23 ene 2013

El porvenir de una ilusión

Enrique Murillo, uno de los más importantes editores y traductores españoles -ha trabajado para Anagrama, Plaza & Janés y Alfaguara, creó el suplemento “Babelia”, de “El País” – acaba de publicar un artículo para EL TIEMPO, de Bogotá.

Bajo el encabezamiento “De ediciones que pasaban del millón de ejemplares se ha llegado a los 1200”, analiza la gravísima crisis por la que pasa el libro en su nación y la liga directamente con el lamentable momento económico que ahí se vive.

En síntesis, Murillo expresa que el primer problema de la edición ha sido la burbuja, similar a lo que ha sucedido con la construcción.

El segundo, derivado del anterior, ha consistido en la transformación del libro en un producto de consumo de las masas, lo que no solo ocurre con los superventas y los textos de autoayuda, sino también con los clásicos y los grandes ensayos.

Y el tercero es lo que Vargas Llosa llama la “civilización del espectáculo”, a saber, “la cultura, en el sentido que tradicionalmente ha tenido este vocablo, está en nuestros días a punto de desaparecer”. En otras palabras, los libros han dejado de ser el instrumento esencial para pensar críticamente el mundo y se han convertido en una herramienta óptima para conseguir de la gente una ciega aceptación de la vida tal como está establecida.

En cuanto a la burbuja editorial y sus consecuencias, Murillo es clarísimo: si en los años 90, los títulos que se vendían en lengua española alcanzaban la inusitada cifra de 300 mil a 500 mil ejemplares, poco después ese guarismo se duplicó, triplicó y hasta cuadruplicó.

Así, las novelas de Stieg Larsson, Dan Brown, Ruiz Zafón y los textos tales como “Quién sabe dónde está mi queso” u “Orgasmo seguro” superaban, con creces, varios millones de tomos impresos.

Muy pronto quedó en evidencia que el mundo literario se convirtió en una industria de consumo. Los libros se compraban de forma masiva en los malls y los supermercados, al lado de las pechugas de pollo o los detergentes.Durante esos años, se desencadenó una batalla feroz por parte de las empresas transnacionales, que liquidaron a las casas editoras independientes.

En adelante, solo valían las listas de libros más vendidos de la semana. Los autores se convirtieron en “marcas” y el baile multimillonario llegó a Latinoamérica, donde los grupos españoles aniquilaron a nuestras editoriales.

Además, se disparó la transformación del escritor en “entertainer”, un sujeto cuya aparición en los medios era indispensable para que los intelectuales opinaran sobre cualquier cosa con tal de aumentar las ganancias, aunque fuera solo a base de puro exhibicionismo.

Ahora las condiciones han cambiado de manera dramática en España. Con 5 millones de cesantes, la gente no está para lujos como abordar la literatura. La caída en las ventas va en picada y, hoy por hoy, una tirada de 1200 ejemplares cubre sobradamente la manufactura de un vasto porcentaje de los libros impresos, incluso los bestsellers.

En cuanto al ebook, es inexistente, pues apenas alcanza el 1% de la facturación total. Frente a este desolador panorama, Murillo reflexiona sobre la función social que habían tenido los editores: publicar obras que en lugar de dejar al mundo tal como estaba, lo miraban de otra manera, lo transformaban, recordando a quienes leían que había nuevas visiones críticas de encarar la sociedad.

Si esto ocurre en la Madre Patria, que tiene 50 millones de habitantes, o sea, un mercado enorme, y sigue siendo, pese a los aprietos que sufre, uno de los países más poderosos en Europa, ¿cómo andamos por casa? Por lo menos allá tienen conciencia de su situación y la voz de Murillo es una entre muchas otras que, a diario, se alzan para discutir y también para proponer soluciones frente a la avalancha que se les ha venido encima.

Desde luego, hacer paralelos siempre es complejo y puede dar como resultado confusiones; aún así, muchas cosas tenemos en común con ellos, salvo, claro está, la capacidad de fiscalizar, que aquí se ha esfumado por completo y allá parece haberse desbocado.

De partida, entre nosotros nadie podría escribir algo semejante al texto de Murillo, entregado en forma muy resumida, por la simple razón de que el tema que trata no nos interesa absolutamente nada.

¿A alguna persona le quita el sueño pensar que en Chile prácticamente se ha dejado de leer?

¿Tiene relevancia el hecho de que, a pesar de los positivos índices macroeconómicos que exhibimos, la lectura ha pasado a ser un pasatiempo de coleccionistas?

¿Qué más da que se lea o no se lea?

Da exactamente lo mismo, porque eso es lo que subyace en el ámbito nacional y es lo que se dice, se escribe o se manifiesta de múltiples formas, tanto en el discurso público, como en la esfera privada.

La literatura chilena se precipita de modo vertiginoso al nivel de un escondrijo y salvo para unos pocos prosistas, que se creen el cuento porque les va mínimamente bien –aunque son escasísimas las circunstancias en que esto acontece-, el futuro que se divisa es, por decirlo con suavidad, muy inestable. En cuanto a la producción literaria del resto del mundo, es mejor ni hablar, ya que hace tiempo que dejamos de sentir atracción por ella.

Nadie recuerda las terroríficas encuestas realizadas por el INE a comienzos de los 90, cuando se reveló que en una abrumadora mayoría de los hogares chilenos no se había visto ni un libro en los pasados 20 años. Ese y otros organismos han continuado estudiando el fenómeno, con balances contradictorios y, por lo general, menos alarmantes.

Y siempre se pregunta a las mismas personas; todas, sin excepción, son representantes del gobierno anterior o del actual. Naturalmente, responden con entusiasmo, simpatía, verbosidad, explayándose en las maravillas de nuestras bibliotecas, en el éxito de las respectivas políticas estatales, en la creciente difusión del material escrito y en otras charadas por el estilo.

¿Es remotamente posible que una persona que sirve a intereses determinados pueda contestar con seriedad cuando esos intereses se ven afectados? ¿Es siquiera probable que un funcionario que trabaja o trabajó para instituciones oficiales reconozca aspectos negativos en cuanto a la labor realizada? Jamás de los jamases, por lo menos aquí, donde todo es, si no soberbio, muy promisorio.

Sin embargo, en España, un país muchísimo más culto que Chile, y, por cierto, mucho más desarrollado que nosotros, hay bastantes hombres y mujeres que, lisa y llanamente, dicen la verdad: estamos viviendo una catástrofe y al paso que vamos, las librerías se demolerán. O sea, tienen plena conciencia del peligro que enfrentan. La crónica de Murillo es apenas un ejemplo de elemental lucidez y cada día aparecen reportajes semejantes.

Tal vez ellos han aprendido lo que nosotros definitivamente parecemos haber olvidado. En esta larga y angosta faja de tierra siguen reinando el jolgorio, el optimismo bobalicón, la mala fe del ignorante.

Por lo tanto, si en un tiempo más el libro y la lectura se desvanecen, no tendremos derecho a quejarnos. Y si nuestros padres o abuelos pensaron que podríamos llegar a ser un país culto, eso ha pasado a ser el porvenir de una ilusión.

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  • Pabnlo Vildósola

    Notable, una vez más, y otra vez más, felicitaciones a Camilo y Cooperativa.cl. Una lástima que este intelectual de veras no escriba más seguido, porque uno aprende, se indigna y se conmueve con él. Repito: felicitaciones.

  • Walter Rogers

    Extraordinaria columna, pocas veces se aprende tanto en tan poco espacio, así que repito lo que dicen los argentinos: Camilo, no te mueras nunca. Gracias por tus palabras.

  • Leslie Nilsson

    Es que todo lo que se dice aquí es la pura y santa verdad, sin embargo, he leído entrevistas a ex directorasd, directoras, directores, gerentes, jefes, supervisores de bibliotecas y todos, todos sin excepción no paran de hablar del milagro cultural chileno, en circunstancias que nadie lee, nadie compra libros, nadie, absolutamente nadie tiene el más mínimo interés en la cultura y la literatura. Pobre país con linda esquina vista al mar, felicitaciones a Camilo Marks y cooperativa.cl

  • Arturo Fonseca Ilabaca

    ASÍ ME GUSTAN NUESTROS INTELECTUALES, SIN RODEOS NI MEDIAS TINTAS, JUGADOS, ENTREGADOS, COMPLETAMENTE COMPROMETIDOS CON LO QUE DICEN Y CON LA VERDAD, GRACIAS A CAMILO, UNO DE LOS POCOS QUE VAN QUEDANDO, COOPERATIVA.CL SE HA CONVERTIDO EN UN AUTÉNTICO ESPACIO DE LIBERTAD Y VERDADERA CIRCULACIÓN DE LAS IDEAS, UN REAL ESPACIO DE DISCUSIÓN Y DIFUSIÓN DEL PENSAMIENTO LIBRE, GRACIAS POR ESTA EXCELENTE COLUMNA

  • Liliana Verdugo

    Muy buena columna, clara, amena, notablemente bien informada, un poco desoladora, pero por desgracia todo es cierto. ¿Qué se puede hacer frente a este desastre? Tal vez esperar, como el árabe sentado fuera de su tienda aguardando al enemigo que nunca llega, pero tarde o temprano dará la cara y entonces, tal vez entonces algo podremos cambiar. Felicitaciones a Camilo Marks y cooperativa.cl

  • Arrigo Boito Scuderi

    Muy tremendista, muy apocalíptica, pero es lo que necesitamos para sacudirnos de la modorra de autocomplacencia y estupidez en la que vivimos sumidos, congratulaciones a Camilo ya cooperativa.cl Espero que siga escribiendo porque es un estímulo real al pensamiento libre, crítico y desprejuiciado.

  • Tina Olssen

    Muy, pero muy, muy bunhea, menos mal que Camilo volvió a aparecer seguido después de un largo período durmiente o cataléptico, su voz es necesaria, indispensable y es una de las pocas que nos hace pensar con profundidad, vayan mis felciitaciones a él y a cooperativa.cl que ha vuelto a ser la radio de todos los chilenos

  • Lisa Della Casa

    Impactante, sobrecogedora, alarmante, inquietante, pero todo es absolutamente cierto, nada es exagerado, porque se tiende apensar que Camilo Marks exagera y carga las tintas cuando solo se limita a decir la verdad en forma accesible para todos y sin compromisos con los poderes establecidos. ¿Es posible este milagro? Parece que sí, gracias a él y a cooperativa.cl

  • Eusebio Valenzuela Olmos

    La he leído varias veces y no me canso, porque la informaciónque entrega es irrefutable, verdadera y totalmente acertada. El problema es que creo que quienes deberían leer estos artículos están tan hundidos en la compalcencia que ni siquiera se deben enterar de que existen. Pero bueno, así ha sido siempre y tarde o temprano sus fraudes quedarán al descubierto.

  • Nicolás Lyinch

    ¿Es remotamente posible que una persona que sirve a intereses determinados pueda contestar con seriedad cuando esos intereses se ven afectados? Jamás de los jamases, por supuesto, pero a los reporteruchos, periodistuchos y editorcitos solo les interesa entrevistarlos a ellos para quedar bien con Dios y con el diablo. Así todos quedamos felices y seguimos creyéndonos el cuento del tío sobre los libros, la lectura, las bibliotecas, las encuestas, los índices y toda esa parafernalia estúpida e infernal en que se ha convertido nuestra cultura. Patético y risible, pero así es. Congratulaciones a Marks y a cooperativa.cl

  • Ekaterina Smerdiakov

    Impactante y sobrecogedora, no tengo palabras para describir la impresión que me ha producido esta terrible y tan bien documentada columna. El problema de todos, o casi todos nuestros columnistas, es que escriben mal, perciben mal, insisten en publicar sus artículos recargados y he aquí a alguien que domina la literatura, el derecho y la cultura y sabe expresarse con sencillez. Una gracia, por lo que les doy las gracias.

  • IngridLaraLeon

    Que titulo tan bien puesto a esta columna: el porvenir de una ilusion; la ilusion de que se lea mas, se compren mas libros, aparezcan mas editoriales, se editen miles de ejemplares, como en los años 70,es una ilusion sin la mayor probabilidad de que realice, en Chile, por lo menos, el nivel de lectura, esta llegando a cero, junto al nivel cultural del pais. En Chile la vida se ha traducido en bastante farandula, que hacen o no hacen las divas de la tv, programas de tv, lo mas malo posible, programas de cultura como la Hora 25, se suprimen, demasiada cultura hace mal. La cultura que impera en Chile, es la del mal gusto, la vulgaridad, el consumismo, el ciudadano medio tiene terror de leer un libro, Hay que huir de todo lo que huela a cultura.

  • Beltrán Armendáriz Cortés

    Excelente columan, como todas las de Camilo, valiente, aplomnada, bien escrita, un poco aterradora y apocalíptica, pero ese es su estiloo y gracias a él puede decir las cosas que dice, porque si fuera un paniaguado o un tibio, no podría exponer las cosas como lo hace, felicitaciones a él y a cooperativa.cl

  • Jacques Rochereau

    Pero por supuesto que todos los funcionarios oficiales, los de la Concertación y los de la Alianza, van a decir solo maravillas de las cosas que en materia cultural han hecho sus gobiernos, si hacen lo contrario los echan con viento fresco, pierden la pega y quedan cesantes y aunque digan que el índice de desempleo es bajo, no me lo creo para nada cuando sigo viendo todos los días a miles de mendigos, cantantes callejeros, acróbatas y toda clase de gente que vive apenas con lo puesto.

  • Marcelo Moreto

    Muy buena, muy deprimente, muy descorazonadora, pero también informada, veraz, seria y divertida a la vez, un lujo de intelectual, lo felicito de todo corazón a él y a Cooperativa.cl

  • David Ehrlich

    ¿Qué más da que se lea o no se lea? No creo que de lo mismo, todo lo contrario, a las autoridades, a los gobiernos, a la gente que tiene cualquier tipo de poder, les conviene mucho y a veces les es hasta esencial que la gente no lea. Así no piensa, no criitca, no puede hablar sobre lo que hacen ni someter a juicio nada de lo que hacen, de modo que los mismos de siempre se perpetúan en sus pegas muy bien remuneradas y pretenden fomentar el pensamiento crítico. ¡Una vergüenza!

  • Carla Allegri de la Fuente

    Valiente, irreverente, inquietante, iconoclasta, he aquí a uno de los pocos escritores y críticos chilenos que no se casa con nadie y es capaz de desenmascarar la grosera mentira en que vivimos envueltos todos los días.

  • Karl Bishoffhausen

    Pero claro que nadie entre nosotros es capaz de escribir un artículo como el de Enrique Murillo, por la sencilla razón de que, o no se lo publican, o carece de interés o lo censuran y mutilan hasta dejarlo irreconocible. Porque digan lo que digan, en el duopolio de los medios escritos, en la televisión y en la radio, sí que hay censura y mucha censura. Salvo, claro, para los seudo intelectuales de siempre, los apitutados, los acomodados y los acomodaticios.

  • Adriana Salvatierra

    Coincido plenamente con lo que dice Ingrid Lara León a propósito del título, El porvenir de una ilusión. Porque ya hemos perdido totalmente el sentido de futuro, el sentido de porvenir, la idea de proyecto, las metas programáticas y todo se reduce en el lema: a consumir, a consumir, que el mundo se va a venir abajo.

  • Giorgio Della Maggiora

    Estoy hace rato tratando de imprimir este notable artículo, porque, y no exagero, quiero enmarcarlo al menos por un tiempo corto para colgarlo en la puerta de entrada de mi casa y obligar a toda la gente, emepezando por mi familia y los que me visitan, a leerlo enseguida. Y claro, ya hemandado el link a cuantas personas conozco, felicitaciones a Camilo y cooperativa.cl

  • Conrado Cienfuegos

    Exscelente, como siempre, un verdadero oasis en el océano de lata, aburrimiento, mediocridad, tontería y farándula, además del hastío de la clase política en los que vivimos sumergidos.

  • Amilamia Zamora

    Claro que en España tienen conciencia de sus problemas, especialmente de la gravísima crisis del libro derivada de la situación económica, porque en España hay intelectuales de peso, hay mucha gente que escribe bien y hay posibilidades de leer, al menos, una docena, si no una veintena de diarios de calidad. Y no hablemos de libros, librerías y editoriales, así que, repitiendo la pregunta de Camilo, ¿cómo andamos por casa? Lo felicito cordialmente a él y a cooperativa.cl

  • Kiryan Prandash

    Notable columna de una de las pocas personas que, como alguien ya lo dijo, no se casa con Dios ni con el diablo, porque mantiene una férrea independencia de jucio, escribe con fundamento, es sólido, y es uno de los pocos, poquísimos columnistas a quienes da gusto leer por muchas, muchísimas razones. Felicitaciones de nuevo a Camilo y cooperativa.cl

  • Lastenia Órdenes

    No estoy de acuerdo al 100% con esta columna, porque hay muchas afirmaciones de ella que me parecen discutibles: creo que hay países donde se lee muchísimos menos que en Chile y sin ir a casos extremos como Hatí o las naciones africanas, miremos a nuestros vecinos cercanos y comprobemos la realidad de lo que ahí son el libro y la lectura. Sin embargo, estoy de acuerdo en la parte en que dice, con toda la razón del mundo, que los periodistas, para variar, sean del medio que sean, siempre entrevistan a las persanas interesadas, a las personas que dependen del gobierno, a las personas que tienen mucho que perder si es que se atreven a decir algo mínimamente crítico con respecto a las políticas culturales. Y eso sí que es una vergüenza, porque entonces son siempre los mismos los que terminan hablándolo todo y sabiéndoselo todo.

  • Dobra Martinic

    Pero por supuesto que los escritores y los escribidores chilenos o muchos de ellos, se creen el cuento de que les va bien, de que escriben bien, de que tienen talento, de que son, como se solía decir, el hoyo del queque. Pero resulta que nadie los lee o cada vez se lee menos a los escritores chilenos y por algo será.

  • Minerva Astudillo

    Los escritores chilenos viven felices porque habitan un planeta que no es la Tierra, que no está situado en el sistema solar, que no pertenece a la Vía Láctea, que está lejos, lejísimos de todos los sistemas y mediciones astronómicos conocidos, que se halla a miles de millones de años luz de distancia, que en verdad no forma parte del universo, del cosmos, de los quásars o de lo que sea. Es un lugar único, inaccesible, más que infinito, desconocido, más allá de todo lo cognoscible, algo que ni la imaginación ni la ciencia humana podrían jamás concebir. Son mucho más que extraterrestres, mucho más que alienígenas, mucho más que ovnis, ufos y estrellas fugaces. Y así les va y así les va a ir: pasarán por alguna parte sin que ni ellos mismos sepan que alguna vez existieron. No serán olvidados, porque uno olvida lo que alguna vez conoció, tampoco serán recordados, porque se recuerda lo que alguna vez vivió. Son inexistentes, impalpables, inconmensurablemente mínimos, menos que átomos y moléculas, menos que protones y electrones, menos que lo menos de lo menos. Me refiero, por supuesto, a los autores y autoras de ahora, a los que pertenecen a la civilización del espectáculo, que tan bien describe Vasrgas Llosa al decir que la cultura humana como la conocemos está desapareciendo. Ellos y ellas forman parte de eso, así que salieron un día en un diario, aparecieron un segundo en la televisión, se les mencionó un instante en una radio y sanseacabó. Decir que la literatura chilena está en un escondrijo, como lo dice Camilo Marks, es una hipérbole mayúscula, porque nunca, en los pasados veinte años, han salido siquiera de la nada, ya que son la nada misma.

  • Enzo Cinquetti

    Excelente columna, informada, veraz, perturbadora, muy inquietante y casi siempre francamente demoledora. Pero, como se dice hoy, es lo que hay y mejor es saberlo a hacerse el leso, mejor es constatar hacia dónde vamos que creerse el cuento del tío y presumir de cultos, letrados, lectores, cuando somos un hato de analfabetos. Felicitaciones a Camilo y cooperativa.cl

  • Trinidad Valcarce

    Lo que se lee en Chile, que que es la nada misma, es lo mismo que esos títulos tan divertidos que salen en la columna sobre el queso perdido o el orgasmo garantizado, o sea, la negación misma de la inteligencia, aromaterapia, reiki, yoga, budismo zen en media hora, consejos sexuales, etc. Lo peor es que esto viene pirmero desde Estados Unidos, desde donde nos imponen todo y luego España se plegó frenéticamente a la mercadotecnia, con los resultados que ya se conocen. Pero esos países, así como otros con una tradición significativa, poseen reservas culturales, espirituales, morales, un patrimonio intangible que les permite seguir siendo cultos, que acepta y hasta fomenta el pensamiento crítico, que tolera la disidencia. Nosotros, en cambio, a causa de la dictadura y luego a causa de la complacencia destructiva y la absoluta falta de políticas culturales efectivas y reales -ya se ha visto lo que han hecho los goibernos- hemos terminado en lo que somos, un país de analfabetos, reales o funcionales y un país donde la creatividad y el pensamineto prácticamente están proscritos.

  • Antonio Mendoza

    Muy buena columna, para variar Camilo se pasó, lo felicito cordialmente a él y a cooperativa.cl

  • Virna Antonelli

    Me gustaría leer completo el artículo de Enrique Murillo y lo voy a buscar en la internet, pero el resumen que hace Camilo Marks parece que destaca los puntos fundamentales o así me lo pareció, porque, tal como él lo glosa, la verdad es que da a conocer una realidad increíble y aterradora, que viene de un país que, hasta hace un par de años, era poco menos que el orgullo de la Unión Europea. Extrapolar eso a la situación chilena puede ser riesgoso y complicado, tal como se señala, pero es un buen ejercicio para ver hasta qué punto hemos llegado en el camino a la perdición total de la cultura, del libro y de la lectura.

  • Ismael Cohen

    Muy buena, coherente, lúcida, completa, completísima, sin irse por las ramas y devastadora, porque te deja pensando cosas que intuías pero no podías ver con la claridad que aquí se expresa, por lo que agrego mis felicitaciones a Camilo y a cooperativa.cl

  • Reinaldo Fombona

    Muy buena columna, solo quiero agregar que los artículos de Camilo Marks son una especie de catarsis, algo que nos hace bien y a la vez mal, algo que nos sacude, por suerte, cuando ya nada es capaz de sacudir las conciencias de nadie, por eso, felicitaciones a él y a cooperativa.cl

  • Carmen Iturriaga

    Llegué a esta columna gracias al coreeo de las brujas, solo porque alguien me lo contó y la vi en algunas de esas monstruosidades de ahora que se llaman facebook, el exhibicionismo puro y duro, peor que los escritores que se someten gozosos a la cultura del espectáculo tan denostada por Vargas Llosa. No quise leerla en ese formato tonto y busqué este espacio que no conocía, por lo que felicito, una vez más, a Camilo y Cooperativa.cl

  • Sara Pareja Villa

    Por lo menos en España existió la burbuja editorial, que se manifestó en la venta de millones de millones de ejemplares al público lector, desde los manuales de autoayuda hasta los textos pornográficos, pasando por muchas obras de real calidad literaria. Personalmente, no soy de las que creen que hay libros que es mejor no leer, porque todos los libros sirven, cualquier libro te puede conducir a otro y convertir así la lectura en un camino interminable hacia la superación personal. Y así como un tomo de recetas de cocina nos puede llevar a Isabel Allende y ella a García Márquez y este último a William Faulkner, la pornografía o las confesiones de famosos nos pueden dirigir hacia textos de real valor donde se exploran las relaciones humanas, la sexualidad, el amor, la pasión y todo lo que es humano, demasiado humano. Y nada es mejor que leer por leer, leer por el placer de leer. Por desgracia y para nuestra condenación, esa actividad está al borde de la extinción en Chile, en parte por la horrenda calidad de la educación, donde virtualmente ha desaparecido el ramo de Castellano, en parte porque no existe una real política pública de fomento de la lectura y el libro ya es un objeto de escarnio, de desprestigio, de burla. Una tristísima realidad en un país que ha tenido a los mejores entre los mejores poetas en español del siglo pasado y donde hace apenas una generación era impensable que una persona educada no leyera. Brillante artículo de Camilo Marks, por lo que lo felicito calurosamente y hago extensivas mis felicitaciones a Cooperativa.cl

  • Nicolás Cruz Montt

    Por supuesto que todas las personas que entrevistan a propósito del libro y la lectura pertenecen a la Dibam, al Ministerio de Educación, al Fondo del Libro, a instituciones pública y a veces instituciones privadas que tienen intereses creados como para decir siempre que cada vez estamos mejor en cuanto a la cultura, el libro y la lectura se refiere. ¿Por qué nunca entrevistan a profesores de colegios donde pagan pésimo y deben lidiar con cursos de 50 alumnos o más, a esos alumnos, a dueñas de casa, a pobladores, a estudiantes comunes y corrientes de universidades comunes y corrientes? Creo conocer la respuesta o parte de la respuesta: los medios, y en especial los diarios, están muy interesados, casi obsesionados por mantener el statu quo, viven aterrados de la crítica y el disenso, huyen despavoridos de cualq

  • Nicolás Cruz Montt

    huyen despavoridos de cualquier análisis que sea contradictorio con sus intereses. En suma, quieren mantenernos anestesiados, embrutecidos, entontecidos y a juzgar por la realidad y por lo que se dice en esta columna, en la que coincido en gran medida, lo han conseguido en plenitud.

  • Paula Vera Gutiérrez

    Siguen reinando el jolgorio, el optimismo bobalicón, la mala fe del ignorante: ¡cuánta verdad hay en estas pocas palabras! Si eso es lo único en que nos han convertido o quieren convertirnos: en borregos, necios, entes incapaces de pensar, seres atuomatizados con aparatitos que inventan todos los días, gente que lleva una existencia robótica y sin sentido. A eso nos lleva la nueva tecnología, que arrasará con el libro y la lectura si es que no nos detenemos a tiempo para pensar profundamente en lo que está pasando.

  • Giovanna Ralli

    ¿Quién tiene la culpa de que leamos o de que casi todo el mundo lea basuras, los bestsellers de Stephenie Meyer, los de Dan Brown, las idioteces de autoayuda, los horóscopos chinos y esa montaña de basura desechable? Yo creo, modestamente, que gran parte de la culpa la tienen los diarios y esa nefasta práctica que han implantado de publicar los libros más vendidos cada semana, porque manipulan a la gente, invaden sus conciencias, la hacen seguir a autores y títulos desechables y en la práctica obligan a comprar y leer solo lo que se ve en las vitrinas de las librerías que son, precisamente, esas porquerías. Los mismos diarios que hacen genuflexiones de arrepentimiento y se golpean el pecho ante la catástrofe cultural, es decir, tienen a unos pocos articulistas que lo hacen, en el fondo promueven la basura, porque sus dueños o editores están interesados en que la gente no piense, en que la gente se entontezca y caiga en la más profunda ignorancia. Creo que también parte de la culpa reside en las unviersidades, antaño centros del pensamiento crítico y ahora centros del conformismo, sobre todo esos planteles que precisamente se las dan de garantes del pensamiento crítico. Ahí es peor, porque desde los funcionarios de aseo y las secretarias, hasta los profesores, viven aterrados de perder la pega, y claro, la pierden en el acto si se les ocurre plantear cuestionamientos inconvenientes. Conozco muy en profundiad a una, que por supuesto no puedo ni debo nombrar, donde basta que cualquier profesor destaque de verdad por su originalidad, su talento o su apertura de mente, para que sea enseguida tildado de peligroso y le den a corto plazo el sobre azul. Es patético, patético y sin solución, porque a eso nos han llevado primero la dictadura y después su consolidación en manos de la famosa transición a la democracia, que solo ha perfeccionado la uniformidad y el discurso bobalicón. Muy buena columna, felicitaciones a Camilo y cooperativa cl porque por lo menos me ha servido para darme cuenta que no estoy completamente sola cuando pienso con libertad.

  • Joaquín Villanueva

    Excelente columna. No puedo opinar sobre la realidad del libro y la lectura en España, porque no la conozco y esto es lo primero que leo relacionado con ese tema, pero sí creo poder opinar sobre lo que pasa en Chile a simple vista: nadie lee, a nadie le interesa y si alguien se atreve a decirlo, le cae encima una lluvia de improperios por parte de los poderes establecidos. Felicito a Marks y cooperativa cl

  • Pastora Sigüenza

    ¿A alguna personal e quita el sueño pensar que en Chile prácticamente se ha dejado de leer? A nadie o casi nadie, porque es evidente que a Camilo sí que se lo quita y me alegro por él y por los quel o seguimos en este notable espacio de Cooperativa.cl

  • Mónica Maureira

    Si en España se vendían por millones libros como Quién sabe dónde está mi queso u Orgamos seguro, aquí, con un mercado ínfimo en comparación, leemos miles de miles de bodrios sobre confesiones sexuales de famosos, astrología, necromancia, reiki y recetas de cocina. Así que en algo nos parecemos, con la diferencia abismal de que por lo menos allá tienen personas que se dan cuenta de la debacle y aquí nadie parece siquiera pensarlo por casualidad.

  • Pedro Gonzalo Muñoz

    Notable, brillante, sin que quepa discutir nada, pero también deprimente y devastador, porque si seguimos así, vamos a terminar irremediablemente convertidos en una sociedad sin historia, sin cultura, sin memoria, sin nada que valga la pena. Felicitaciones a Camilo y cooperativa.cl

  • Manfred Jungwirth

    En verdad, la realidad del libro y la lectura en Chile es tan lamentable que si uno se pone a pensar seriamente en ella, dan ganas de tomar el primer vuelo con destino desconocido -ojalá que fuera a un país más o menos culto como Canadá. Suecia o Alemania- para olvidarse por un tiempo de la calamidad en que vivimos inmersos. Pero como eso es puro escapismo, quiero agregar que soy un firme convencido de que esta crisis, quizá terminal, por la que pasamos, es en gran medida, si no totalmente, responsabilidad de las autoridades, pasadas y presentes y de los medios de comunicación de masas. A ellos les conviene que nadie lea, les conviene que nadie piense, les conviene que estemos todos sumidos en la apatía consumista y la abulia de la ciudadanía crediticia. A ellos les conviene sumergirnos en la ignorancia y la estulticia, a ellos les viene muy bien nuestra absoluta y total carencia de pensamiento crítico y nuestra total falta de expectativas culturales. De lo contrario, algo habrían hecho y como a medida quepasa el tiempo está claro que no solo no van a hacer nada, sino que van a profundizar nuestra ignorancia, cae de su propio peso que no nos sacarán de la crisis, porque solo los ciudadanos podemos salir de ella, mediante la toma de conciencia de lo que pasa. Y este brillante artículo de Camilo Marks es un primer paso, por lo que lo congratulo y hago lo mismo con cooperativa.cl

  • Albertina Rivadeneira

    Nada que agregar a lo dicho antes, salvo sumarme a las felicitaciones a Camilo y a Cooperativa por este refrescante y notable espacio de libertad.

  • Paola Francescatti

    Eso de que en España los ebooks apenas alcanzan el 1% de la facturación total, aunque parezca reaccionario decirlo, me llena de cierto optimismo, limitado, pero optimismo al fin y al cabo. Quiere decir que la gente sigue prefiriendo el papel, las tapas duras o blandas, las letras impresas y no la estupidización y embotamiento de la pantalla.

  • Arnold Steinberger

    El jolgorio, el optimismo bobalicón, la mala fe del ignorante: la pura y la santa verdad, eso es lo que somos y en eso nos hemos convertido, en un país autosatisfecho, necio, con cero interés en la cultura, absolutamente aislado de la realidad, sin ninguna percepción del futuro que nos espera, que es negro, negrísimo, devoradoramente siniestro. Ojalá que todavía no sea demasiado tarde para poner freno a la avalancha que se nos viene encima y que anuncia un futuro nada de esplendoroso, un presente que ya es el futuro, un terrible porvenir que no es el porvenir de una ilusión, sino el de la degradación y la muerte de la cultura, como la conocemos y como tan bien lo dice un intelectual tan eminente como Mario Vargas Llosa. Congratulaciones a Camilo Marks y a Cooperativa cl. por esta sobresaliente columna.

  • Arnold Steinberger

    Y debo agregar, como colofón, que estoy más que de acuerdo en que los funcionarios de gobierno, del actual o del pasado, sean quienes sean, pero especialmente los de cargos directivos y de alta asesoría, son tan responsables de esta crisis como los directores y editores de medios y el resto de los culpables de que hayamos llegado a este verdadero callejón sin salida que es la situación del libro y la lectura en Chile.

  • Ricardo Escudero

    Las listas de libros más vendidos, los premios literarios, las entrevistas a personeros destacados, las encuestas, públicas o secretas, las así llamadas políticas de fomento al libro y la lectura, las ferias, son una completa charada que oculta la profunda miseria cultural, espiritual y ética en que vivimos, y oculta también el analfabetismo, real o funcional al que hemos llegado. Así son las cosas y nadie tiene interés en cambiarlas, porque, como ya se ha dicho tantas veces a propósito de esta columna, a los gobernantes y sus empleados, así como a los grupos de poder, sobre todo el duopolio de la prensa escrita, les conviene tenernos amordazados. Y para ello, ¿qué mejor que la farándula?

  • Gian Carlo Petaccia

    Nada que agregar, salvo sumar mis más cordiales felicitaciones a Camilo y Cooperativa.cl por esta columna notable y este nuevo espacio de libertad y discusión, que espero dure mucho tiempo y no termine en la sección clausurado, como otras buenas iniciativas de esta clase.

  • Lucrecia Rossi Lemeni

    Toda la verdad y nada más que la verdad: en España por lo menos tienen conciencia del terrible fenómeno que fue la burbuja editorial y sus no menos terribles consecuencias y hay voces críticas y lúcidas que se esmeran en analizar las dificultades y proponer soluciones. Aquí, en cambio, todo es autosatisfacción, patéticas declaraciones de una soberbia indecible y, como lo dice Camilo, imperan el jolgorio, el optimismo bobalicón y la mala fe del ignorante. Como yo soy algo optimista y por lo tanto algo bobalicona, espero que, más temprano que tarde, la caída en picada se detenga y empecemos de nuevo a leer como Dios manda. Felicitaciones al autor por este artículo, que hago extensivas a cooperativa.cl

  • Yvonne Minton

    Formidable, devastadora y extraordinariamente bien documentada y argumentada columna. Nada hay de más, nada falta, por lo que solo puedo agregar un par de palabras: quizá Camilo, en su labor de crítico literario, es más exigente que el común de los mortales en cuanto a la situación del libro y la lectura en Chile y eso no le quita ningún valor a sus dichos, por el contrario, los destaca aún más. Pero es cierto que se trata de una crisis mundial, de la que Chile no puede habrse quedado al margen, sobre todo cuando azquí el modelo neoliberal ha triunfado más que en ninguna otra parte del mundo, con toda su secuela de consumismo paroxístico, exhibicionismo tonto y dependencia adictiva de las nuevas y alienantes teconologías. Si el libro impreso desaparece, lo que es bastante probable, lo que lo reemplace será la ignorancia, la ausencia de educación, la inexistencia de una conciencia crítica en la sociedad y en los individuos. Y eso sí que será terrible y será un callejón sin salida que no q

  • Yvonne Minton

    que no quiero ni imaginar, porque el desierto que nos espera de suceder aquello, será difícil de superar. Sin embargo, gracias a esta columna soy más optimista que antes, porque por lo menos despierta nuestras conciencias, por lo que felicito ardorosamente a su autor y a cooperativa.cl

  • Aristeia Blanco Minho

    ¡FORMIDABLE, FOR-MI-DA-BLE, F-O-R-M-I-D-A-B-L-E, NADIE ESCRIBE COMO CAMILO, NADIE DICE LAS COSAS COMO ÉL, NADIE SE ATREVE, ES UN LUJO PARA UDS. Y PARA LOS LECTORES! ¡CÓMO SE LE ECHA DE MENOS EN HORA 25! ¡COMO SE ECHAN DE MENOS VOCES COMO LA SUYA, CLARAS, SIN MEDIAS TINTAS, VERACES, PROFUNDAS, SABIAS! ¡CUÁNTA VERDAD HAY EN SUS PALABRAS, CUANTO CONOCIMIENTO EXPRESADO EN FORMA SENCILLA Y SIN ALAMBICAMIENTOS, CUÁNTA PASIÓN POR LA JUSTICIA SE DESPRENDE DE SUS TEXTOS! REITERO MIS FELICITACIONES A ÉL Y A COOPERATIVA.CL

  • Ronaldo Rivera Arancibia

    Nada que agregar a esta notable y preocupante columna, salvo insistir en lo que otros han dicho antes que yo: muy bien escrita, muy bien argumentada, de peso, sólida, tal vez un poquito exagerada, pero eso no le quita ni le pone nada, sigue siendo una destacada pieza de opinión, por lo que felicito a Camilo y a Cooperativa.cl

  • Teresa Stich Randall

    Solo quiero agregar que, a pesar de la grave crisis por la que pasa, en España se sigue leyendo mucho, en Argentina se lee como nunca, en los kioscos de Rio de Janeiro se encuentran libros de Proust, Kafka o Pessoa, en México los índices de lectura no han bajado en absoluto y…¿en Chile? Tal vez algunas encuestas arregladas o formuladas de modo equívoco indiquen un mejoramiento, tal vez las personas de siempre, los mismos de siempre, funcionarios de alto rango gubernamentales, son los que dicen lo que les da la gana para seguir en sus bien remunerados puestos. Pero el hecho es que basta con darse una vuelta por las librerías para ver lo que tienen. Y no hablo de las listas de libros más vendidos ni de las tonetrías que se venden pirateadas en las calles, hablo de literatura, de historia, de textos de valor. Aquí ya se dejó de leer y esta columna no exagera absolutamente nada.

  • Patricio Benavente

    Excelente artículo, como muchos de Camilo, debería ser lectura obligatoria en colegios y universidades, pero eso es igual o peor que pedirle peras al olmo. Felicitaciones a él y a cooperativa.cl

  • Bernardita Kast

    ¿Qué más da que se lea o no se lea? Da exactamente lo mismo, porque los diarios, la televisión, la radio dedican el 60% o más del espacio noticioso a fútbol, el 40% restante a crímenes y a veces el sansacionalismo del delito supera al deporte, llegando a cubrir el 80% de los noticieros. Entonces, ¿dónde están la cultura, el libro, la lectura? En ninguna parte, en absolutament ninguna parte, porque a nadie le interesa el tema, pero muy especialmente no les interesa a los dueños de los medios y a los gobiernos. Como se ha dicho tantas veces, conviene mucho tener a la gente sumida en la ignorancia, así no piensan, así no critican, así no tienen ninguna posibilidad de rebelarse contra la injusticia, así todos nos convertimos en borregos. Y en eso hemos terminado convertidos todos.

  • Eva Randova

    Profunda y devastadora, informada, documentada y bien planteada, un poco tremendista, pero ese es el estilo de Camilo, si tuviera otro, sería fome, en comparación con él, todos o casi todos los columnistas de todos o casi todos los medios parecen voces atrofiadas, anémicas, abúlicas, sin ninguna gracia. Lo felicito calurosamente y extiendo mis felicitaciones a este espacio múltiple de discusión que es cooperativa.cl

  • Nemesio Ortúzar

    Francamente, me parece un poco irritante este estilo medio mandón que tiene Camilo Marks, pero reconozco que, después de leerlo, le encuentro la razón en todo o casi todo, lo que no me pasa con ningún columnista que leo en cualquier medio, porque terminan por aburrirme a la primera frase y los dejo botados. En cambio, estas columnas son imposibles de abandonar, desde la primera hasta la última palabra y por algo será, aunque irriten y provoquen. Siempre he creído que es mejor estar equivocado y tratar de cambiar la realidad a tener la razón sentado cómodamente detrás de un escritorio. Y eso es precisamente lo que me producen estas columnas, siento que el autor puede disparar sin fijarse y puede cometer errores, pero lo sigo porque es convincente y serio, además de que escribe muy bien.

  • Mariana Castillo

    Excelente, sobrecogedora, alarmante, deprimente, pero en cierto modo también positiva, porque remueve nuestros prejuicios, nuestras certezas y todo lo que creíamos que no funcionaba muy bien, pero no sabíamos cuan mal funcionaba, hasta qué punto el desastre cultural, el del libro y la lectura en Chile es tan avasallador. Y creo que es preferible estar informados, recibir opiniones sólidas, ver la realdiad y la verdad cara a cara antes que creerles a todos esos funcionarios que viven vendiendo ilusiones.

  • Federico Arredondo

    Lo más triste de este lamentable espectáculo de la civilización del espectáculo ha sido el papel que en Chile jugan los escritores chilenos frente a la gravísima crisis del libro y la lectura. Ninguno abre la boca, ninguno tiene nada que decir, no se conocen opiniones de novelistas, cuentistas, poetas o ensayistas, a nadie parece importarle un rábano que no se lea nada y que de, incluso sus propios libros, con suerte, alcancen a venderse 20 ejemplares, todos viven sumidos en la apatía o la preparación de nuevas obras, que no dejarán huellas y poco o nada importarán. Como bien se dice, la literatura chilena se ha precipitado a vivir dentro de un escondrijo y sus cultores parecen ni siquiera pensar en el hecho de que el libro y la lectura están a punto de desaparecer en Chile. Muy triste y muy lamentable.

  • Gunther Zellwig

    Nada que agregar a lo dicho, aunque en verdad solo he leído los últimos 10 comentarios y me sumo a las felicitaciones a Camilo Marks y a Cooperativa.cl por esta notabilísima y esclarecedora columna de opinión, un lujo de veras.

  • Dimitris Constantellos

    Sí, es cierto, la crisis española ha traído aparejada una crisis sin precedentes en el mercado editorial, en el libro y en la lectura y ha quedado al descubierto la burbuja editorial, comparable con la de la construcción en cuanto significó un engaño a toda la población, haciéndoles creer que eran poco menos que el país más culto de Europa cuando se estaban sumergiendo en el hoyo del que ahora no pueden salir. Sin embargo, sí que pueden y van a salir de él, porque tienen recursos, tienen intelectos y tienen mentes críticas que son capaces de analizar con certeza la realidad. Nosotros, en cambio, es bien difícil que superemos una crisis cultural que me parece ya terminal, porque no veo nada, absolutamente nada que se parezca a un cambio y que implique una intervención del Estado y los poderes económicos y políticos para hacer frente a esta debacle.

  • Cecilia Palma

    Alarmante situación la que se vive con la lectura, tenía la corazonada de que en España, a causa de la economía, hubiesen bajado los índices de lectura y compra de libros. Era obvio. España, como sabemos, es uno de los países en que la industria editorial es fuerte y este desmedro en la que se ve envuelta, me parece preocupante. El hecho de el universo lector esté prefiriendo los libros de autoayuda, los best sellers, etc.; es un problema mucho más profundo, creo yo y, a veces pienso que mientras la gente lea está bien. Es una opinión un tanto audaz, pues estoy siendo desconsiderada con la literatura; es cierto, pero -hemos conversado esto, Camilo- un libro de estos puede llevar a un autor, quizá, ¿por qué no?, puede despertar alguna curiosidad en esta persona…
    Más allá de todo, es preocupante y, en lo personal, no veo salida. El libro, digamoslo claro, no es un artículo de primera necesidad, no quita el hambre, pero es indispensable para el desarrollo del intelecto humano; mueve las neuronas, pero eso, es justamente, lo que al parecer los gobiernos no quieren.

  • Silvia Troncoso Mena

    Claro que los libros no son un artículo de primera necesidad, pero eso es válido para ciertas sociedades, las mal llamadas primitivas, porque hace mucho tiempo que son el equivalente al pan, a la leche y a las proteínas, puesto que no nos alimentan el cuerpo, pero sí el espíritu y sin ese alimento es difícil que podamos seguir viviendo como seres civilizados, pues volveremos a caer en el salvajismo y la ignorancia totales.

  • Adolfo Eibar

    En lugar de El porvenir de una ilusión, yo habría titulado esta columna Réquiem por el libro y la lectura, igual me pareció excelente, felicitaciones a Camilo y cooperativa.cl

  • Armida Galloso Amaro

    Poco se ha dicho de la responsabilidad que tienen los escritores en esta crisis y me parece que les cabe una muy grande, porque viven en la luna, se lo pasan en festivales, están pendientes de becas y premios, viajan como contratados, no paran de hacerse autobombo y en definitiva son ellos los que terminarán perdiendo, porque fuera de unos pocos bestsellers garantizados, al resto no lo leerá nadie.

  • María Cristina Trelew

    Lamentable, lamentable y terrible, parece que no hubiera vuelta atrás, pero todavía tengo esperanzas, porque hay gente joven que lee, estudiantes que buscan libros en San Diego, la Plaza Almagro, Merced o Manuel Montt y muchos otros lo hacen bajando textos de la internet, que no será lo mejor, pero algo es algo.

  • Javier Escalante

    Notable columna, deja las cosas absolutamente en claro sin paliativos, lo que me parece bien, porque eso de no ser ni chicha ni limonada es típico de Chile y los chilenos, así que espero que sigas Camilo, no dejes nunca de escribir, te felicito y lo mismo vale para cooperativa.cl

  • Artemisa Panayotis

    La mejor columna que he leído ahora último y aunque me ha dejado devastada, también me produce optimismo, porque no me creo bobalicona, de mala fe ni ignorante, sino que creo en el optimismo constructivo. A veces es necesario renacer de las cenizas.

  • Miguel Angel Velado

    Claroque España tine conciencia de sus problemas, lo mismo pasa en Argentina, Perú, México, Colombia y los demás países hispanoamericanos. Los únicos que estamso hundidos en la ceguera e hinchados por nuestras cumbres, los noticieros y la farándula somos nosotros.

  • Carlota Franco Villavicencio

    Nada que agregar, me sumo a las felicitaciones a Camilo Marks y Cooperativa.cl

  • Dolores Lecaros Fuentes

    A mí sí me parece que el libro es un artículo de primerísina necesidad, claro que no quita el hambre, pero tampcoo vamos a decir que en Chile hay mucha gente muriéndose de hambre si los cajeros automáticos viven sin fondos porque se les han agotado los billetes, o hay colas de colas para sacar plata, los supermercados pasan repletos, los pasajes al exterior y dentro de Chile pasan agotados, en fin, se gasta, se gasta, se gasta, pero nadie quiere comprar un libro.

  • Nina Sansogno

    Notable columna, pese a lo deprimente del panorama que se pinta, pero soy de las que prefiere saber la verdad para poder enfrentar la realidad cara a cara y no vivir todo el santo día engañada, como pasa con la inmensa mayoría de los chilenos.

  • Waltraud Meier

    Realmente no sé si Camilo me gusta más hablando o escribiendo, porque acabo de ver en You Tube la sensacional entrevista que la semana pasada le hizo Cecilia Rovaretti y quedé literalmente encandilada por su expresividad, su franqueza y su forma, que puede ser crítica, pero siempre es respetuosa, de los autores chilenos. Los poco más de 20 minutos se me hicieorn tan cortos que habría seguido escuchándolo, menos mal que todavía quedan personas capaces de iluminarnos con sus conocimientos, sin ser jactanciosos, con sencillez y ese estilo suyo tan peculiar y divertido. Lo felicto a él y a cooperativa.cl

  • Vladislav Szczernichevsky

    Muy, muy, muy buena, hiperbuena, notablemente buena columna, la he leído varias veces y no he parado de recomendarla. Ojalá fuese leída por las personas a las que va dirigida, autoridades, políticos de la cultura, literatos, escritores, libreros, etc., pero sinceramente lo dudo, porque esa gente vive arriba de sus torres de marfil o tan sumida en sus espectaculares mundillos introspectivos que no deben tener tiempo ni siquiera para pensar.

  • Arturo Arriagada

    Esta columna muestra claramente algo de lo cual muchos ya veníamos dándonos cuenta, y si bien en líneas gruesas comparto el pesimismo de Camilo, de todas maneras creo que, más bien que el fin absoluto del libro en cuanto elemento de juicio crítico para enfrentar al mundo, lo que vivimos hoy es la fragmentación de la lectura y, en general, de la experiencia cognoscitiva tradicional. La Internet ha producido que nuestra aproximación al conocimiento, a las noticias, a los hechos, sea mucho más fragmentaria. Hemos sacrificado la sistematicidad y el reposo por la inmediatez y la sensación de estar siempre conectados. Es quizá la pretensión de unidad y de orden que nos ofrece el libro lo que está transformándose. No hay manera de saber en qué terminará todo esto.

  • Birgitta Joy

    Esta columna, aunque no critica ni ataca a la internet y la supuesta globalización que nos tiene todo el día conectados a…a lo que sea, es decir, a la nada misma y a la cosa ninguna, implícitamente me parece que aboga por el sistema de lectura que es el que hemos tenido siempre, libro y papel y no las pantallas que idiotizan, entontecen, hacen perder la sensibilidad y terminan convirtiéndonos a todos en morones incapaces incluso de expresarnos. Porque digan lo que digan de los fabulosos beneficios de la tecnología digital, yo lo único que veo es alienación, exhibicionismo barato, pérdida completa de la autoconciencia y la capacidad crítica, hundimiento sistemático en el facilismo. Y además, eso trae aparejados una total incomunicación entre los seres humanos, una pérdida íntegra de la educación formal y de las maneras, transformando a todos, especialmente a los jóvenes, en cuasi animales, de grosería y prepotencia salvajes, de un narcisismo insondable, de creerse con derecho a hacer lo que quieren porque están convencidos de que son los reyes del mundo. Y solo son unos pobres peones, unos tristes ratoncillos de laboratorio del futuro iletrado que nos espera.

  • Benito Mieses

    Excelente y brillante columna, si al menos de vez en cuando, digamos, una vez por semana o cada quince días, alguien más fuera de Camilo escribiera como él, tal vez seríamos más lúcidos y veríamos la realidad con mayor claridad de lo que los medios nos entregan a diario, pura basura y comercialización. De nuevo, felicitaciones a Camilo y cooperativa.cl

  • Benjamín Prado

    Exagerado, vehemente, apasionado, deslenguado, estridente como siempre, Camilo igual se las arregla para sacudir nuestras conciencias, estremecernos y al menos darnos un poco de cuenta del horrendo hoyo cultural en el que vivimos sumidos, congratulaciones a él y a cooperativa.cl

  • Carlota Stolzenbach

    Comparto todas las opiniones vertidas a propósito de esta columna, con una salvedad: La gente, en especial los jóvenes, no han dejado de leer porque sean tontos, porque estén todo el día conectados a aparatos infernales que solo incomunican, porque los libros sean caros o malos, porque el libro haya perdido status y categoría o porque el mundo esté girando al revés. La gente ha dejado de leer, en especial los jóvenes, porque nadie lee y ya sabemos que la primera forma de educación consiste en imitar a nuestros padres, abuelos, tíos, maestros o a figuras emblemáticas, como políticos, dirigentes, personeros públicos. Eso lo dijo Aristóteles hace mucho tiempo en su Poética y no estoy aportando nada nuevo: la educación y el arte empiezan por la imitación. ¿Leen nuestros padres, abuelos tíos o maestros? ¿Leen algo siquiera los políticos, los ministros, los dirigentes, los personajes públicos? ¿Leen las personas que tienen dinero o las que viven consumiendo como locos y endeudándose sin parar? A juzgar por sus discursos, por su vocabulario, por lo que dicen, por cómo se expresan, por las sandeces, lugares comunes, frases hechas, no leen nada, no piensan nada, no realizan un mínimo ejercicio intelectual. A juzgar por los numeritos que dan, y no me voy a referir a ninguno en especial, ya que todos los días tenemos fiestas de garabatos, insultos y estupideces, son un ejemplo pésimo, un ejemplo lamentable y está claro como el agua que nada leeen y nada o muy poco piensan. Examinemos los medios escritos, porque la radio y la televisión prefiero excluirlas: la revistita más vendida, un quincenario, es un cúmulo de groserías, chistes de regimientos, bajeza sexual, búsqueda frenética de la originalidad que se traduce en pura basura. Y los demás periódicos, bueno hay dos dedicados exclusivamente a la farándula, por más que uno de ellos sea tan surrealista que tiene una sección “cultural” y a una “crítica literaria” que solo ventila resentimiento y veneno, todo mediante una escritura de pesima calidad. Queda un vespertino que se compra por la gente cuando está aburrida por los tacos y quedan dos matutinos, uno de ellos sí que tiene todos los días espacios dedicados a la cultura y fines de semana con suplementos literarios, algo es algo. Y el otro, mejor ni hablar: tuvo una revista que duró menos de un año porque no vendía y la cerraron de un día para otro. En España, pese a la crisis, siguen existiendo diarios de excelencia y también eso vale para los demás países de habla española. En Chile, el desierto intelectual es insondable, así que no nos quejemos.

  • Laura Santibáñez Winslow

    Sé a qué diario y “sección cultural”, a cuál editor y quien es la “crítica literaria” mencionada más abajo: se trata de Las últimas noticias, del señor Andrés Braithwaite y de doña Patricia Espinosa. El señor Braithwaite empezó hace muchos años a ejercer como periodista en Apsi, luego siguió en varias revistas de tarjetas de crédito, más tarde en Hoy, para terminar aterrizando en el diario insignia de la farándula chilena. Jamás se le ha conocido un texto escrito, jamás se ha sabido que haya puesto más de dos líneas en papel, aunque también oficia de editor en una editorial ahora muy cotizada en las esferas de la máxima siutiquería criolla. Y debe ser alguien muy convincente y diestro si hasta llegó a convencer al mismísimo Roberto Bolaño para que colaborara en el diario del botox, los implantes y el colágeno populacheros. También debe ser alguien muy tiránico si se han cansado de colaborar con él muchas personas, algunas de ellas escritores de talento, que no mencionaré, porque al parecer les exigía una constante agresividad, que fueran siempre brutales, que causaran el mayor daño posible mediante sus artículos. Con doña Patricia Espinosa eso no ha sido necesario, aunque su carrera como killer literaria empezó en La Época, donde al comienzo fue mal recibida, hasta que probó que podía insultar sin ninguna consecuencia. Y eso es lo que Braithwaite le tiene que haber exigido desde el principio: que insulte, agravie, vitupere, incluya vejámenes personales en contra de los escritores y poco le falte para referirse a la ropa que usan, si es que ya no lo ha hecho. ¡Si eso es crítica literaria…! Esa dama intentó antes publicar sus artículos en otros medios -eso es lo que le interesa, la academia, donde da clases, es poco propicia a sus inclinaciones-, pero como en ninguno le resultó, ya la tenemos en un tabloide delirante, cuya sección cultural, a juicio de su editor, debe ser digna del New York Times o el Washington Post. Todo esto no pasaría de ser un anecdotario simpaticón y algo absurdo si no revelara algo mucho más profundo y que me parece que está en el centro de la columna de Camilo Marks: si en un tiempo más el libro y la lectura desaparecen, no tendremos derecho a quejarnos. ¡Y cuánta razón tiene! Y si en medio de esta crisis semi terminal en la que estamos surgen aventureros, inescrupulosos, egocéntricos sin una gota de humor, la cosa se agrava. Porque es gente que cree que escribir bien es escribir groserías, gente que, en verdad, se las arregla para poner unas pocas palabritas resentidas, sin ninguna gracia, en un espacio mísero, gente para la cual la cultural, la literatura, el arte y en general, lo mejor que somos capaces de producir, no vale nada, por lo que, de nuevo, vuelvo al contenido principal del artículo de Marks: aquí no hay jolgorio ni optimismo bobalicón, pero sí algo mucho peor, mucho más insidioso: veneno puro que no sirve para nada y a nadie le importa.