Hace casi tres semanas que un grave problema nos afecta como país, no sólo económicamente sino en un área extremadamente importante y por la que hemos trabajado durante muchos años: nuestra imagen país.
Estamos pasando por una situación bastante delicada por la huelga de los puertos, que se ha transformado en un problema nacional y que traerá consecuencias gravísimas. Por ello es necesario que con urgencia los involucrados lleguen a acuerdos. No es posible que en vez de atenuarse la situación, se sumen nuevos puertos.
Chile tiene vocación exportadora, casi el 70% de nuestro PIB está relacionado con el mundo de los puertos, por lo mismo es fundamental buscarle a la brevedad una solución al conflicto.
Sabemos que no ha sido fácil para los trabajadores portuarios y creo que sus solicitudes, demandas y peticiones hay que verlas en profundidad, pero mientras esta negociación se realiza, los puertos deben estar operativos.
Todo esto se resolvería con una clara política exportadora que modernice todo el sistema portuario y que a su vez refuerce la falta de medidas para el sector. Esta es una demanda histórica de los gremios exportadores y aunque todos los Gobiernos la comprometen en sus campañas políticas, ninguno ha sido capaz de implementarla.
Este problema no es un tema aislado, hemos quedado siempre en el camino, lo mismo pasó con la subsecretaría de Comercio Exterior, la mejoría del ISP, entre otros. En Chile no existe una política exportadora que realmente de respuesta a todas estas necesidades. Por lo demás, este no es el único problema que afecta al sector, sino que también hay otros como la energía y la productividad de la mano de obra.
De mantenerse el paro durante el presente mes el sector manufacturero enfrentará un impacto económico de unos US$14 millones diarios, lo que no es menor si se considera que los otros sectores pueden llegar a incluso a triplicar esta cifra, dinero que por cierto, es cuantificable, distinto a lo que sucede con nuestra imagen en el extranjero.
Las autoridades deben preocuparse, pues sin duda un paro como este, sumado a todos los conflictos sociales que han afectado a la nación durante los últimos años, proyecta una mala imagen país que crea desconfianza en el exterior, donde reflejamos que Chile aún no ha dado los pasos necesarios hacia el desarrollo.