Evo Morales, antes que Presidente, es izquierdista. De esta izquierda latinoamericana –a veces en extinción, a veces en ascenso- que busca obtener e instrumentalizar cualquier cosa a favor de una consigna ideológica.
En diciembre de 2005 era elegido Presidente y ya el 1 de mayo de 2006 (día de los trabajadores) emitió el decreto “Héroes del Chaco” donde comenzaba el proceso de nacionalización y estatización de los recursos naturales; el 2007 terminó los contratos con los servicios de agua potables privados; el 2008 se nacionalizó Entel (la mayor telefónica de Bolivia). En mayo del 2010 comenzó la estatización de las generadoras eléctricas. Hacia el 2012 ya empezaba la nacionalización de la transmisión eléctrica.
6 años para estatizar casi todo y sólo tres en cambiarle el nombre a su país. En 2009 entraba en vigencia la nueva Constitución provenida de una Asamblea Constituyente.
Y aunque lo de él es el “socialismo comunitario”, su política no puede estar más cerca de lo que quiere cualquier dirigente comunista en Chile.Vea las declaraciones recientes sobre el agua y las del 2011 sobre los recursos naturales de muchos de sus dirigentes juveniles.
Pero hay más de lo típicamente izquierdista. Tres aspectos concretos: la provocación sazonada con la victimización; el falseamiento de la historia y el desconocimiento del Estado de Derecho.
Morales provoca y acusa. No pone su eje en lo reprobable de la conducta –intencionada o accidental- que da origen al incidente, sino en la reacción de la autoridad que lo transforma en cierto tipo de víctima.
No hay mea culpa en que tres militares bolivianos crucen la frontera. Lo que querría Morales es que ocurriera lo del 2011, donde 14 militares bolivianos cruzaron nuestra frontera y fueron condecorados y ascendidos en el vecino país luego de su expulsión por parte del gobierno de Chile. Pero es más fácil provocar pues no se pierde nada.
Mientras más se sube el tono, es más fácil la victimización cuando sabe que no recibirá de vuelta el mismo trato. En 2011 trató a Chile como un país donde se violan los derechos humanos y ahora hace lo mismo. Dice que Chile ha violado el derecho internacional sin haber citado siquiera una norma de algún convenio transgredido por nuestro país.
Segundo, el falseamiento de la historia. Previo al incidente, el Presidente conmemora la “invasión cruenta” a Antofagasta (entonces boliviana) que dio inicio a la guerra del Pacífico. Pocos recordaron en la opinión pública que ese episodio de “cruento” no tuvo nada pues no se disparó ningún tiro (el primer combate de la guerra del Pacífico fue un mes después en Calama) en una ciudad cuya población era chilena en un 90% y respecto de la cual Chile renunció a la soberanía hasta cierto paralelo , siempre y cuando no se le subieran los impuestos a las empresas salitreras chilenas en suelo boliviano.
El gobierno boliviano no sólo subió el impuesto sino que confiscó las empresas chilenas que iban a ser rematadas el 14 de febrero de 1879. De ahí que la armada chilena llegara a realizar una reivindicación producto de la violación flagrante del tratado de límites. Pero explicarle eso a sus compatriotas no le sirve.
Habla de “tratado impuesto” -el de 1904- cuando se ha firmado 20 años después del cese de las hostilidades y cuando fue aprobado por el Congreso de Bolivia de manera libre y soberana.
Habla de incumplimiento ante la comunidad internacional cuando hasta el cansancio se le ha dicho que no ha habido tal.
Ha dicho que el tema marítimo es de interés regional cuando incluso en su casa –Asamblea de la OEA en Cochabamba el 2012- los países (salvo un par) reconocen que es de interés bilateral.
Tercero, el desconocimiento del Estado de Derecho. Apenas asumido, declaró por sí y ante sí que muchas concesiones de recursos naturales en su país eran “nulas”.Pero como en Chile el Estado de Derecho se respeta, el Presidente Morales no puede comprender que el tema de los conscriptos está circunscrito al poder judicial chileno que por lo demás entiende que es de sentido común que el Estado pueda tipificar de delito: 1) ingresar ilegalmente al país y 2) con armamento de guerra.
Finalmente el relato. La izquierda se ha valido de la ideología y de un lenguaje que propugna el conflicto como método de acción política.Ha sido en todas partes igual.
Morales quiere hacer de todo lo que tenga que ver con Chile un conflicto, una ofensa, una indignación. El gobierno boliviano muestra un video donde se le indica a la población que los conscriptos son héroes y que Chile es un país que viola los derechos humanos. Le manda carta a los conscriptos ( que distribuye a toda la prensa de su país) donde utiliza la épica del rescate. Quiere dejar a nuestro país como belicoso para tener más margen de maniobra en el tono que ya dejó de ser diplomático. Trata al Presidente de Chile como “mal vecino”.
Su consigna ideológica es clara: este país (Chile) ha sido lo suficientemente imperialista y abusador para con la pobre Bolivia. Y tendremos que pagar por ello.