“¿Por qué es necesario aumentar el precio base de los planes de salud por sobre el IPC?”
La interrogante antecede a la explicación que la Isapre Banmédica, me envió para explicar el aumento del precio de mi plan, pese a que está valorado en Unidad de Fomento, como el dividendo que se paga por una casa. Me imagino que el aumento es para todos, no sólo para mí.
Como se sabe el valor de la UF varía automáticamente de acuerdo al IPC mensual.
La explicación entregada “en general” aduce a que el “gasto en las prestaciones de salud tiende a aumentar, tanto porque aumenta la cantidad de ellas que emplea cada persona como por el aumento de sus precios, ya que tienden a ser más sofisticadas y costosas”.
Ni siquiera tienen el cuidado de buscar sinónimos, como se ve en el párrafo anterior en que una palabra se repite tres veces. Una lata.
Luego, esta Isapre cerrada, brinda cuadros estadísticos en los cuales revela como han crecido la cantidad de prestaciones de salud de sus afiliados en el periodo 2008-2010, tanto en atenciones ambulatorias, hospitalizaciones y licencias. Y saca por conclusión que en promedio de todo lo anterior, el gasto por afiliado es de 10,8 % por sobre la variación del IPC.
Encuentro simplemente conmovedor, lo mal que les va en el negocio. Nunca he estado hospitalizada, ni he sido intervenida quirúrgicamente. No recuerdo haber tenido licencias médicas constantes , ni siquiera cuando me fracturé unos dedos en un accidente profesional.
Durante un viaje (trabajé diez años en el extranjero, en que utilicé seguros de salud internacionales) me ocurrió algo parecido, simplemente no me dieron licencia, aunque tenía que viajar a mi residencia habitual fuera del país. Trece horas de avión con un pie “averiado”.
Por lo demás, la licencia es un derecho del trabajador, no una concesión graciosa que otorga el sistema privado de salud.
Pero lo mejor viene con la explicación que el “sistema es solidario al interior de cada plan de salud, en el sentido que quienes generan un mayor gasto se ven compensados por quienes generan uno menor”.
Luego, se insiste para explicar el reajuste ,en la “solidaridad” del sistema, ahora entre todos los afiliados.
Por decir lo menos, una tomadura de pelo.
En el mercado de la salud, simplemente, no existe solidaridad con nadie. Si no tengo trabajo y no puedo pagar, quedo fuera.
Parece que a estos señores les fue mal en las clases de comprensión, ortografía y gramática.
No acepto que se juegue con una palabra tan hermosa, que evoca lo mejor del ser humano: Solidaridad.
Peor aún, aplicada a un sistema que no tiene absolutamente nada de solidario y que significa, unido a lo que ocurre en general con la salud en Chile, en que todos, o la gran mayoría, al momento de sufrir una enfermedad grave, nos transformemos junto a nuestras familias en indigentes en salud. Muchos de nosotros lo hemos sufrido, incluso con amigos. Y el segmento ABC 1 no es una excepción. Bueno, creo, a lo mejor es una exageración de mi parte.
Así, entre el plan base, la suma de factores de edad, el Auge (0,48 UF) y otros, mi pago quedaría con el nuevo precio en UF 11.600 con un reajuste de 5,7 %.
Por cierto, el tema no es si el plan es extraordinario, regular o malo. El asunto es que la salud es un derecho, para todos. Habría que calcular cual sería la remuneración ideal, para que el bolsillo no “sintiera” el cobro antes anotado.
Como se trata de una Isapre cerrada “los beneficios” rigen sólo para las atenciones vinculadas con la misma.
Y me imagino que todo de acuerdo a la legislación vigente. En otras palabras, mi plan de salud equivaldrá al dividendo que pago por la casa.
Si no reacciono antes del 31 de octubre, se aplica el reajuste, lo que me ocurrió durante diez años, pues esta notificación la envían por carta al domicilio (donde no vivía); también me puedo cambiar de plan o simplemente renunciar a la Isapre.
Todo como Dios manda, de acuerdo a lo que dicen las leyes , en un sistema “solidario”. No hay salud.
A usted ¿le gusta el sistema ?