A raíz de la publicación de los resultados de la encuesta Casen, se ha vuelto a instalar el tema de la distribución del ingreso y la pobreza en radios, TV y en las primeras planas de los diarios.
Cifras más, cifras menos, es meridianamente evidente que Chile tiene una de las peores distribuciones del ingreso del mundo, a pesar de los altos índices de crecimiento económico que muestra su economía y de su inmensa capacidad para crear riqueza. (Basta ver cómo se multiplican las fortunas de las 10 familias más ricas del país).
Esta situación de inequidad evidente salta a la vista si se comparan los niveles de ingreso de comunas extremas como Cerro Navia y Vitacura. Hay otras comunas, como la de La Reina por ejemplo, donde existe una pobreza “no visible” pero no por eso menos dura.
La comuna de La Reina, sí pues, si de eso quería hablarle, no de la pobreza de la realeza europea, es descrita por el actual alcalde (y candidato a la reelección por un tercer período, a pesar de que ni siquiera lo apoya RN, su partido) como la 5ta comuna con mejor calidad de vida del país y 2da mejor de la Región Metropolitana.
Una visión muy diferente expresa la candidata oficial del pacto UDI-RN, para la cual la comuna viene a ser como “el patio trasero del sector Oriente”. Lo claro es que La Reina, como probablemente sucede con muchas otras comunas, esconde en su seno importantísimas desigualdades que los promedios y las estadísticas no revelan.
De los casi 100.000 habitantes de La Reina, sobre 6.000 viven como allegados tanto en la Villa La Reina como en sectores ubicados en el cuadrante Vespucio, Larraín, Laura Rodríguez y Arrieta.
Si este gobierno hubiera efectuado un censo poblacional y de vivienda en serio, con el rigor necesario, podríamos tener en el corto plazo datos duros de esta carencia de viviendas.
Como no se hizo, como una vez más cacarearon sin poner huevos, habrá que hacerse cargo de, a lo menos, conocer con exactitud las reales necesidades y buscar a través del Estado las soluciones para los invisibles pobladores de la comuna.
En el área de la salud comunal sobre 30.000 personas se atienden en dos Centros de Salud Familiar (CESFAM). Estos centros no sólo no dan abasto, tampoco disponen de recursos (insumos y medicamentos) ni del personal suficiente.
Estas 30.000 personas deben acudir al vetusto Hospital Salvador, que atiende a La Reina, y a otras siete comunas del sector oriente, y también a Isla de Pascua. Debido al tamaño de la población que debe cubrir, por supuesto, los pacientes, deben ser sumamente pacientes y esperar largo tiempo para las consultas de especialidades y hospitalizaciones.
La gran paradoja, es que en nuestra comuna se alza el hospital público más moderno del país, que cuenta con especialistas en todas las áreas, tecnología de punta para exámenes y diagnósticos, no hay camillas en los pasillos, mucho menos se verá pacientes retorciéndose de dolor en las salas de espera.
Claro, adivinó, el Hospital Militar, al cual la comunidad que ayuda a financiarlo no tiene acceso.¿Por qué me refiero esto? Porque evidentemente este centro hospitalario podría solucionar buena parte de los problemas de salud de los pobres de las comunas que esconden su pobreza porque les baja el valor comercial de sus metros cuadrados. Soluciones hay.
Los niños y jóvenes de La Reina que no pueden pagar educación privada, deben recurrir a los establecimientos educacionales municipales, donde la cantidad de recursos disponibles por alumnos es menor al 20% de los que se dispone en la educación privada pagada. Así, la población con menos recursos tiene también la educación de menor calidad. Esto se ve reflejado en los indicadores Simce. Se puede hacer más.
Si nos ocupamos en serio de la otra parte de la comuna, de aquella que no está en la guía turístico-inmobiliaria del actual alcalde, si las autoridades comunales hacen la pega, es posible atraer recursos financieros frescos para la educación, pero para eso la pobreza tiene que doler, y no ser sólo un lamento.
En la llamada Comuna Parque, donde hay menos de 4 mts2 de áreas verdes por habitante, la ONU recomienda 9 mts2, también se sufren grandes diferencias. Las plazas y calles de Villa La Reina tienen menos de 1 mt2 de áreas verdes por habitante, mientras que en sectores de mayores recursos se pueden encontrar más de 6 mts2.
Por último, y sin que la enumeración de indicadores de pobreza sea exhaustiva, están los miles de adultos mayores, (con pensiones básicas de aproximadamente 70.000 mensuales) que se han ido empobreciendo, como muchos vecinos de clases medias y medias bajas, que viven solos en casas venidas a menos por el paso del tiempo y la carencia de recursos para su mantención.
La precariedad en que vive cerca de un tercio de la población de la “comuna parque” no sólo es grave en sí, sino que, dada la falta de políticas públicas a nivel país, región y comuna que ataquen las causas de fondo de las profundas desigualdades, es una situación que se mantiene y reproduce, escondida en los promedios estadísticas de los que las autoridades se felicitan.
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