26 ago 2012

Condenado hasta su muerte

“El amor de una madre es lo más parecido al amor de Dios” dijo la mamá de Luciano Pitronello Schuffenerger cuando su hijo fue condenado por un hecho que a juicio del Tribunal Oral Penal no era constitutivo de un delito terrorista con motivo de la bomba que le explotó mientras la manipulaba en el lugar donde sería depositada.

Esta recalificación del tipo penal ha causado una enorme polémica y controversia, cuestión que ha tenido a los medios de comunicación, especialmente los últimos días, muy atareados. Sin mencionar lo que unos y otros han referido creo que no ayuda el que se pongan en duda las decisiones autónomas y soberanas de las Instituciones del país; más todavía, cuando en el bullado caso de Pitronello existen los recursos legales para impugnar el fallo.

Por otra parte, no procede ventilar públicamente materias que corresponden al núcleo más íntimo de la persona humana y que sin duda de hacerlo se vulnera gravemente aspectos que sólo dejarían a la persona investigada en una situación embarazosa y en riesgo debido a la exposición de alguna confesión que se debió expresar en las circunstancias que exigió el protocolo y el tenor de los análisis.

En el contexto antes expresado se puede entender el por qué se determinan, ante la opinión pública, veredictos tan disimiles desde el punto de vista de quienes miran estos hechos desde la vereda del frente. Los jueces y fiscales conocen y analizan un amplio espectro lo que facilita, sin duda, la resolución y determinación de la culpabilidad o no del sujeto.

Probablemente el dicho de la madre de Luciano, conocido el fallo judicial, sintetice de forma profunda y sabia la decisión final del caso, porque de alguna forma nos dijo que sólo el amor permite ver lo que sin el muy pocos ven.

Al final, el victimario se convirtió en víctima a consecuencia de su acto irracional, condenado, en el cuerpo y en el alma, como testigo mudo de su demencial locura que lo acompañará hasta el último día de su vida.

La pregunta que se plantea es ¿qué pasa con la institucionalidad vigente que parece no responder a la expectativa juvenil, la que opta, lamentablemente, por caminos violentos y muchas veces cruentos para generar los cambios que estima y cree necesarios?

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  • RaulFernandoAceitonAguilar

    Estimado sacerdote Vial.

    Como ha sido costumbre leer sus comentarios relacionados con el diario vivir chileno, Ud. hace una pregunta :

    “que pasa con la intitucionalidad vigente que parece no responder a la expectativa juvenil……….”etc.

    Desgraciadamente vivimos en un mundo que lo que es bueno para una minoria se transforma en malo para la mayoria, a buen entendedor pocas palabras.

    Quiero que Ud. y yo analicemos su pregunta desde el punto de vista espiritual y de conciencia.

    “JESUS veia que el corazon del hombre era malo y no se confiaba de ellos.”

    Esta sola frase pone de manifiesto lo que el hombre es y para eso vino JESUS para deshacer las obras de maldad, para dar libertad a los cautivos y hacernos beber de SU agua que nos SACIARA de esa sed de busqueda constante de la maldad.

    Tal vez nadie de los chilenos comprenda que estamos viviendo una guerra espiritual diaria y estamos propensos a morir o quedar heridos en ella y la INSTITUCIONALIDAD VIGENTE, no nos va a librar de caer en esa batalla.

    Quien puede hacerlo es la IGLESIA, a la que le ha sido dada autoridad para ganar esta batalla.
    Como? desde la cuna, promoviendo la sana doctrina, exhortando a tiempo y fuera de tiempo a sus ovejas, es cierto que ella ha perdido mucho tiempo en asuntos y negocios del mundo, pero no es tarde para comenzar esta tarea y ganarla con la ayuda de Nuestro Creador.

    Es importante que el pilar de nuestra institucionalidad y que es nuestra IGLESIA
    en la cual ponemos toda nuestra confianza, sea un ente mas activo y denuncie desde el pulpito de ellas, la falta de respuestas del gobierno de turno al clamor de las necesidades de nuestra juventud.

    Cordialmente.
    Raul.

  • RaulFernandoAceitonAguilar

    Estimado sacerdote Vial.

    Como ha sido costumbre leer sus comentarios relacionados con el diario vivir chileno, Ud. hace una pregunta :

    “que pasa con la intitucionalidad vigente que parece no responder a la expectativa juvenil……….”etc.

    Desgraciadamente vivimos en un mundo que lo que es bueno para una minoria se transforma en malo para la mayoria, a buen entendedor pocas palabras.

    Quiero que Ud. y yo analicemos su pregunta desde el punto de vista espiritual y de conciencia.

    “JESUS veia que el corazon del hombre era malo y no se confiaba de ellos.”

    Esta sola frase pone de manifiesto lo que el hombre es y para eso vino JESUS para deshacer las obras de maldad, para dar libertad a los cautivos y hacernos beber de SU agua que nos SACIARA de esa sed de busqueda constante de la maldad.

    Tal vez nadie de los chilenos comprenda que estamos viviendo una guerra espiritual diaria y estamos propensos a morir o quedar heridos en ella y la INSTITUCIONALIDAD VIGENTE, no nos va a librar de caer en esa batalla.

    Quien puede hacerlo es la IGLESIA, a la que le ha sido dada autoridad para ganar esta batalla.
    Como? desde la cuna, promoviendo la sana doctrina, exhortando a tiempo y fuera de tiempo a sus ovejas, es cierto que ella ha perdido mucho tiempo en asuntos y negocios del mundo, pero no es tarde para comenzar esta tarea y ganarla con la ayuda de Nuestro Creador.

    Es importante que el pilar de nuestra institucionalidad y que es nuestra IGLESIA
    en la cual ponemos toda nuestra confianza, sea un ente mas activo y denuncie desde el pulpito de ellas, la falta de respuestas del gobierno de turno al clamor de las necesidades de nuestra juventud.

    Cordialmente.
    Raul.