La última vez que pude compartir unos gratos momentos con Gonzalo Bertrán Martínez-Conde fue en Madrid, entre el queso manchego curado, jamón ibérico y “de copas”.Estábamos celebrando el hecho de habernos encontrado en el Estadio Santiago Bernabeu. Habíamos llegado al campo deportivo junto a mi amigo Gutenberg Martínez para ver jugar a Iván Zamorano, que brillaba en esos años vistiendo el uniforme merengue del “Madriz”, como se les oye a los españoles nombrar el Real Madrid. Eran los años del Canal 13 para Gonzalo. Después de esa entretenida velada no supe más de él hasta que recibí el 30 de enero del 2001 la noticia en la voz de nuestra querida Tere Maluenda: Gonzalo había partido finalmente a la Casa del Padre, después de años de luchar tenazmente contra la leucemia.
Del periodismo a la licenciatura en comunicaciones
Tenaz y preclaro como pocos, Gonzalo Bertrán, encabezó desde 1965 en nuestra querida Escuela de Los Aromos, donde llegaba en su FIAT 600 blanco, con el pleno respaldo de nuestro Director Mario Planet, la gran transformación que situó a nuestra carrera en la dimensión de las “Artes y Técnicas de las Comunicaciones”.
Anteriormente lo había hecho como integrante del grupo político-intelectual “Ariete”, colectivo integrado por estudiantes entonces demócratas cristianos – Oscar González C., Rodrigo de Arteagabeitia, Oscar Saavedra, Nicolás Luco, Manfredo Mayol, Guillermo Osorio y Santiago Pavlovic’ – entre los que recuerdo.
Luego en 1968, cuando fuimos elegidos Presidente, él y Vicepresidente, yo, del Centro de Alumnos, precipitamos la Reforma definitiva con un Congreso Nacional de Estudiantes de Periodismo realizado en nuestra sede. Ahí fue cuando en todas las Escuelas del país pasamos de estudiar el “oficio” de periodista a licenciarnos en Comunicaciones Sociales, a la luz de las teorías reveladoras de Mac Luhan y su Aldea Global. Y eran los años de la Reforma Universitaria: 1966 la Católica de Valparaíso, 1967 la de Santiago y 1968 nuestra Universidad de Chile. Dos meses pasamos en la Casa Central, mayo y junio.
Activista de la revolución en libertad
Activo militante DC, Gonzalo situó su dimensión política en el rol de una vanguardia intelectual al servicio de la promoción del pueblo. Recordemos que en el aire se respiraba la Revolución en Libertad con todas sus reformas y, como si fuera poco, las oleadas de aire fresco que entraron cuando se abrieron de par en par las ventanas del pensamiento político cristiano con el Concilio Vaticano II del Papa bueno, Juan XXIII.
Él mismo fue coordinador Nacional de los Trabajos de Verano de la FECH bajo la dirección de la Democracia Cristiana Universitaria, experiencia pionera en voluntariado juvenil que profundizaba el compromiso de las nuevas generaciones con las causas solidarias y políticamente transformadoras que se pusieron en marcha con la Patria Joven durante la campaña de Eduardo Frei Montalva.Este modelo fue replicado después por la Unidad Popular en los Trabajos Voluntarios y también por los gremialistas de la FEUC, especialmente en Punitaqui.
Fue el mismo Presidente Frei quien le confía la creación y puesta en marcha de Televisión Nacional a un grupo de 52 fundadores. Entre ellos Gonzalo, que asume la Dirección de Programas; Jorge Navarrete la Dirección General, Ángel Lara la Fiscalía, nuestro compañero de promoción Jorge Argomedo el área internacional de Prensa, mi primo hermano Marcos Salazar en la producción.
Fundador de la televisión nacional
Ahí Bertrán concentra toda su atención, apartándose de toda otra esfera de participación.Después de todo, la historia había puesto en sus manos la mejor herramienta para unir, informar y entretener a la “Aldea Global”.
Gonzalo Bertrán Martínez-Conde se convirtió en un modelador de la Televisión Nacional y un formador de generaciones de realizadores televisivos, a tal punto, que se construyó toda una mitología en torno a su gravitación en el poder del cálido medio de comunicación.
Hubo, por supuesto, ridículas acusaciones en su contra, en 1970 el comando de la candidatura presidencial de Jorge Alessandri le atribuyó el “uso político” del temblor de las manos del anciano político en el programa de la franja presidencial que dirigía Gonzalo, imagen que quedó en las retinas de los televidentes durante su presentación en TVN. Aunque es cierto que algún comando adversario aprovechó con gran oportunismo esta situación, empapelando Santiago con un afiche con la versión temblorosa del logo AV (de Alessandri Volverá) pocos días después de la transmisión.
Siendo opositor al Gobierno de Allende y producido el Golpe de Estado, Gonzalo acepta la Gerencia del Canal nacional con el propósito explícito de impedir el desarme de la estación y la represión de los trabajadores.
Finalmente termina ganándose la antipatía de los directivos de TVN y emigra a la Corporación de Televisión de la Universidad Católica (hoy simplemente Canal 13).
De la misma forma, asume la Dirección de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, que estaba cerrada desde septiembre de 1973, con el propósito de normalizar sus actividades y neutralizar a quienes querían clausurarla definitivamente.
“Fui a hablar con el rector, general de aviación César Danyau, y le pedí que no cerrara. Le hablé de la necesidad de mantener el periodismo a nivel universitario. Dos días después me llamó el interventor de la sede oriente y me dijo que tenía el encargo del rector de nombrarme director de la Escuela de Periodismo y tenía que presentar un documento en el cual justificara que no se debía cerrar la Escuela. Ese año egresaron y se titularon 25 o treinta alumnos de la promoción del 73″.
El testimonio del periodista Nelson Sandoval patentiza lo dramático de este episodio. Él junto a Ricardo Rementería y Braulio Olavarría, los tres militantes del MIR de entonces, habían dedicado su Seminario de Título nada menos que a “El Militarismo Latinoamericano”.
Advertido sobre el documento, Gonzalo lo quemó personalmente hasta reducirlo a cenizas. “No fue un acto barbárico” subrayó Sandoval. “Fue una acción salvadora”. Bertrán había evitado que el archivo cayera en manos de los organismos de seguridad, eliminando el riesgo consiguiente para sus tres autores. Finalmente Sandoval se tituló con un Seminario sobre Periodismo Infantil en 1980.
Gonzalo deja la Escuela como profesor de televisión cuando los representantes de la Dictadura que controlaban la Universidad de Chile deciden trasladar la sede, abandonando el edificio de Los Aromos. “Le dije (al Director Eduardo Latorre) que eso no se debía hacer porque era una donación a la Escuela de Periodismo”. En efecto, la sede que hoy pertenece a la Universidad Metropolitana de Educación, UMCE, había sido una donación de una familia venezolana, diseñada especialmente para una Escuela de Periodismo, con sala de máquinas de escribir y laboratorio fotográfico.
Luego de ser despedido de TVN, fue recibido junto con César Antonio Santis en la Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Junto con él, se inició otra época de éxitos en los programas de entretención: en 1979 condujo Lunes Gala y Esta noche Fiesta; desde mediados de los años 1980 hasta 1995 y Martes 13, considerado el último gran estelar de la televisión chilena. También en esos años se le concedió la dirección de eventos, como la visita de Juan Pablo II a Chile y del programa político De cara al País. En 1995, empezó su último programa, Viva el lunes, con la conducción de Kike Morandé, Cecilia Bolocco y Álvaro Salas.
Desde 1986, Bertrán debió conllevar su calidad de ser el director más importante de Canal 13 con una leucemia que se trataba en Estados Unidos.
Tras finalizar Viva el lunes, luego de la partida de Kike Morandé a Megavisión, Bertrán falleció en Santiago el 30 de enero de 2001. Tras su muerte, Canal 13 lo homenajeó con la participación de los ya ex animadores de Viva el lunes. En su funeral, su féretro fue conducido por las afueras de los estudios de Canal 13 y de Televisión Nacional de Chile. En la actualidad, el estudio donde realizó muchos de sus programas lleva su nombre.
El actual Instituto de Comunicación e Imagen, ICEI, de la Universidad de Chile tiene una deuda de honor y gratitud con este alumno que en sus 56 años de vida dio tanto brillo, en las buenas y en las malas, a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.
La institución universitaria publicó el libro electrónico “Para que nadie quede atrás”*, editado por el periodista y académico Gustavo González, en el que periodistas de la Universidad de Chile recuerdan a sus compañeras y compañeros que partieron de este mundo, entre ellos el tenaz y preclaro Gonzalo Bertrán MC.
*http://web.uchile.cl/archivos/uchile/archivos/PQNQA/