26 jun 2014

Todos hemos sido Carlos Caszely

Durante este último tiempo en nuestro país se respira fútbol, en todo lugar podemos ver cómo los chilenos están pendientes del desempeño de La Roja en el país de la samba, desempeño que claramente ha dejado una huella en Brasil, pues destronar a quienes se coronaban hace cuatro años como los Campeones del Mundo es algo que sin duda nos otorgó respeto e hizo que nos posicionáramos como uno de los fuertes del denominado grupo “de la muerte”.


Más allá de todo lo positivo que traen estos eventos deportivos para las personas y para la economía, creo que debemos analizar qué es lo que nos deja el fútbol, pues más allá de ser un deporte ante el cual miles de personas se reúnen alrededor de un televisor o una parrilla – fiel compañera de muchos durante el mundial- es necesario sacar otros saldos que generan estos magnos eventos y que mantienen a “todo el mundo” con los ojos puestos frente a lo que ocurre con su país dentro de la cancha.

A pesar de que no es regla saber mucho sobre este deporte uno siempre puede sacar otro tipo de lecciones de estas actividades. Creo que nosotros tenemos que ver al fútbol como una enseñanza de la cual los empresarios debemos aprender muchas lecciones.

Para enumerar, hay algunos antecedentes que nos pueden llamar la atención.

Primero, debemos tener conocimiento de que sólo hay 17 países en el mundo que tienen un PIB mayor que el fútbol, tienen más ingresos que el fútbol. Segundo, existe una demanda calculada que arroja que hay 270 millones de jugadores que consumen todos los productos relacionado con este deporte,camisetas, balones, tenidas deportivas etc.Teniendo estas dos referencias como base debemos analizar cómo podemos aprender de ellos.

Sin lugar a dudas una de las enseñanzas más importantes que ellos han demostrado es el trabajo en equipo, elemento trascendental que debe ser aplicado en todo lugar de trabajo para lograr resultados óptimos.

Tal como en la cancha, en una empresa debemos llevar a cabo esta metodología, pues así como la Selección está haciendo -de modo colectivo- sus mejores esfuerzos para levantar la Copa del Mundo, los trabajadores deben desarrollar este sistema al interior de una empresa, pues hay labores que si se realizan de manera individual no darán buenas frutos, finalmente TODOS, forman parte de los resultados finales.

Otro de los mensajes que me ha entregado el fútbol está directamente ligado al concepto “Jefe” creo que debiese erradicarse este término y reemplazarlo por Entrenador o siúticamente hablando “Couch”.

El jefe se caracteriza por dar órdenes, en cambio el entrenador es reconocido por administrar ágilmente las potencialidades que tiene cada trabajador o cada jugador en el caso del fútbol, algo fundamental para la motivación laboral. Es claro que no todos tenemos las mismas capacidades, pero no por eso no vamos a ser un aporte en nuestras labores.

Quizás Claudio Bravo no es un buen delantero y Alexis Sánchez no atajaría ningún gol, por ello debemos reconocer los talentos y designarlos de acuerdo a sus fortalezas. No porque tengan debilidades en algunos aspectos dejarán de contribuir.

En el mundo empresarial todos hemos tenido fracasos, pues al igual que en el fútbol, cada semana se gana, se pierde o se empata, pero lo importante es que hay que volverse a levantar, por cada caída que sufrimos no nos tenemos que desmoronar.

Todos en algún momento hemos sido Carlos Caszely, fiel ejemplo de que a pesar de que fallemos en ciertas ocasiones tenemos que seguir dando la pelea. A pesar de que hace 32 años erró en un penal, hoy sigue siendo una figura vigente y destacada en el mundo deportivo.

Esto es algo que muchos empresarios debemos tomar como aprendizaje. No siempre seremos reconocidos por nuestros logros, pues hay errores que nos pueden hacer inolvidables.

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