La aparición del tercer volumen de la antología Clásicos de la música popular chilena (Ediciones UC / SCD) a fines de 2010, constituyó la culminación de un largo proyecto iniciado por Luis Advis en 1993, que era muy querido por él y en el que tuve el privilegio de participar como su co–editor en los dos primeros volúmenes y como autor de los textos introductorios en los tres.
No cabe duda que Luis Advis fue el Editor de las tres publicaciones, al ser el compilador responsable de la antología que conforma estos volúmenes.
Sin embargo, y para mi gran sorpresa, cuando llegó este volumen a mis manos durante su lanzamiento el 26 de noviembre pasado en el Centro Cultural Gabriela Mistral, pude ver que en la portadilla aparecen como únicos Editores de la obra el actual Presidente de la SCD, Alejandro Guarello, junto al destacado musicólogo nacional Rodrigo Torres, por lo que para todos los efectos prácticos, ésta será citada de la siguiente manera: Guarello, Alejandro y Rodrigo Torres eds. 2010. Clásicos de la música popular Chilena 1960-1973, vol III. Santiago: Ediciones Universidad Católica y Sociedad Chilena del Derecho de Autor, 278 pp.
No cabe duda que tanto Guarello como Torres realizaron una encomiable labor para que este volumen saliera a la luz luego de la muerte de Advis, pero es una labor que se basa en todo lo concebido, gestionado, producido, organizado y ya editado por Luis Advis. En ningún caso sustituye su labor como Editor, más bien la complementa. ¿Por qué era necesario borrar, entonces, el nombre de Lucho? ¿No era mejor sumarse como co-editores a su tarea?
Cabe preguntarse además, ¿Quién resguarda los derechos de Advis al interior de la propia SCD? No conozco cuál pueda ser la respuesta precisa a este interrogante, ni si el asunto podría ser analizado o investigado desde una perspectiva jurídica, pues, en rigor, el libro contiene algunas modificaciones en relación a lo concebido por Advis. Sin embargo, ¿Quién puede decir con certeza que este volumen corresponde a una obra distinta a la original por este simple hecho?
Más allá del tema jurídico, creo que estamos ante una seria falta de ética profesional ante un colega ya fallecido que no puede hacer valer sus derechos. Quiero dejar en claro, entonces, que como ex miembro de la Comisión de Publicaciones de la SCD y del equipo editorial que estuvo a cargo de este volumen, no avalo que se haya eliminado el nombre de Luis Advis como Editor del mismo. Dejo constancia, además, que mi nombre ha sido utilizado a mis espaldas para avalar una autoría editorial que, al menos, me parece objetable. Quedo a la espera de lo que los involucrados tengan que decir.