Los dos gigantes de la producción de cobre vuelven a sentarse en la mesa de negociación y suspenden el proceso judicial que enfrenta a ambas empresas por el 49% de la filial Anglo American Sur, pero Codelco ahora enfrenta nuevos desafíos con el cambio en su plana mayor.
Aunque habían suspendido el diálogo, esta nueva instancia de conversación deja de manifiesto que la vía de la negociación es más fuerte que la judicial para resolver esta disputa que se desató tras el fallido intento de Codelco de comprar los activos de Anglo.
Pero las múltiples instancias de conversación no solucionarán por inercia el problema.Codelco debe, definitivamente, cambiar su estrategia para salir airoso del conflicto y para eso el cambio de la presidencia le viene como anillo al dedo.
La batalla legal tiene una tregua de un mes, una ventana de negociación hasta el 22 de junio. Un nuevo escenario esperanzador luego de un conflicto que comenzó en octubre pasado cuando Codelco anunció que analizaba una opción de quedarse con un 49% de Anglo American Sur.
La compra era muy atractiva para la empresa chilena, porque el yacimiento, Los Bronces, es vecino de su división Andina, que está en medio de una fase de expansión para transformarla en una de las principales minas de nuestro país, en el mediano plazo.
Todo iba muy bien hasta que Anglo American sorprendió a los mercados al vender un 24,5% de su empresa al grupo japonés Mitsubishi, una transacción que significaba un mejor negocio para el vendedor, pero también, un fuerte golpe para la minería chilena.
Tras un escenario que parecía complicarse cada vez más, saliendo incluso del plano nacional para buscar respuestas en el extranjero, se vuelve a la conversación directa entre las partes y por eso es el mejor momento para que los abogados den paso a los negociadores y comience la verdadera disputa.
Codelco tiene que cubrir el terreno de la negociación cuesta arriba y cuando un negociador es agente, es decir, no se representa a sí mismo, sino a un tercero, en este caso el Estado, tiene la responsabilidad adicional de mantener alineados a todos quienes conforman su ‘parte’. En este caso hay ministros, el Presidente y, más complejo aún, la opinión pública y políticos oficialistas y de oposición con el interés de obtener vitrina a raíz de esta negociación.
El sobreprecio que obtuvo Anglo con la venta del 24,5% a Mitsubishi es del orden de US$ 2.015 millones. Es decir, hay un pozo gigantesco de dinero por el cual pelearse. Si Codelco pudiera ejercer el 100% de la opción de compra significa una transferencia de valor de Anglo a Codelco por US$4 billones.
En este tipo de negociaciones, los ejecutivos de cada parte desean demostrarle a sus representadas que ´no perdieron´, por lo tanto nuestro escenario de término de conflicto es el ejercicio del 24,5% que está disponible, más una compensación de US$1007,5 millones a Codelco, la mitad del exceso de valor entre el precio de mercado y el de ejercicio por el otro porcentaje igual que se vendió a Mitsubishi, más probablemente los costos legales derivados del proceso.
Este escenario compensa a Codelco por lo que no pudo comprar (aproximadamente US$1 billón) y le permite quedarse con un 24,5% de AAS, recordemos que Codelco iba a ejercer esta opción con un crédito de Mitsui, es decir, se beneficiaba sólo con el exceso de valor por sobre el precio de ejercicio; a Anglo American le permite obtener un poco más de US$1 billón por sobre el precio que habría pagado Codelco si hubiera ejercido por el 49% total.
Es decir, cada parte gana un billón de dólares más de lo que es su línea base.
Un escenario mejorado, desde el punto de vista de la opinión pública, es que Anglo American decida vender más participación, a un precio de ´mercado´, es decir, al que pagó Mitsubishi.
En nuestra opinión, probablemente conviene más ser minoritario en una sociedad administrada con estándares de eficiencia altos y ser compensados por el resto de la propiedad, que tener una participación mayoritaria teniendo que hacerse cargo de la administración e imponiendo sobrecostos a una operación eficiente.
La apertura de esta ventana de negociación de un mes, ha sido defectuosa por parte de Codelco, la empresa continua manifestando que tiene un caso legal sólido, que va a ir por el 49% y peor aún, todo lo anterior a través de los medios. Incluso de manera posterior a la salida de Diego Hernández, el 49% parece ser la bandera de lucha.
Hay dos desafíos que Codelco debe enfrentar:
Abandonar el 49% como negociación de ‘principios’, en este frente nos llama mucho la atención como múltiples voceros se han casado con esa posición y alinear a todos quienes participan en la decisión en torno al escenario “nadie pierde”, que protege el verdadero interés del Estado.