Reflexiones de una ciudadana de a pie, que es gente y plebe y que del tema de HydroAysén solo sabe lo que informan los medios.
He recibido numerosos correos contra HydroAysén lo que me ha producido mucho gozo.
Me pregunté el por qué de ese gozo y descubrí que mi oposición a HydroAysén es visceral, apoyada en preguntas racionales.
Aunque me han explicado las ventajas del proyecto con cifras, la oposición continúa con la misma fuerza debido a dos factores:
El primero es visceral y por consiguiente el más fuerte: es una total falta de confianza en todos y todo lo que rodea al proyecto. El costo de la herida abierta en las entrañas de nuestro angosto territorio es muy alto. Los beneficios debieran superar esos costos, porque entiendo que así funciona el mercado. Y en todos los órdenes de nuestra vida vivimos en el mercado.
Y surgen las preguntas:
¿Superarán esos beneficios a los costos? ¿Cómo se repartirá eso? ¿A quien beneficia el proyecto en primer lugar?
Y la respuesta es clara: a los que lo financian y propician.
Luego está el beneficio a la población.
¿Alcanzará a llegar a los que hoy no llega? ¿Tendremos una electricidad más barata? Y ¿por cuánto tiempo?
¿Qué ocurrirá después? Porque surge el interrogante que tiene que ver con otro orden de factores.
¿Qué sucederá cuando con el desorden que la acción humana está introduciendo en la naturaleza del planeta, cambie el régimen de lluvias, disminuya o cese el agua que cae en el sur y en consecuencia el agua disponible? ¿Y cuando las centrales se agoten?
No descartemos que las guerras futuras sean por el agua.
Y una pregunta “marginal” (marginal en opinión de los responsables del proyecto.) ¿Qué ocurrirá con el daño irreversible a la naturaleza (porque será irreversible, lo afirman los expertos) que crearán las centrales y la torres de transmisión?
En este cuadro desolador existe, no obstante, una esperanza.
Las recientes declaraciones de Sergio del Campo, sub secretario de Energía al diario El País de España, donde se encuentra para “aprender del avance de España en el desarrollo de estas tecnologías.”
Se refiere con ello a tecnologías alternativas y sustentables cuya exploración “constituye una prioridad para Chile”, “porque Chile es uno de los lugares más privilegiados del mundo para explorar la energía solar.”
El sub secretario da detalles sobre los planes chilenos que incluyen tecnologías varias y se nota que sabe de lo que habla.
Hemos vivido amarrados a imágenes y a estructuras del pasado.
HydroAysén es el pasado.
Por eso, enhorabuena ¡Por fin una visión de futuro!