“En el sistema de AFP vamos a obtener pensiones que no van a satisfacer las expectativas de la gente”. Lo primero que debo decir es que estas palabras no son mías, pero las comparto.Pertenecen a la ministra del Trabajo, publicadas en el diario La Tercera el domingo 10 de marzo de este año en la sección Negocios.
El periodista le pregunta: ¿Cuál es su evaluación del sistema de AFP? Y aquí la respuesta, “las condiciones bajo las cuales se desarrolló el sistema de AFP hace 32 años han cambiado radicalmente. Entre los cambios en el mercado laboral, las mayores expectativas de vida, las tremendas lagunas que generaron períodos de alta cesantía, y la baja densidad de cotización, vamos a obtener pensiones que no van a satisfacer las expectativas de la gente”.
¿Expectativas creadas por quién?
Es bueno establecer que fue José Piñera el que dijo que las AFP entregarían una pensión del 70% de la última remuneración, promesa que repitió en 1991 y que hasta estos días aparece en la página web de la Asociación de AFP. Ese porcentaje, debería traducirse en una pensión superior a los $350.000 mensuales, en tanto que la realidad lo ubica en $177.000 promedio, menos de la mitad de lo prometido.
La crisis del sistema es de tal envergadura, que ni siquiera una de sus más extremas promotoras y defensoras, puede ya seguir tapando el sol con un dedo.
Lo más crítico que se le conocía a la Ministra era una declaración de enero del 2012 en que llamaba a las personas a “No jubilar”. Para nosotros resultaba comprensible, porque hemos venido publicando estudios y opiniones que demuestran el Gran Engaño del sistema, pero que la Ministra afirmara eso, ella que coincide y celebra las declaraciones exitistas de los dueños de las AFP o de los académicos que publican estudios pagados por las AFP, aplicando el eslogan comercial “el cliente tiene siempre la razón”, era y es novedoso.
En ese mes de enero del 2012, la Ministro tuvo la gentileza de recibirnos al Senador Mariano Ruiz -Esquide y a mí, oportunidad en que le hicimos presente los antecedentes que teníamos al respecto y le pedimos su respaldo para varios temas, incluso algunos dónde ella como Senadora de oposición y nosotros partidarios de la Concertación, pero minoría, habíamos coincidido, como el daño previsional a los funcionarios públicos más antiguos.
La Ministra rechazó tajante nuestra visión, sin excesos verbales esta vez, pero señalando ante todos los presentes, que ella no estaba dispuesta a pagar ninguna deuda sobre el tema previsional dejada por la concertación.
No cambió de opinión, tampoco, cuando le recordé sus propias palabras y las de los ex senadores Allamand y Longueira, en ese tiempo también colegas de gabinete.Luego defendió con su pasión de siempre al sistema de AFP, negando los nefastos efectos de éste que le señalábamos.Nos hemos ubicado muchas veces en extremos opuestos con la señora Ministra, pero nunca hemos dudado de su inteligencia, por ello nos alegra que haya asumido la realidad y, además, la reconozca.
Al responder la pregunta ¿y estas reformas hay que hacerlas pronto? declara que “postergar la solución lo único que hace es aumentar el costo”.Pero, no hay que olvidar.
La Ministra sigue anclada en su fanatismo con los principios de los chicagos boys de los ochenta , que son los que José Piñera utilizó como sustentadores del sistema de AFP, según reconoce en diversos escritos, especialmente su libro de 1991, El Cascabel al Gato, y no asume que el problema de fondo está en que las AFP no forman parte de una Política de Seguridad Social, sino que se trata de una nueva industria, como la salud con las Isapres , creada para eliminar el “Ogro estatal” que , al decir de José Piñera, dominaba el sistema previsional. No, la Ministra, al igual que los dueños de las AFP, se da cuenta que ya no pueden seguir ocultando el contraste brutal entre sus ganancias y lo que el millón de pensionados que tienen actualmente las AFP reciben como pensión, $177.000, menos que el salario mínimo actual y más lejos aún del propuesto por este mismo gobierno.
Un llamado de alerta.
Los intereses en juego y los dogmas ideológicos son muy poderosos, por eso están preparando una batería de “cambios” para dejar todo igual.
Por ejemplo, la Ministra dice, “estamos estudiando cambios” y a la consulta, ¿está de acuerdo con subir la edad de jubilación?, responde dando rodeos: “Estamos estudiando cosas para ver qué efectos tienen y cómo lo hacemos”. Luego hasta se contradice: “Si me pregunta si soy partidaria de decirle a la gente que hoy tiene 65 años que tiene que trabajar dos años más: “No”.
Yo aprendí que No, es adverbio de negación y una motivación política grandiosa, pero luego agrega: ¿Hay que revisar si es necesario aumentar la edad de jubilación, cómo, cuándo, en que qué plazos y a quiénes les toca? Sí”.
A mí me parece entender, no hay que decirle a las personas que le van a subir la edad de jubilación, el costo previsional y otras cositas, pero es mejor que estén al margen y que, en vez del dicho popular, el golpe avisa, que sea la ley la que te golpea sin aviso.
La otra maniobra es poner la discusión en temas relacionados, pero no esenciales.Es cierto que hay no pago de cotizaciones. Pero la propia Ministra ha dicho que hay formas legales de eludir el pago por parte de los empleadores, la evasión ya alcanza cerca de 4 mil millones de dólares y la señora Matthei afirma que es incobrable en su abrumadora mayoría.
Pero ella, quiere buscar otros culpables. Listo, ya está. Son los propios trabajadores, “hay mucha gente que no cotiza y que lo está haciendo racionalmente, porque todos los incentivos de la política económica llevan a que la mejor decisión para ellos sea no cotizar. Yo puedo salir a fiscalizar, pero cuando el trabajador no quiere que le coticen y se pone de acuerdo con el empleador, puede mentirle a la Inspección del Trabajo y es bastante poco lo que la autoridad puede hacer”.
Agreguemos otra perla: “Hoy la gente ya no esconde el televisor cuando llegan a encuestarla; esconde los ingresos. Y prefiere trabajar “a la negra”, sin cotizaciones, porque sabe que si le pagan cotizaciones por lo que gana pierde como en la guerra”. Coincido en este último punto con la Ministra. Pagar a las AFP es perder, como en la guerra.
¿Pero, vivimos en el mismo país? La Ministra dice que hay faltas de cotizaciones porque los trabajadores le dicen al empleador que no les imponga. En el Chile que yo vivo, los patrones dictan todas las reglas del juego y, aunque hay algunos que les resulta más barato pagar a la negra, los muy menos, otros, no tan menos, no pagan porque es más barato quedarse con la plata de las imposiciones que pedir créditos en los Bancos.Préstamos que se dan a tasas usurarias, usando, las cotizaciones de los trabajadores.
Pero un buen número cumple la ley, evita pagar multas y hacerle daño al trabajador que colabora en su empresa. Por eso, se recaudan más de 700 millones de dólares mensuales por cotizaciones en Chile, aunque sólo coticen el 50% de los afiliados.
Mi llamado es para que los afiliados a las AFP estén atentos y se organicen. En mayo, los expertos pagados por los grupos económicos van a dar a conocer un conjunto de propuestas. Ya han lanzado globos sondas. Subir el aporte de los trabajadores, postergar los años de jubilación, pedir más aportes al Estado. ¿No les basta con las exenciones del IVA que han obtenido, con los subsidios del Estado como el Aporte Previsional solidario, el Bono por hijo nacido vivo o adoptado, el subsidio a la contratación de jóvenes?
La ex Presidenta Bachelet, cumpliendo el programa que le entregaron las fuerzas políticas que la apoyaron , dio el paso histórico de darle una pensión asistencial, no contributiva, le llaman algunos, a los chilenos pobres que no hubiesen cotizado nunca o un mínimo y decidió darles estos calmantes arriba mencionados a los afiliados a las AFP.
En la actualidad, más de un millón de personas tienen esas pensiones, igual en número a las de las AFP. Se pagan cerca de $84.000 mensuales, sin haber aportado un peso, ni pagar comisiones a nadie. Se financian solo con los fondos aportados en impuestos por todos los chilenos. Para la clase media, que paga cotizaciones e impuestos, algunos subsidios limitados para el 60% más pobre.
Existen 500 mil pensionados de AFP, modalidad de retiro programado, que reciben pensiones de 121.000 mensuales, luego de destinar el 14% de sus ingresos mensuales a las AFP durante más de 32 Años, pagándoles entre el 25% y el 30% de sus ahorros para pensión a estas empresas, que administran esos fondos con severas pérdidas y recibiendo un subsidio del Estado, mediante el Bono de Reconocimiento, que ya no recibirán los que no trabajaron antes de 1981. ¿Valió la pena?
Tampoco se refiere esta autoridad, al hecho que las AFP hagan publicidad engañosa diciendo que la rentabilidad anual en 32 años ha sido de 9,2% cifras manipuladas, evidentemente falsas para muchos expertos y contradictorias con las que publica la propia Superintendencia de Previsión, que indica que en los últimos 10 años las rentabilidades de los Fondos han sido de 6,7% en el Fondo A, el más riesgoso y el que más ha perdido en estos últimos años, en tanto que las rentabilidades para los dueños de las AFP, sobre su patrimonio y reservas, después de pagar gastos e impuestos, ha sido en promedio, superior al 40% anual y existen casos que han superado el 100% en un año.
Sin ir más lejos, recordemos que las ganancias del año 2012, más de 600 millones de dólares, fueron un 41% superior a las del año 2012. Las utilidades de las AFP provienen en un 95% de las Comisiones, según la Superintendencia del área, y sin embargo los Fondos de los trabajadores sólo habrían rentado 7 u 8%, esto es, cerca de 7 veces menos que las de los dueños de estas empresas. ¿Cómo explica esto Ministra?
Es cierto que aumentan las expectativas de vida y que el liberalismo tiene a la mayoría de los chilenos en trabajos precarios, por eso es, además, que la industria de AFP, no sirve para enfrentar estos hechos.
Tiene tanta vigencia y eficiencia como una fábrica de helados en el Polo Sur. Pero las crecientes interrogantes empiezan a romper el bloqueo de los medios de comunicación, y fuerza a sus defensores a asumir actitudes contradictorias para tratar salvar el botín.
Son 160 mil millones de dólares, tres Presupuestos anuales de Chile, manejados por 6 gerentes generales, sin control de los dueños de los Fondos, los trabajadores. Es de esperar que el fracaso de esta industria que hace sufrir a millones de chilenos, haga surgir los aportes plurales de las universidades y rompa con el silencio increíble de la mayoría del mundo legislativo.Por suerte, el Senado de la República ha recogido estas demandas y la Comisión especial que se formó a petición de ACUSA AFP AC y otras entidades logre pronto publicar conclusiones positivas para Chile y sus trabajadores. .
La Secretaria de Estado nos dice “Si yo fuera candidata presidencial este es el tema que yo plantearía, el premio al esfuerzo en Chile. Y al candidato que finalmente resulte de mi Coalición por el Cambio, le voy a pedir y rogar que el leit motiv de la campaña sea que hay que premiar el esfuerzo. Este es el gran reclamo de la clase media, de la gente de escasos recursos que está saliendo de la pobreza. La gente percibe que no se ayuda a quien se esfuerza”. Me parece muy respetable esta opción de la Ministra.
¿No podríamos los que no votaremos nunca por la derecha, apoyar a un candidato o candidata presidencial o al parlamento que nos represente, que recoja la auténtica realidad que sufrimos y ponga fin al lucro en Educación, Salud y Pensiones?
¿Que respete nuestra libertad y nos permita elegir entre la industria de las AFP o el sistema de Seguridad Social que existe en Chile para las Fuerzas Armadas y para 100 mil civiles?
¿No podría crearse una AFP del Estado, que por cierto no soluciona el problema de las pensiones, pero que gobernada con el sentido mayoritario de los chilenos, le quitaría el excesivo poder a los grupos económicos que manejan nuestros Fondos en su beneficio, invertiría en Chile, generando empleos y desarrollo e impediría la influencia negativa en la política con nuestra plata?
¿Por qué no prohibir a las AFP, Bancos, Compañías de Seguros, empresas con aportes de las AFP que hagan donaciones a los partidos políticos?
Con mis 66 años de edad, con 52 de militancia en la DC, declaro que votaré sólo por aquellos candidatos que se comprometan a poner fin al nudo gordiano que amarra la injusticia y la desigualdad en Chile.