Durante el año que recién terminó hubo varios episodios empresariales que demostraron la falta de transparencia en la empresa, que fueron abiertamente cuestionados por la ciudadanía, el gobierno y el empresariado.
Una empresa debe ser definida como una organización que persigue fines económicos con el fin de generar mayor valor a sus propietarios o accionistas. Esta definición incluye lógicamente el concepto de la transparencia, dado que el valor de una empresa debe ser evaluado en el tiempo, no como una resultante de un negocio puntual en un corto periodo de tiempo, por lo tanto el gobierno corporativo de cada empresa debe velar para que el valor de la empresa sea continuo y de largo plazo y la transparencia aporta a la proyección y futuro de la organización.
Lo anterior ha llevado a muchas empresas a considerar entre sus valores corporativos a la transparencia, lo que es lógico y hace mucho sentido. Pero más allá de las palabras debe ser un compromiso organizacional.
La trasparencia nace como un concepto proveniente de la física y se relaciona a la visibilidad de un objeto, lo que se puede medir en forma muy precisa. Entonces, nos encontramos con un valor teóricamente muy demandado por las altas gerencias de las empresas y que conceptualmente puede ser cuantificado ¿ cómo entonces hacer realidad este deseo?
Para ser concreto y práctico, haré referencia a ciertas prácticas que ayudan a encauzar la transparencia en la organización y por lo tanto a darle valor a la empresa.
1.- Directorios que estén altamente incorporados e insertos en la gestión de la empresa. Ya pasó el tiempo en que el director solo iba a escuchar la cuenta del gerente y firmaba la respectiva acta al final de la sesión. Hoy la legislación de empresas obliga a los directores a compenetrarse y participar profundamente en las decisiones, pero no es solo lo formal, constituir equipos de trabajo o comités especiales de directores, permite mayor rigurosidad en la toma de decisiones.
2.- Incorporar en la estrategia de la empresa y al más alto nivel planes reputacionales y de gestión de marca, que vayan mucho más allá de simples campañas de marketing, hablo por lo tanto de la experiencia de clientes y del conocimiento de la comunidad sobre lo que hace la empresa, respetando y mejorando la calidad de vida de los chilenos.
3.- Finalmente, los colaboradores, pilar fundamental y clave de la empresa, si no están comprometidos y no viven en su realidad los valores de la empresa, poco podrán transmitir y comunicar de su organización.
Partir considerando, al menos estos tres aspectos, que aportan a la transparencia interna y externa, permite construir una empresa con futuro que sea capaz de discriminar entre lo que aporta y destruye valor para ella.