Según las últimas cifras entregadas por el FMI (Fondo Monetario Internacional) el ingreso per cápita en Chile es de US$ 16.172, cifra que se obtiene considerando el Producto Interno Bruto dividido por el número de habitantes del país, es decir, US$ 281.368 millones / 17,4 millones de chilenos.
Este nivel de ingreso, es un indicador de “exportación” muy difundido para mostrar los avances socioeconómicos del país, ya que lo sitúa muy cerca de lo que en términos económicos se denomina “país desarrollado”. Es decir, una cifra que representa un nivel de renta que es para sentirse orgullosos de vivir en Chile.
Y no es para menos, ya que en términos de moneda nacional US$ 16.172 per cápita anual, significa que el ingreso mensual promedio de cada chileno es de 674 mil pesos y de una familia de cuatro personas es de 2,7 millones al mes.
Sin embargo, es evidente que este promedio es tan diferente de la realidad, que sólo refleja que algunas personas tienen un nivel de renta tan alto, que elevan el ingreso del resto a ese cociente.
Con un ingreso familiar de 2,7 millones, todas las familias del país habitarían viviendas de más de UF 2.500, pagarían sin problemas colegios privados, tendrían un buen plan en Isapres, contarían con automóvil y un buen equipamiento en el hogar; además muchas familias serían propietarias de una segunda vivienda para recreación.
La realidad de la mayoría es diferente.
Según las cifras de CASEN 2009 ajustadas a hoy, sí se divide el total de los hogares del país en cinco grupos iguales, de menor a mayor nivel de renta, se obtiene que el primer grupo (el más pobre) obtiene un ingreso de $135.000, es decir sólo el 5% de la cifra entregada por el FMI.
El segundo grupo, cuenta con un ingreso de $341.000 (la mayoría de los programas sociales benefician hasta éste grupo de familias).
En el tercer grupo el ingreso obtenido es de $545.530; en el cuarto es de $911.360 y en el último grupo, sus ingresos van desde un mínimo de $1.225.000 a más de 60 millones, y por supuesto, dentro de este grupo está el 5% de las familias chilenas con rentas similares o superiores al ingreso per cápita señalado por el FMI.
Este 5% de la población –integrado por las personas que toman las decisiones- es el que durante todos estos años ha alabado los avances macroeconómicos, emocionándose y sintiendo afinidad con ellos. Para el restante 95% escuchar por ejemplo, que el ingreso per cápita es de US$ 16.172, es sólo un ruido de los noticiarios.
En definitiva, mientras un 5% de la población aplaude las cifras macroeconómicas, el 95% de los chilenos se ha estado sumando a las protestas en las calles.