Italia se encuentra en una encrucijada que está alineando transversalmente a empresarios, políticos, centrales sindicales y movimientos ciudadanos. Las alternativas son o cruzamos el río y damos paso a una Tercera República, eliminando definitivamente los lastres institucionales que impiden el término de la Segunda, tales como la Ley Electoral, entre otros “amarres”, o sencillamente seguimos sufriendo esta prolongada agonía del bipartidismo inducido que paraliza toda posibilidad de reforma sustantiva.
Si optamos por transformar sustancialmente la realidad italiana, hay dos alternativas: una moderada, con soporte técnico y respaldo implícito de la Unión Europea, y otra drástica y rupturista, pero sin destino cierto.
En la primera línea está el liderazgo de Mario Monti, actual Primer Ministro, apoyado por la UDC de Pier Ferdinando Casini y Futuro e Libertá de Gianfranco Fini, además de una lista cívica auspiciada por empresarios protagonistas del “Made in Italy” en el mundo, (Cordero di Montezemolo de la Ferrari, entre otros).
En la segunda alternativa, encontramos al humorista Beppe Grillo con su movimiento anti sistema “5 Estrellas”, que ha capitalizado el descontento de la gente y experimentado un “boom” en las recientes elecciones regionales y en las encuestas más recientes de intención de voto.
En cambio, si se elige el camino de la larga agonía, están las dos formaciones más representativas de la Segunda República, adoradoras del bipartidismo que les garantiza la alternancia en el poder: el “Berlusconismo” de centroderecha (Il Popolo della Libertà, PDL), aliado con los “independentistas” de la Liga Norte, y, por el lado de la centroizquierda, el Partito Democratico, PD, partido-coalición formado por ex comunistas y ex demócratas cristianos, aliado con formaciones de izquierda ecológica.
Los italianos de la Repartición Sudamérica, uno de los cuatro distritos electorales italianos en el mundo, elegimos 3 diputados y 2 senadores y podemos votar por una de estas opciones, pero en clave propia.
En el voto que llega a nuestros domicilios encontramos listas generadas en nuestra región sudamericana, entre ellas la del centrista MAIE (Movimento Associativo Italiani all’Estero) que apoya al actual Premier Mario Monti. Además están presentes las listas del PDL, del PD y de las 5 Estrellas.
El voto presenta también otras alternativas regionales, más personalistas, tales como USEI (Unión Sudamericana Emigrantes Italianos) que postula al ex senador ítalo-brasileño Edoardo Pollastri, otra titulada Unión de Italianos para Sudamérica conformada por dirigentes argentinos y finalmente Italiani per la Libertà del actual senador ítalo-argentino Esteban Caselli.
Los italianos residentes de Chile, que somos 40 mil de un total de 4 millones de electores en el mundo, tenemos el desafío de superar el 24 por ciento de participación que registramos en las últimas elecciones políticas del 2008, para igualar el 38 por ciento obtenido en todo el mundo en los mismos comicios. La última palabra la tendremos que decir antes del 21 de febrero.
¿Cómo votamos? Por correspondencia, por lo que nuestra votación se lleva a cabo unos días antes que en Italia – 24 y 25 de febrero – para posibilitar el arribo de nuestros votos en el escrutinio único que se lleva a cabo en los colegios electorales peninsulares.
El Consulado General en Santiago ha enviado por correo a cada elector un sobre (Plico elettorale) que contiene el certificado electoral, es decir, el documento que certifica el derecho a voto y los votos para la Cámara de Diputados y para el Senado. Cabe aclarar que el elector que no haya cumplido 25 años al 24 de febrero, recibirá solamente el voto para la elección de los representantes a la Cámara Baja. Se incluyen además la información de las listas de los candidatos, dos sobres de diferentes formas y una hoja informativa.
Tenemos que considerar los tiempos que ocupa el correo desde nuestro lugar de residencia para llegar a la sede consular italiana. Si el cálculo lo consiente, el elector puede despachar el sobre grande de respuesta postal pagada, de manera que llegue al Consulado General en Santiago antes de las 16 horas (Chile Continental) del jueves 21 de febrero del 2013. Los votos que lleguen después de ese plazo serán incinerados.
Si al 9 de febrero no hemos recibido el material electoral en nuestros domicilios, podemos ir a retirarlo el lunes 11 a la sede consular italiana, calle Román Díaz esquina de calle Clemente Fabres, en la comuna de Providencia (dos cuadras al sur de av. Francisco Bilbao).
En síntesis, a diferencia de lo que le ocurre a los chilenos en el exterior, tenemos voz y capítulo en los destinos de nuestra Madre Patria, il Bel Paese.