El mes de octubre es el mes del peronismo. El día 8 en 1945 el General Ávalos obligó al Gobierno militar a deponer a Juan Domingo Perón, quien debió renunciar a la Vicepresidencia y al ministerio del Trabajo e ir detenido a la Isla Martín García. Pero antes Perón consiguió pronunciar por cadena radiofónica un discurso que sirvió para advertir de la situación a los sindicatos.
El 17 del mismo mes, marcharon sobre Plaza de Mayo –frente a la Casa Rosada- miles y miles de trabajadores y pobladores del cono urbano bonaerense a quienes los enemigos del peronismo llamaron “cabecitas negras”, “aluvión zoológico”, “grasas” o “descamisados”. Esa misma noche el Gobierno Militar se vio obligado a liberar a Perón, quien desde los balcones de la propia Casa Rosada dio un discurso para la multitud que cubría la plaza y que fue en realidad la primera proclamación social cristiana pública de la región. El Día de la Lealtad –el 17 de Octubre- es en la práctica el día fundacional del peronismo.
En este mes, este año, el 25 de octubre ¿Será el día del fin del peronismo?
Lo que no consiguió Spruille Braden, uno de los dueños de la empresa minera Braden Copper Company, cuando como Embajador de USA, prácticamente encabezó la Unión Democrática –alianza de partidos desde conservadores a comunistas- para derrotar a Perón en 1946, parece que lo están consiguiendo los propios peronistas o que se dicen peronistas.
Todo comenzó con la llegada de Carlos Saúl Menem. Él logró –con el concurso de su Ministro Domingo Cavallo- llevar al peronismo al más profundo neoliberalismo y el proceso destructivo está terminando con el matrimonio Kirchner que, instalado al otro extremo político, fue una manifestación stalinista, que a pesar de recuperar los valores fundacionales del movimiento, la soberanía política, la independencia económica y la justicia social, no ha logrado reactivar el espíritu militante que caracterizó a los seguidores de Perón.
Domingo 25
Este día marca un antes y un después que difícilmente olvidarán los dirigentes peronistas. El antes es la seguridad de ser los vencedores por lo que decían las encuestas, que siempre son mentirosas, sumado a la autosuficiencia mesiánica de los izquierdistas del kirchnerismo.
El después es la constatación de que es el propio “fuego amigo” el que ha permitido que Mauricio Macri pueda llegar en segunda vuelta a ser Presidente.
Es tan así que el tercer posicionado en la contienda había sido Ministro del actual Gobierno. Sergio Massa es un peronista llegado en tiempos de Menem desde el riñón de la más tradicional derecha argentina, pero militante al fin y obtuvo más de un 20% de votación que sumado al 36% de Sciolli daba presidente peronista sin discusión.
No hay que dejar fuera a Rodríguez Saa –algo más del 2%- a lo que debemos sumar los votos que abandonaron al peronismo gobernante y se trasvasijaron a la derecha macrista.
Cuando llegué a este país cuarenta años atrás me contaban una anécdota. Por el barrio de Constitución, poco después del derrocamiento de Perón, había una mujer ya de edad que poseía un quiosco de diarios. La mujer era peronista a toda prueba. La Revolución Libertadora, Fusiladora la llamó el pueblo, había prohibido todo tipo de manifestación peronista, incluso términos que usaban habitualmente y también el himno de los descamisados. Esa mujer todos los días lo cantaba en su quiosco y todos los días la llevaban detenida. Esa lealtad hoy no existe en el partido.
A esto se debe sumar el trabajo de la nueva Gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal, una activista del macrismo en la Capital, que cambió, o mejor dicho volvió atrás, con las formas de búsqueda de votos. Volvió a caminar las calles y golpear las puertas una por una, cara a cara con los electores. Así ganó por más de cinco puntos la Gobernación, lo que ha sido el gran impulso a la candidatura de Macri.
El mañana está marcado por el hoy.
Ya algunos viejos dirigentes peronistas han manifestado que votarán a Macri en segunda vuelta, así como también candidatos muy votados de la lista de Massa o el presidente de su bloque de diputados, han declarado que votarán a Sciolli.
Como lo dije en mi artículo anterior el massismo definirá esta segunda vuelta, pero ahora no tengo la seguridad de que sea a favor de Sciolli.
Es posible que muchos de ellos le den el triunfo a Macri, que es algo así como Piñera, la derecha. Con la diferencia que Piñera creó grandes empresas y Macri tiene la fortuna de su padre que se hizo multimillonario con la estatización de su deuda privada.
El peronismo, como movimiento social y político está desapareciendo. Seguramente continuará como partido, pero ya no será el peronismo que nació el 17 de octubre de 1946.