El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y el Programa de Gobierno, aprobado por el 63% de las personas que concurrieron a las urnas en diciembre del 2013, interpretan y representan el sentir, los anhelos, sueños y esperanzas de miles de chilenos y chilenas que aspiran a vivir en una sociedad más justa, democrática, respetuosa, inclusiva e igualitaria.
Nuestra institucionalidad democrática y nuestro ordenamiento jurídico -cada uno en su respectivo ámbito de competencia y de acción- presenta numerosos comportamientos y disposiciones que suelen afectar negativamente a las mujeres que acuden a las instituciones públicas y a las privadas para hacer uso de sus derechos.
Las exclusiones, las arbitrariedades y las discriminaciones que a diario experimentan las mujeres de nuestro país -y lo que es más delicado, fundadas en actos administrativos y jurídicos- dejan de manifiesto que los anhelos de igualdad de derechos y la equidad de género está muy lejos de lo que una sociedad democrática moderna requiere para asegurar cohesión social y progreso y desarrollo para todos.
De ahí entonces, que todas las medidas administrativas y legales que se orienten a eliminar las arbitrariedades, las discriminaciones y las exclusiones, como asimismo, a disminuir al máximo las brechas existentes en diversos ámbitos del quehacer nacional entre hombres y mujeres, siempre serán bienvenidas, acogidas y respaldadas por el Parlamento; pues claramente reflejan la firme voluntad de las autoridades por saldar una deuda con el género femenino que por décadas permanece en nuestra sociedad.
Por tal motivo celebramos y apoyamos la decisión política de la Presidenta de la República de eliminar de las disposiciones establecidas por el sistema privado de salud el embarazo tanto como enfermedad así como preexistencia, pues claramente constituía una medida arbitraria, injusta y discriminatoria.
Nos parece curioso que por tantos años la fertilidad, el embarazo haya sido concebido y considerado como una enfermedad, cuando en la práctica constituye un verdadero “homenaje” a la vida.
La derecha que normalmente se ufana de defender la vida, ha tenido una actitud completamente contraria a estos principios, y una vez más, ha optado por privilegiar su opción por el mercado, apoyando esta medida instaurada por las Isapres, por sobre la importancia de la concepción de una hija o un hijo, y los derechos de las mujeres.
El término del embarazo como enfermedad preexistente viene a poner término a un acto de discriminación y de vulneración a los derechos fundamentales de las mujeres. Constituye un acto de justicia y de equidad de la mayor trascendencia.
A nivel de país, esta medida beneficiará aproximadamente a 839.456 mujeres de entre 15 y 49 años.
El término del embarazo como enfermedad preexistente debiese ser el inicio de un conjunto de otras iniciativas administrativas y legales que deben finalizar o ser modificadas para asegurar una efectiva igualdad de derechos para todas las mujeres de nuestro país.
El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet con esta medida envía un mensaje y una señal inequívoca a todas las mujeres del país y a todo Chile. No es posible avanzar en una sociedad más democrática, más inclusiva, más justa y más solidaria si no se avanza con decisión y voluntad en la igualdad de género y el establecimiento de más derechos para las mujeres de la patria.