01 feb 2013

Como hacer ciudad y no morir en el intento

Cuando se ponen en riego las utilidades de las grandes empresas en general y de las ligadas a la gran industria de las Concesiones en Obras Publicas en particular, salen a la palestra todos sus representantes formales e informales. Es el caso de la ya polémica Autopista Vespucio Oriente.

Este tema latente desde el año 2007, estalló a raíz de la necesidad del ministerio de OOPP de cumplir los compromisos señalados por el Gobierno del Presidente Piñera de ejecutar obras por alrededor de 3.000 millones de dólares (incluyendo fondos públicos y privados) durante 2013, año de elecciones, donde es más necesario que nunca mostrar resultados a los electores.

Los vecinos de las comunas afectadas, Peñalolén, Ñuñoa, La Reina, Providencia y Vitacura han manifestado su preocupación por el carácter secreto que tuvo el proyecto hasta hace poco más de una semana; tuvieron que manifestarse, tomarse las calles, interrumpir el tránsito, concentrarse frente a la Moneda, acudir a la Comisión de OOPP de la Cámara de Diputados, para que la Ministra Silva accediera a entregar información a los Alcaldes ( que por lo demás fue entregada solo en forma parcial y de manera muy desprolija por decir lo menos). Las peticiones de vecinos, tuvieron que hacerse a través de la ley de Transparencia pues el MOP hizo oídos sordos.

Puesto el tema en discusión, la Ministra se comprometió a que el trazado en el tramo Grecia/Príncipe de gales no sería por el interior de las comunas de Peñalolen y La Reina, y que no habrían expropiaciones. La ministra aun no formaliza con su firma ese compromiso

A la semana del compromiso de la Ministra, El Mercurio editorializa que  “como alternativa se ha propuesto un trazado de baja profundidad que requiere expropiaciones, a las que se oponen pequeños grupos de vecinos organizados” para continuar señalando, “por lo tanto el MOP debió exigir a Concesiones una estrategia para enfrentar la oposición alcaldicia y la de grupos organizados de vecinos (siendo generosos con las compensaciones por expropiación, por ejemplo).” Y remata, “la ausencia desde hace cuatro o cinco años de una personalidad de Concesiones que lleve adelante decisiones con la convicción necesaria para enfrentar los lobbies de concesionarios (sic), alcaldes y vecinos.”

Como si fuera poco, y luego del decano de la prensa, Daniel Hurtado presidente de la Cámara Chilena de la Construcción en La Tercera del viernes 25 de enero del 2013, llama a que se aplique la ley, que se proceda a expropiar y que se autorice la construcción en altura en el área expropiable, señalando que los vecinos expropiados tendrían la posibilidad de permanecer en el barrio adquiriendo un departamento en los edificios que allí se construyan. Solo faltó agregar que comprásemos en las sucursales de las cadenas del retail que instalarán sus locales, en los nuevos edificios.

Para rematar, el 28-01-2013, en La Tercera Louis Le Grange, intenta descalificar la participación ciudadana al señalar “que dicha participación se efectúe de manera seria, sobre la base de información verídica y no sobre ideologías y dogmas de grupos minoritarios”.

Olvida (¿o desconoce?) el señor Le Grange que el MOP ha dificultado en todo lo que ha estado a su alcance la entrega de información por cerca de cuatro meses.

Por último pide “disponer de antecedentes más fidedignos elevando el nivel de la discusión y alejándonos de los dogmas de grupos minoritarios”.

Es evidente, que detrás del famoso proyecto AVO está la voracidad de la gran industria inmobiliaria que ronda las comunas de La Reina y Peñalolén en busca de terrenos que ya no dispone en Las Condes, Vitacura, Ñuñoa o Santiago, la “instrucción” del Mercurio de nombrar una autoridad con mano dura en Concesiones -con la convicción necesaria para enfrentar los lobbies de concesionarios (sic), alcaldes y vecinos-, el desplante de la CChc, y los dichos del señor Le Grange, no hacen sino confirmarlo.

La postura de El Mercurio y La Cámara Chilena de la Construcción, y algunos acólitos de sus parroquias, a propósito de las demandas ciudadanas por participación en la definición del trazado y modalidad de construcción de la Autopista Américo Vespucio Oriente demuestra que les aterra la participación ciudadana.

Afortunadamente también existen en la industria de la construcción personas dialogantes, como el Gerente General de Socovesa, empresa constructora de larga data, parece entender mejor lo que está sucediendo. Ha dicho:

Todo indica que el contexto en el que se desarrollan los negocios en Chile cambió significativamente los últimos años.La industria inmobiliaria obviamente no está ajena a estos cambios”. “El escenario pos elecciones municipales es el ejemplo más concreto de este nuevo entorno de negocios. Al anuncio del congelamiento de los permisos de edificación de la alcaldesa Tohá en Matta Sur, se suman las declaraciones de la alcaldesa de Providencia Josefa Errázuriz que ha declarado que “las inmobiliarias deben asustarse, no porque no dejemos construir, sí porque protegeremos las calidad de vida de nuestros barrios”.

Reflexiona luego que “nuestra sociedad, que en los últimos años modernizó significativamente su escala de valores, ya no acepta el desarrollo a cualquier precio”, “esta es una discusión nueva y está claro que llegó para quedarse” y cierra “la politización del tema urbano es un signo de la evolución del país. Mal que mal, política viene de polis, que no es otra cosa que ciudad. Pero como sociedad debemos administrar sabiamente esta legítima tensión entre intereses diversos y en ocasiones contrapuestos. Si estas controversias propias del desarrollo urbano se resuelven por el lado del inmovilismo, no haremos más que acentuar la desigualdad y el malestar ciudadano”.

Hoy la personas no queremos más de lo mismo, queremos hacer ciudad con los ciudadanos, no queremos el desarrollo por el desarrollo, exigimos participacion, queremos que se nos trate como seres humanos y no como clientes, la institucionalidad política y la gran empresa deben entenderlo, no hacerlo solo significa agudizar los conflictos, situación que los ciudadanos no queremos y esperamos que las autoridades tampoco.

Los ciudadanos hemos entendido que tenemos derechos y que debemos luchar por ellos, habrá muchos muros que derribar, poderes facticos que vencer, obstáculos que superar pero unidos, organizados y con decisión de luchar por lo nuestro, seguro lo lograremos.

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