Con preocupación acogemos el anuncio del gobierno, de una disminución del porcentaje acordado del aporte de energías renovables a la matriz energética de Chile, de un 20 a sólo un 10%. La determinación significa un grave e inexplicable retroceso y por ello esperamos que las autoridades involucradas, especialmente el ministro de Energía, nos expliquen por qué se adopta esta pésima decisión.
Además de ser una pésima señal, sin pudor alguno se cambian promesas de campaña, se pasan a llevar protocolos establecidos en el gobierno anterior y se retrocede en un tema de alto impacto para el país. Renunciar a esta meta y disminuirla es grave; lo que corresponde es poner manos a la obra y buscar caminos eficientes en el uso de la energía.
Lo que hace el ministro de Energía y el Gobierno es dar explicaciones de los problemas que tenemos en materia de energía, pero no toman ninguna decisión para ahorrarla, para hacer más eficiente su uso y menos para incentivar energías renovables no convencionales.
Creo que, con esto, el gobierno expresa cuál es su verdadero objetivo en materia energética: no hacer grandes innovaciones, que sigan los grandes proyectos de termoeléctricas, que sigan las grandes represas tipo Hidroaysén, y continuar con el paradigma tradicional.
El Ejecutivo confirma su decisión de seguir el mismo camino de siempre, sin incluir medidas inteligentes, que es lo que está haciendo el mundo en general y esto nos condena a seguir siendo un país con un alto uso de carbón en su matriz energética, con alta ineficiencia, vulnerabilidad, dependencia y, especialmente, una incapacidad para usar las potencialidades que tenemos en energías renovables no convencionales.
Lo más preocupante, es que en la glosa del ministerio de Energía para el presupuesto 2013, los recursos destinados a la Acción de Eficiencia Energética llegan a cerca de 7 mil 500 millones de pesos, que si bien aumenta en comparación con 2012, es infinitamente inferior a los 33 mil millones de pesos que se aprobaron en 2010.
Lamentablemente, el plan del gobierno es tibio. Se pretende llegar a un 12% de ahorro en la demanda, cuando los estudios indican que perfectamente podemos llegar a un 20% al 2020, pues así lo permite la capacidad existente. Chile puede hacer más, sobre todo en sectores como la industria, la minería, la edificación y el transporte.
El presupuesto que estamos discutiendo entrega 5 mil 600 millones de pesos para ERNC, 24% más que en 2012, que llegaba a 4 mil 600 millones. Si bien hay un aumento, es irrelevante respecto de aquello que el país puede proporcionar.
Todos estos indicadores explican por qué el Gobierno dejó de comprometerse con la meta del 20/20 en materia energética.