Sin duda nuestro país está pasando por un momento económico envidiable, parecemos el Rico McPato de la Región por los buenos resultados que hemos obtenido en el último tiempo. Pero el Estado tiene una gran deuda pendiente con millones de ciudadanos chilenos. Simplemente no han tenido el coraje de cambiar la historia y hacer justicia empresarial, lo que sin duda conlleva a una justicia social.
La realidad es que el sentimiento colectivo del Gobierno y las grandes empresas, apuntan a que las pymes “pesan menos que un paquetes de cabritas”.Muchos emprendedores me han manifestado que no se sienten escuchados que “están en la boca de todos pero en las manos de nadie”, frase que refleja su impresión en general.
Hace algunos días se celebró la semana de la PYME, donde muchas personalidades hicieron gala en los congresos, seminarios y ferias, que se organizaron para la ocasión, pero me pregunto ¿actividades como ésta son medidas que realmente ataquen el cáncer?Se asemejan más a un paracetamol expirado, ante las necesidades reales que tienen los empresarios de nuestro país, concertando actividades para unos privilegiados.
La poca participación de las MIPYME dentro del Producto Interno Bruto (PIB), muestra un subdesarrollo social, económico y político, ya que si nos comparamos con los grandes apenas tenemos un 11% de actividad, mientras que ellos se mantienen alrededor del 30%.
Las instituciones del Estado tienen que jugar un rol participativo. En el caso de Impuestos Internos queda en deuda con esta materia, ya que parece la tía molestosa que atrasa los trámites, potenciando la “maldita” burocracia siendo injustos con las pequeñas empresas.
Es tremendamente injusto que se timbren sólo tres facturas, pues ya del comienzo te están tratando de sinvergüenza, aunque en teoría ante la ley todos somos iguales.
Es inaceptable que los almacenes de barrio paguen patentes más caras que un mega supermercado, que se potencien empresas familiares y el cónyuge sea gasto rechazado o en el año de la innovación el automóvil se considere un lujo (costos aumentados un 35%), ejemplos que grafican la falta de justicia y prudencia por parte de las autoridades, aumentando los informales, que se estima que un millón estén bajo esta condición.
Asimismo los candidatos que están en la maratón por ir tras el sillón presidencial, no han presentado en sus programas (los pocos que lo han hecho) medidas que puedan mejorar este escenario de soluciones superficiales; están más preocupados en sacarse los trapitos sucios en vez de entregar una propuesta concreta para el país.
Mi deseo es escuchar ofertas definitivas que ayuden de manera real a los innovadores que se atreven a levantar una empresa, los que no ven una política a largo plazo que sea asumida por los postulantes a La Moneda, sino más bien queda la sensación que son para salir del paso.!Dejemos de manosear el concepto MIPYME en época de campaña!
Creo que así como existen subsecretarías de pesca, energía, entre otras, el Gobierno podría trabajar en la creación de una que estuviera enfocada a los temas MIPYME o simplemente implementar un ministerio específico como existe en otros países del mundo.
Potenciemos nuestras MIPYME, pues el rol que juegan no es simplemente económico sino social y político. Social pues son la esponja laboral, generando el 70 por ciento de puestos laborales, según cifras de Gobierno y político ya que a mayor participación de estas empresas mayor y más justa será la distribución de la torta del país.