Primero fue el “Nueragate”, que como ha sido expuesto a la luz pública, entre los principales actores involucrados está Luksic y algunos personeros del gobierno.Además, es un secreto a voces que estos grandes magnates empresariales financian la política desde hace años, como se vio en el destape del caso PENTA y ahora con la arista SQM. El resultado de todo esto: favores y condicionamientos, de tipo político y económico.
Antes, ya vienen arrastrándose dos conflictos importantes: Alto Maipo, hidroeléctrica perteneciente a la transnacional AES Gener y a Antofagasta Minerals y Caimanes, cuyo conflicto es con Minera Los Pelambres en la región de Coquimbo.
AES Gener se dedica a la producción y distribución de energía eléctrica en Chile. En el año 2013, esta sociedad anunció la venta del 40% del proyecto Alto Maipo a Antofagasta Minerals, que corresponde a una de las compañías mineras privadas más importante de Chile y que es controlada por el Grupo Luksic. Este grupo a su vez está conformado, entre otras mineras, por Minera Los Pelambres que está enfocada al rubro del molibdeno y oro.
Esta transacción de Alto Maipo a Antofagasta Minerals, también estableció la venta de energía para la operación de Minera Los Pelambres por un plazo de 20 años.
Todo lo anterior se trata de un “negocio entre privados”, frase favorita del gobierno. Pero nada es blanco y negro, pues existen impactos sociales y ambientales que se analizan a continuación.
En primer lugar, el río Maipo es la columna vertebral de la cuenca del Maipo, que abarca casi el 100% de la superficie de la región Metropolitana. Abastece al Gran Santiago de agua potable, permite el desarrollo de la pequeña y mediana agricultura en las zonas medias y bajas de la cuenca, y dota de un pulmón verde regulador del clima de la región otorgando paisajes inigualables a menos de una hora de la capital. Lo último permite el mantenimiento de ecosistemas ricos en flora y fauna, existencia de glaciares, lugares de esparcimiento y recreación, desarrollo rural y turístico en sectores como el Cajón del Maipo e Isla de Maipo.
Cómo ha sido la tónica de la mayoría de estos Proyectos en Chile, éste se ha llevado a cabo bajo la nula consulta vinculante con las comunidades locales, sin canales genuinos de participación ciudadana y con múltiples acuerdos “entre privados” que incluyen información de difícil acceso para un ciudadano común.
En segundo lugar, dada la vinculación del negocio energético con Minera Los Pelambres, debemos dirigirnos al sector en que se encuentra este Proyecto. Región de Coquimbo al interior de Los Vilos, más específicamente en el cauce del estero El Pupío, en el cual esta minera ha construido un tranque de relaves denominado El Mauro.
Las comunidades locales agrupadas en el Comité de Defensa del Valle del Pupío, han denunciado que el funcionamiento de este tranque de relaves ha provocado serios perjuicios para el desarrollo natural de la zona, al contaminar napas subterráneas y alterar el normal escurrimiento de las aguas del estero, estresando aún más una zona que ya presenta problemas de escasez de agua.
Respecto de este tema, la propia Corte Suprema falló en octubre del año pasado, ordenando a Minera Los Pelambres a restablecer el cauce normal de las aguas del estero El Pupío y demoler total o parcialmente el tranque de relaves El Mauro.
Los ciudadanos y organizaciones sociales de Caimanes sólo están exigiendo lo mínimo: que se cumpla lo dictaminado por la justicia. Eso ni siquiera se trata de demandas sociales, simplemente de que la ley se cumpla, sea igual para todos y acatada con la premura que se le exige a todos los chilenos.
Ante el silencio del gobierno y de la mayoría de los medios de comunicación, este tema ha permanecido en el oscurantismo, mientras una pequeña localidad como Caimanes (que fluctúa entre 1.000 y 2.000 habitantes) lucha por lo justo contra una de las Mineras más poderosas del país, contra el Grupo Luksic y ¿contra el propio gobierno?
Al contrario de lo esperable, es decir, que el gobierno exija el cumplimiento de las órdenes judiciales, éste ha enviado un contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros a la localidad de Caimanes para reprimir las manifestaciones locales. Ya que ante la injusticia del caso, los habitantes se han tomado la ruta que une el pueblo con las instalaciones mineras, una situación completamente Kafkiana y clarificadora de cómo ha operado el gobierno actual en un caso que toca la fibra principal por el cual la clase política ha sido cuestionada por la opinión pública en los últimos meses: la forma en que se financian las campañas y el cobro de los favores políticos
Esto no se trata sólo de un conflicto entre Caimanes y Minera Los Pelambres, más bien representa el conflicto entre el pueblo chileno y la elite económica que nos gobierna. Tiene una arista judicial, ambiental y social, pero también una arista profundamente simbólica. El resultado de este conflicto será visto como la orientación y fuerza obligada bajo la cual las futuras demandas sociales tendrán que plantarse frente al poder económico establecido.
Finalmente, Caimanes constituirá un precedente hacia una nueva actitud más radicalizada de los frentes activistas y la evidencia del abuso abrumador de poder que existe en Chile.