En medio de la profusión de denuncias sobre las rancias y desastrosas vinculaciones de ciertos empresarios, su dinero y algunos dirigentes políticos, hay quienes quieren tapar sus propios dislates o los de sus protectores y mentores con injurias hacia otras personas.
Recién encabecé una lista para las elecciones de la Democracia Cristiana y uno de los tres pilares de nuestro fue “Recuperemos la ética en la política”. Luego de la elección aparecieron militantes de mi partido vinculados a SOQUIMICH, gente de diversas sensibilidades internas, incluida una candidata de mi lista y el propio senador Pizarro a través de sus hijos.Presenté, junto a otros militantes, una denuncia ante el Tribunal Supremo, siempre en la línea de recuperar la ética en el comportamiento de los políticos.
Es entonces cuando, para debilitar mis presentaciones o simplemente por el placer de injuriar o para no perder la costumbre, un académico en decadencia que presta servicios comunicacionales y políticos a la derecha, ha publicado en las redes sociales, sin citar fuentes, un infundio en el que se me menciona en una lista de personas y empresas que habrían recibido recursos turbios de CODELCO.
Para demostrar la consecuencia con mi actuar pasado y presente, le responderé brevemente a este señor, informando a los lectores de esta sección de cooperativa.cl. El tema no es actual, sino que apareció el año 2005 y se revive cuando faltan argumentos.
En La Tercera del 9 de julio de 2005, se publicó que el Presidente de la DC de esa época, Adolfo Zaldívar, pedía a la Cámara de Diputados investigar algunos contratos de Codelco que le presentaban dudas, entre los cuales el diario me incluía.
Por tratarse del Presidente del PDC, partido al que pertenezco, me entrevisté con él, ocasión en que negó haber planteado duda alguna sobre mi conducta ética y profesional, lo que expresó en un comunicado que el Diario La Tercera no publicó. También envié una carta a La Tercera, que fue publicada sin mucho despliegue, en la que resumí tres puntos:
a.- Es efectivo que presté servicios profesionales de abogado a Codelco Norte, invitado por colegas de esa zonal que conocían mi experiencia en temas laborales, previsionales y sobre sociedades, tanto por mis actividades como profesor universitario, parlamentario, dirigente sindical y mis numerosas publicaciones sobre estos temas;
b.- Es verdad que firmé un contrato con fecha 10 de octubre de 2002, el que estuvo vigente alrededor de 14 meses.
c.- Es falso que haya recibido $ 33.333.333 millones de pesos por ello, ya que ese era el monto máximo autorizado a pagar. Codelco hizo uso de su derecho a no encargarme más servicios profesionales, así es que la suma recibida por mí, durante más de un año de trabajo fue bastante menor a ese monto, pagada con posterioridad a la entrega de los respectivos informes, con las boletas emitidas y los impuesto pagados.
Con fecha 25 de julio del año 2005, solicité al Tribunal Supremo de mi partido que abriera una investigación para determinar si el contrato había vulnerado normas éticas o estatutarias de nuestro partido.Luego de escuchar mis planteamientos, conocer los antecedentes que me solicitaron, oír al Presidente del PDC, el Tribunal Supremo determinó que en la suscripción del referido contrato no había lesionado norma ética alguna.
Me entrevisté, también, con el entonces Presidente de la Comisión de Ética del Colegio de Abogados, don Luis Ortiz Quiroga para pedir una investigación sobre el tema. Esta acción fracasó porque Codelco no aceptó entregar todos los antecedentes como se lo pedí por carta de fecha 25 de julio de 2005.
Debo resaltar que en el año 2002 no tenía ni postulaba a cargo alguno político o académico, ni dentro ni fuera del partido, sino que estaba concentrado laboralmente en el ejercicio de mi profesión de abogado.
De los antecedentes expuestos queda en evidencia que he aplicado para mí mismo las exigencias de transparencia que exijo a otros. Tratar de que funcionen los Tribunales de la República y los internos del Partido es un buen camino, ya que ayudan a enfrentar los ataques cobardes como el de 2005 y que hoy la derecha, por mano sibilina, vuelve a pronunciar y a canalizar correctamente las denuncias que se originan en fuentes confiables y respetables.
Reitero que estaré disponible siempre para concurrir a todos los Tribunales que me citen para exponer mi punto de vista sobre eventuales hechos que cuestionen mi honorabilidad, como lo hice en este caso o cuando concurrí voluntariamente a declarar ante la Ministro en Visita, que conoció denuncias sobre el financiamiento de los partidos en el período que ejercí como Presidente del Partido Demócrata Cristiano.
Como lo saben mi familia, mis amigos y miles de camaradas, no soy un santo, pero soy un hombre honesto y seguiré luchando por rescatar en mi partido los principios y la ética en la política chilena.