Solo horas nos distancian con la gran fiesta de la Democracia como es un nuevo acto eleccionario en el país.
Solo la participación en el proceso, que hoy es voluntario, nos da la calidad moral para realizar todas las críticas posteriores al gobierno y las autoridades que asuman.
Pero desde la otra vereda, mi reflexión va ahora para quienes como servidores públicos somos elegidos por la ciudadanía o nos sometemos a su consideración en las urnas.
Desde el próximo lunes, cuando el país cuente con nuevas autoridades electas, especialmente en el Congreso, son ellas las que deben desde ya comenzar el trabajo de representar a sus votantes en la forma en que se ha prometido, porque ¡Chile ha cambiado! Y la gente quiere participación real.
Los políticos debemos adecuarnos a este escenario en forma comprometida, transparente, de cara a la ciudadanía.
Cambiarle el rostro a las llamadas “malas prácticas” que han desacreditado totalmente la actividad, pasa porque desde ya cada uno de nosotros que actuamos en la vida pública, cumplamos nuestros compromisos adquiridos.
No nos votan para ocupar un cargo, nos votan para representar el sentir y las aspiraciones de muchos.
Honremos, entonces, la confianza que otorguen los ciudadanos este domingo cuando cumpla con su responsabilidad cívica de votar.