Como lo señalé en mi anterior columna sobre el avance de la ley de pesca “Longueira” fue que la decisión de cuánto pescar quedó radicada principalmente en las manos de los comités científicos técnicos (CCTs). Lo que, al sincerar el real estado de los recursos, generó una significativa baja en las cuotas de captura impactando fuertemente al sector.
La forma en la cual la anterior administración le hizo el quite al conflicto, por esta baja en las cuotas, fue traspasar la responsabilidad al actual Gobierno, señalando que cuando los comités de manejo (CM) estén constituidos, se podrían aumentar las cuotas según lo que ellos recomendaran, lo que es totalmente falso.
Según la ley (20.657), la decisión de cuánto se puede pescar está en las manos de los CCTs, quienes, sobre la base de la mejor información disponible, recomiendan al ministro de Economía un rango de capturas o cuota que permita llevar las diferentes pesquerías al rendimiento máximo sostenible (RMS).
Por su parte, los CM están encargados del “cuándo y cómo” en las decisiones de la pesquería pero no tienen forma de influir en “cuánto” se pesca, como les hicieron creer a los pescadores durante la administración anterior.
Aun cuando el comité de manejo dijera que quiere que las pesquerías se recuperen en cien años, tratando que las disminuciones de las cuotas no sean tan drásticas los años venideros, la ley es clara en su mandato de llevar las pesquerías al RMS en un plazo científicamente aceptable.
Aquí es necesario aclarar que la estimación científica de abundancia de recursos pesqueros contiene altos niveles de incertidumbre por lo que, teniendo el RMS como objetivo de manejo por ley, necesariamente obliga a una reducción drástica de las cuotas, minimizando así los riesgos de no cumplir con esta medida.
Basándonos en lo anterior, y debido al estado de sobreexplotación en que se encuentran la mayoría de los recursos pesqueros, cualquier otro escenario,donde se aumenten las cuotas,no permitiría llegar al RMS en un plazo científicamente aceptable y no se estaría cumpliendo la ley.
Más aun, las cuotas asignadas en las pesquerías sobrexplotadas y colapsadas – como merluzas, congrio dorado, bacalao de profundidad- se encuentran en el límite máximo de lo que se podría haber dado como cuota.
Ahora si el objetivo es realmente administrar los recursos como un “país pesquero”, es probable que las cuotas bajen aún más.En el primer año de funcionamiento de los CCTs la mayoría de las cuotas fueron determinadas utilizando un 50% de riesgo de no alcanzar el RMS en el mediano plazo, mientras que el estándar internacional usa sólo el 10% de riesgo, lo que es considerado realmente como conservacionista.
El actual Gobierno deberá enfrentar este escenario, donde las expectativas están muy altas respecto del posible aumento de las cuotas de pesca.
Sin duda sería fácil continuar presionando a los CCTs para que aumenten las cuotas pero el camino más sano es enfrentar la realidad y finalmente no mentirles más a los pescadores.