años, de generaciones.
Este Nuevo Zar, este hombre sin rostro según un analista (por ser su pasado un enigma y su presente, inescrutable) está transformando el orden mundial, relevando a la diplomacia rusa al sitial que le corresponde.
Para comprender su política exterior sugiero lean el último artículo que publicó en el periódico Moskovskie Novosti, con ocasión de su campaña Presidencial. Destaco uno de sus párrafos: “…Pero vamos a basarnos en nuestros propios intereses y objetivos y no en decisiones dictadas por terceros. Rusia es respetada y tomada en consideración solo cuando es fuerte y se mantiene firme sobre sus pies. Rusia casi siempre ha gozado del privilegio de desarrollar una política exterior independiente. Y así seguiremos. Más aún, estoy convencido de que la seguridad mundial podrá garantizarse solo con la ayuda de Rusia y no por medio de intentos de debilitar sus posiciones geopolíticas y perjudicar sus defensas…”
Esto es real politik, con una visión geopolítica-estratégica.
Como conclusión, el Presidente Putin ha consolidado un indiscutido liderazgo regional y mundial, sin temor a la opinión de terceros Gobiernos o actores internacionales.
Simplemente estaría velando porque los intereses superiores de la Federación de Rusia sean difundidos, respetados y reconocidos en el orden mundial.