El próximo domingo será un día histórico. Por primera vez en Chile habrá elecciones primarias legales, en las que libre y voluntariamente decidiremos quienes serán nuestros candidatos a la Presidencia de la República.
Por cierto, me hubiese gustado que la franja televisiva, para garantizar una decisión informada, fuese más extensa. No fue así -lamentablemente- pero ello más que un obstáculo o una excusa para no sufragar, debe servir de incentivo para que esta herramienta que son las primarias, cumplan con su objetivo de generar mayor transparencia y fortaleza ciudadana a nuestra democracia.
Por eso, yo voto. Voto porque impulsé dentro de mi partido la necesidad de definir por primarias a nuestro candidato; voto por Claudio Orrego, porque ese fue mi compromiso cuando competimos en nuestra elección interna.
Yo voto, porque creo que nuestra democracia debe cambiar, porque en caso contrario no tendrá respuestas a un malestar social que, aunque algunos lo nieguen, va más allá del movimiento estudiantil.
Yo voto este domingo, porque Chile no puede seguir siendo una larga oda a la desigualdad; por el contrario, yo voto porque quiero un país que progrese, que crezca no a costa de su gente, sino que con su gente. Voto, porque quiero una Nueva Mayoría que Gobierne sin argumentos de terror, sin excusar sus obligaciones en lo que hicieron o no sus antecesores, un Gobierno que escuche a su gente.
Yo voto, porque creo que un Gobierno con mayor peso democrático tendrá más fuerza para llevar a cabo las transformaciones que Chile necesita para no terminar convertido en el polvorín que hoy son Turquía o Brasil. Voto, porque necesitamos fuerza para las regiones, más horizontalidad en las relaciones laborales, pensiones dignas y, obviamente, mayor acceso y más calidad en la educación, desde la sala cuna a la educacion superior.
Yo voto, porque sueño con un Chile cada vez menos cobredependiente, con un Chile que apoya de verdad a sus innovadores e investigadores.
Yo voto, porque creo que es el momento de realizar modificaciones a nuestra estructura productiva, porque mañana puede ser demasiado tarde.
Yo voto, porque creo que nos merecemos una nueva constitución. Tanto cuidado por la estabilidad institucional que supuestamente garantiza el binominal, tarde o temprano, va a gatillar una explosión social de insospechadas consecuencias.
Por eso, voto por una nueva mayoría, capaz de abrir las puertas a una democracia de verdad representativa, a una democracia creíble, sana y renovada, una democracia que rescate nuevos liderazgos, nuevas ideas, porque Chile es más que dos grandes alianzas políticas.
Yo voto, porque creo que aún estamos a tiempo para que en cada rincón de Chile se pueda hablar con propiedad de crecimiento, desarrollo y equidad.