En materia de las poblaciones más pobres y excluidas podemos decir que partimos el año con avances importantes necesarios de reconocer, con el fin de resguardar lo caminado y seguir creciendo en justicia e inclusión para nuestro país.
El 2013 fue un año en el que se trabajó la resolución de un conjunto de demandas sociales que se vienen gestando hace más de una década, como gritos de auxilio para mejorar las condiciones de vida de millones dechilenos que viven situación de pobreza y exclusión.
Por primera vez en Chile ha comenzado a funcionar un sistema de subsidios con tres modalidades de atención para Adultos Mayores que pertenecen al 20% más pobre, positivando un mejor envejecimiento de nuestra población, sobre todo en aquellos casos de más vulnerabilidad.
Aunque este sistema aún es muy insuficiente en cobertura y montos, sin duda significa un importante avance por parte del Estado en esta materia.No hay que olvidar que son más de 220 mil los adultos mayores que viven bajo la línea de pobreza.
Junto con el anuncio de obligatoriedad de pre kínder y kínder se logró un importante incremento en las transferencias estatales para niños y niñas de jardines y salas cunas en el país, mejorando la educación de calidad de más de 270 mil preescolares pertenecientes al 20% más pobre de la población.
Asimismo, el Estado se ha involucrado fuertemente en la búsqueda de soluciones para quienes viven en calle a través de la creación de una serie de dispositivos de apoyo en beneficio de la inclusión de más de 12 mil personas que diariamente viven la más dura cara de la pobreza, por medio de diferentes y complejos escenarios, como el vivir en la calle, tener discapacidad mental o consumo problemático de alcohol y/o drogas.El anuncio de la 1ª Política Nacional de Calle es también una buena noticia.
Si bien los ejemplos son claros y los avances existen, nuestra experiencia como Hogar de Cristo -trabajando por la inclusión de los más pobres- nos indica que la tarea aún no es suficiente. Chile debe seguir trabajando en pos de asegurar los derechos de los miles de chilenos que aún viven en condiciones de injusticia.
Una muestra de ello, es que a pesar de lo mucho que se ha hablado de la Educación y sus deficiencias, no nos hemos detenido a discutir acerca del segmento de niños y adolescentes que están fuera del Sistema educacional o a punto de abandonarlo.
Hoy en Chile existen casi 30 mil niños, niñas y/o adolescentes pobres que han desertado de las escuelas (más bien las escuelas han desertado de ellos).La Reinserción Educativa debería ser un tema prioritario en nuestra agenda pública de educación.
Asimismo, es necesario avanzar más rápido en el reconocimiento de la infancia como un grupo de nuestra población que el Estado debe proteger con mayor convicción, sobre todo en aquellos casos donde la pobreza y la vulnerabilidad han provocado serios daños.
Una Ley de Protección Universal de Derechos de la Infancia ya no debería esperar más.
Otro de los grupos que no pueden seguir estando en la trastienda de nuestras políticas públicas son las personas con Discapacidad Mental. Día a día invisibilizamos sus problemáticas como sociedad obviando la dura realidad de exclusión a la que tanto ellos como sus familias se ven expuestos.
Si nos detenemos en algunos de los ejemplos anteriores, y a esto le sumamos que desde hace unas semanas se cuenta con una propuesta concreta respecto a cómo entender y medir la pobreza en el país de manera más comprensiva e integral, el 2014 es un año de grandes expectativas sobre lo que se viene y también de importantes desafíos en materia de políticas públicas.
Sin embargo, que como país seamos capaces de llevar a cabo estos desafíos, no sólo es tarea del Estado y de las políticas públicas, también es responsabilidad de cada uno de quienes formamos parte de esta sociedad.
La preocupación por el otro, por esa realidad que a veces no me toca, es un piso que también requerimos para ser una sociedad no sólo más desarrollada, sino también más humana. Todos tenemos entonces un 2014 lleno de desafíos.