Recorriendo comunas del Gran Santiago y del resto del país, he podido constatar la gran cantidad de multicanchas abandonadas o sin uso en barrios con numerosa población.
El argumento más usado para explicar el abandono de dichas instalaciones es la falta de interés de los jóvenes. Sin embargo, una vez establecido el diálogo con los habitantes de la zona empiezan a debilitarse los argumentos que aparentemente justifican el abandono o desuso.
Ocurre que en muchos barrios, la mayoría de los vecinos son adultos mayores o hay matrimonios jóvenes con niños en edad pre escolar o básica y como la infraestructura sigue siendo la estándar de dos arcos de baby fútbol y dos tableros de baloncesto parece lógico que no haya usuarios. En otras, la actividad merece ser entretenida, novedosa y bien organizada para que sea atractiva para el público joven.
Entonces queda en evidencia que es la característica y calidad de la infraestructura y oferta deportiva una barrera mayor que el mero interés.
La solución es adecuar la oferta deportiva-recreativa a los intereses de las personas. Para ello, el método más eficiente es destinar un gestor que se haga responsable de un plan deportivo y recreativo que haga posible el uso efectivo de la infraestructura.
Para el buen cometido de su labor, el gestor estará obligado a conocer quienes viven en el barrio, sus necesidades y preferencias. Ello garantizará que en dicho espacio físico se realicen actividades de interés para el grupo humano residente en el barrio y con ello empezará a gestarse un movimiento social en torno la multicancha con muchas externalidades positivas.
Para facilitar el trabajo de dicho gestor de la infraestructura, las multicanchas podrían estar insertas en una corporación de derecho susceptible de recibir donaciones por ley y con ello apoyar el financiamiento de las actividades que el gestor planifique, incluidas obras de mejoramiento.
La gestión la pueden hacer personas naturales o jurídicas, debidamente capacitadas, supervisadas por el Instituto Nacional del Deporte y con garantías del uso eficiente de los recursos y de la idoneidad del contenido de la oferta deportiva que se imparte.
Nos imaginamos un profesional con conocimientos deportivos y de gestión involucrado en dar un uso continuo a la infraestructura que se le ha delegado, no solo porque es su trabajo sino porque detrás de su capacidad de dinamizar la vida social y comunitaria va a generar una oportunidad concreta de desarrollo humano.
Alcaldes, autoridades vecinales y deportivas debieran incluir entre sus objetivos prioritarios y permanentes el transformar a la multicancha en un centro de encuentro de personas cada vez más recluidas en sus domicilios por temor, carencias o soledad.
Estoy convencido que vecinos y profesionales del deporte y la recreación, aprovecharían la oportunidad de ofrecer mejor calidad de vida en un país que, por las características de nuestras viviendas sociales, millones de compatriotas sólo tienen como patio la multicancha de su barrio.