La movilización estudiantil y social del año 2011 puede ser considerada como un nuevo punto de partida para la educación superior del país. En ella se plasmó una visión alternativa no solo de las Universidades sino también de la educación en Chile.
Es posible que no todos estén de acuerdo con las formulaciones centrales, pero no cabe duda que el análisis y la discusión sobre educación en general y sobre las universidades y la educación superior ronda hoy día alrededor de esos planteamientos: gratuidad de la educación general y superior y que el Estado se haga cargo de sus universidades.
A la fecha no está claro donde terminará el debate y la disputa en estas materias. Eso sí, cualquiera que sea la decisión social y política que el país adopte, se deberá concretar en el presupuesto de la nación.
Como se sabe, cada año el presupuesto del sector público expresa, en el lago del gasto, la decisión gubernamental y estatal sobre los bienes y servicios de educación superior de los cuales el Estado se hará responsable de proveer y/o producir para la sociedad chilena.
En estos últimos años se han creado especiales expectativas sobre el nivel y la composición de los presupuestos en Educación y, en particular, sobre los recursos que se destinarán a Educación Superior. Sin embargo, la discusión parlamentaria de los presupuestos de 2012 y 2013, propuestos por el gobierno para la educación superior han resultado en acuerdos de asignaciones de recursos que entregan respuestas consideradas ambiguas respecto de estas materias.
Se esperaba que en los años 2012 y 2013 los montos y distribución del presupuesto avanzaran en la solución de los problemas básicos planteados por el movimiento estudiantil en 2011 y que, además, se encaminaran soluciones de carácter permanente en el rediseño del sistema de educación superior, particularmente, por medio de los proyectos de ley que tienen que ver con el sector y que el Gobierno ha anunciado, enviado y están en debate en el Parlamento: Sistema de Financiamiento para la Educación Superior (Boletín 8.369-04), Superintendencia de Educación Superior (Boletín 8.041-04), Agencia Nacional de Acreditación (Boletín 8774-04).
En artículo reciente (http://www.economia.usach.cl/publicacion/wp2013_03(1).pdf) se analizan las magnitudes y la orientación de los aumentos de recursos presupuestarios para la Educación Superior, (ES)en los últimos dos años.
La discusión social y parlamentaria de 2011 y 2012 resultó en un aumento de las asignaciones presupuestarias para ES. Los recursos para el año 2013, alcanzan en términos reales (a precios de 2013) la suma de MM$1.459.686, lo que en significa 3.039 millones de dólares. Creciendo en 18,06% en 2012, pero recuperando en 2013, una tasa de 10% similar a su tendencia histórica, señal esta última que se une al hecho de que los fondos nuevos no tienen mayor importancia, pues la mayor parte de los recursos fiscales se sigue ejecutando a través de fondos y programas previamente existentes (97,5% en 2012 y 96,2% en 2013).
El Estado chileno provee principalmente una especie de bien social (meritorio) que consiste en entregar a los jóvenes del país los recursos financieros que les permiten tener acceso a la educación superior. En 2013, se destina para Ayudas Estudiantiles (becas y créditos) el 62,7% del total de recursos estatales para ES, ítem que entre 2011 y 2013 crece en 43%.
Las becas para educación superior (Bicentenario, Nueva Milenio y otras) son los fondos que más crecen en términos reales (en pesos de 2013), eran MM$ 179.821,8 en 2011 y suben a MM$337.030,0 en 2012 y a MM$ 391.214,9 en el 2013.
Así, entre 2011 y 2013 el total de becas para estudiantes de educación superior aumenta en 95,63% en términos reales, mientras que el total de créditos para estudiantes (Fondo Solidario y Crédito con Aval del Estado, CAE), crece sólo en 3,12% en el mismo período.
En los fondos para créditos estudiantiles se producen cambios relevantes, el Crédito con Aval del Estado crece en 15,9% entre 2011 y 2013 (desde MM$267.904,3 en 2011 hasta MM$310.426,6 en 2013), mientras que los créditos solidarios bajan a MM$73.279,5 en 2012 y, en 2013, se quedan en similares niveles (MM$73.059,0).
Reducción que compensa el aumento de becas antes indicado, reflejando así los acuerdos políticos parlamentarios que ocurrieron en 2011 (para el presupuesto 2012), que aseguran el acceso a estudios superiores (con becas) a los estudiantes de más bajos ingresos (hasta el tercer quintil de ingreso).
Otro cambio relevante observado es que los incrementos de recursos presupuestarios entre 2011 y 2013 se orientan principalmente (94% de ellos) a financiar la demanda en carreras de pregrado en la ES, recursos de los cuales solo un poco más de la mitad (55,8%) llega a las universidades tradicionales que pertenecen al Consejo de Rectores de Universidades Chilenas, CRUCH. Dando la señal de que cerca de la mitad de estos nuevos recursos para ES llegan a las universidades privadas.
Esta orientación contrasta, a su vez, con el 6% de aumento de los recursos destinados al fortaleciendo de las universidades tradicionales (estatales y tradicionales privadas).
Luego, del análisis del Presupuesto de la nación para Educación Superior, ES, se desprende que se avanza en financiar el acceso de los estudiantes de pregrado a las instituciones de educación superior, pero el Estado no avanza en hacerse cargo de sus universidades, de tal forma que están pendientes de abordar, en términos presupuestarios, los problemas centrales formulados por el movimiento estudiantil, respaldados por el CRUCH y los conglomerados políticos de oposición al actual gobierno, gratuidad de la educación superior y fondos basales relevantes para las universidades estatales.